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Sus dispositivos inteligentes detectan el estrés y las emociones para ayudar a las personas

Año Honorado
2016
Región
Europa
Procedente de
España
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Las rutinas diarias de todos se ven influenciadas por los niveles de estrés y las emociones que experimentamos, lo que puede tener un impacto negativo en nuestra salud. Medir y analizar ambos parámetros podría ayudar a controlarlos y, en consecuencia, mejorar nuestra calidad de vida. Esto es exactamente lo que el joven Javier Hernández está intentando a través de su investigación sobre computación emocional. Este ingeniero ha desarrollado una serie de dispositivos que detectan las emociones y analizan los niveles de estrés, lo que ha llevado a Hernández a ser incluido en los premios Innovators Under 35 España 2016 de MIT Technology Review, Edición Española.

Hernández, quien actualmente trabaja en el MIT Media Lab (EE. UU.), afirma que comenzó a estudiar el estrés porque «es una condición que afecta a muchas enfermedades». El innovador explica: «Si se vuelve crónico, provoca enfermedades cardiovasculares, obesidad y trastornos del sueño, todos con importantes repercusiones en la esperanza de vida y la calidad de vida». Por esta razón, su trabajo se centra en tres pilares importantes: medir (patrones biométricos), reconocer (estrés y emociones) y adaptar (el entorno para ayudar al usuario).

Para cumplir con su primer objetivo, medir, Hernández utiliza tres dispositivos: un teclado con sensores de presión dentro de las teclas, un ratón que mide el estrés y un sensor que registra la respiración y la frecuencia cardíaca del usuario desde su ubicación en el bolsillo.

En cuanto al reconocimiento, Hernández ha desarrollado una pulsera con biosensores para detectar los primeros signos de estrés. También ha creado una herramienta capaz de registrar datos relacionados con el comportamiento de una persona autista y un sistema que identifica sonrisas en tiempo real.

Finalmente, para adaptar el entorno del usuario, el joven ingeniero ha creado un dispositivo que permite a los autos detectar el nivel de estrés del conductor. A partir de esta información, un vehículo inteligente puede influir en el conductor con cambios sutiles, como suavizar el tono de voz del sistema GPS o bajar la temperatura dentro del automóvil.

Según Hernández, el futuro de la medición emocional y del estrés estará marcado por la convergencia entre dispositivos portátiles (que se usan como ropa o contra la piel, como los relojes inteligentes) y dispositivos instalados en computadoras y estaciones de trabajo. «El internet de las cosas también puede permitir mediciones no invasivas de lo que está ocurriendo», señala el joven ingeniero. Ofrece el ejemplo de un futuro en el que «los sofás puedan incluir sensores que nos digan cuánto tiempo hemos estado sentados, indiquen nuestra postura o frecuencia cardíaca».

El profesor de informática e inteligencia artificial de la Universidad de Santiago de Compostela (España), director general de RedEmprendia y miembro del jurado de los premios Innovators Under 35 España 2016, Senén Barro, considera que el proyecto de Javier Hernández es «atractivo e innovador». En su opinión, aunque se desarrolló como un proyecto de investigación, tiene «un importante potencial de aplicación en el futuro».