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Ha fomentado la recopilación de datos con teléfonos de gama baja para mejorar la gestión de los problemas sociales.

«Cada 12 de diciembre, los agricultores de la región de Ceará, en el noreste de Brasil, colocan seis cristales de sal alineados sobre una sábana u otro tipo de superficie plana y los dejan fuera durante la noche. Cada cristal representa un mes de la estación húmeda, de enero a junio. A la mañana siguiente, el día de Santa Lucía, los cristales que se han disuelto durante la noche indican los meses que serán lluviosos y los cristales que permanecen intactos representan los meses de sequía. Este curioso experimento basado en la superstición es considerado un indicador meteorológico fiable por al menos el 44 % de los agricultores de esta región. La mayoría de ellos también miran al cielo, a los pájaros y a las hormigas, y escuchan los consejos de los llamados profetas de la lluvia: hombres mayores que han vivido mucho tiempo en la comunidad y utilizan símbolos naturales y religiosos que se remontan a siglos atrás para predecir la abundancia o escasez de las próximas lluvias.

Aunque el gobierno brasileño proporciona pronósticos meteorológicos regulares a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología, los agricultores siguen confiando en la tradición para tomar decisiones sobre sus cultivos. Además, como explica Guilherme Lichand, un joven economista brasileño que trabaja en estrecha colaboración con estas comunidades, los partidos gubernamentales y los profetas comparten un optimismo excesivo. «Prevén años de lluvias normales con más frecuencia que los modelos geofísicos», explica Lichand, quien también añade que «en proporción, los modelos geofísicos predicen el mal tiempo con mucha más precisión».

En caso de condiciones climáticas adversas, los agricultores deberían invertir su dinero en seguros para sus cultivos en lugar de comprar semillas y fertilizantes que se desperdiciarán. Para que esto suceda, necesitan recibir información precisa y pronósticos que consideren fiables. Lichand y sus socios Marcos Lopes y Rafael Vivolo fundaron MGov Brasil en 2010, una empresa de consultoría que proporciona datos relativos a cuestiones de interés social recopilados a partir de SMS y llamadas de voz a agencias gubernamentales y planificadores públicos. Como explica Lichand, su contribución es «el uso de las herramientas disponibles para añadir y difundir información con el fin de evaluar impactos, monitorear y movilizar a las personas para lograr un impacto social».

MGov, en colaboración con las universidades de Warwick (Reino Unido) y Harvard (EE. UU.), creó un sistema para animar a los agricultores de 53 municipios a indicar a través de su teléfono móvil la información meteorológica más precisa que hayan recibido cada semana. MGov realiza una serie de pruebas cognitivas utilizando sistemas de respuesta automática en los que una voz formula preguntas y pide que se responda pulsando una serie de teclas. El agricultor gana créditos móviles si es capaz de predecir con precisión el nivel de precipitaciones.

El siguiente paso de MGov es compartir de forma aleatoria las previsiones meteorológicas de los modelos geofísicos (generados por la Fundación Ceará de Meteorología y Gestión del Agua) con un grupo de agricultores, y hacer un seguimiento para comprobar si los datos recibidos han cambiado sus creencias, y determinar qué sistema de previsión ha obtenido mejores resultados».