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Desarrollo de dispositivos de bajo coste fabricados con utensilios domésticos y basados en software de código abierto para personas con discapacidad

««Esta grabación se autodestruirá en unos segundos»» era la frase favorita de Felipe Betancur cuando era niño y un fiel fan de la ciencia ficción y las series de acción como McGyver, James Bond, Misión Imposible e Inspector Gadget. Si le regalaban un coche de juguete, lo desmontaba para ver cómo funcionaba. Esta curiosidad le ayudó a perfeccionar sus habilidades de creación de prototipos y diseño de productos. Actualmente, está poniendo sus habilidades innatas a trabajar en la Fundación Todos Podemos Ayudar, donde crea y adapta inventos y tecnologías de software de bajo costo para ofrecer accesibilidad e integración tecnológica a personas con discapacidades.

Los productos patentados actualmente en el mercado para personas con discapacidades físicas y mentales son costosos, lo que los hace inaccesibles para muchos de sus usuarios potenciales. Por esta razón, Betancur construye sus inventos con utensilios domésticos y los publica en formato de código abierto para que cualquiera pueda recrearlos. Por ejemplo, ha añadido una cuchara de plástico a un ratón de ordenador para que alguien sin manos pueda controlarlo con los pies. También ha ideado timbres visuales para sordos, un mando a distancia para manejar electrodomésticos, pinzas para personas sin extremidades, un juego de ajedrez para ciegos y la lista continúa, con más de 80 artilugios diferentes.

Y para enseñar a los usuarios a construir y utilizar sus inventos, Betancur publica tutoriales en línea. También ofrece talleres presenciales en 121 de los 125 distritos de Antioquia (Colombia), donde explica cómo crear estos dispositivos con software de código abierto y utensilios domésticos. Esta iniciativa ha llevado a Betancur a ser reconocido como uno de los Innovadores menores de 35 años de Colombia 2016 por la edición española de MIT Technology Review.

Betancur se inició en la innovación social distribuyendo regalos a los niños afectados por un incendio que afectó a 200 hogares en su ciudad natal, Medellín (Colombia) en 2007. Betancur recuerda: «En ese momento de hacer felices a los demás, decidí que así sería como me ganaría la vida. En todas mis clases de emprendimiento me dijeron que el trabajo de caridad es un pasatiempo, pero logré convertirlo en mi trabajo». Sus clientes son instituciones públicas y privadas dedicadas a la formación de personas con discapacidad.

Con productos hechos en casa, Betancur también fomenta el ahorro. «Un ratón diseñado para personas con discapacidad puede costar 500 dólares (unos 470 euros), una pinza ajustable otros 100 dólares (90 euros) y los programas controlados por voz para ciegos también son muy caros», destaca el joven inventor. Pero muchos de estos productos «pueden fabricarse en casa y funcionan muy bien», insiste el colombiano, que creó su fundación en 2009.

Betancur tiene dos objetivos futuros: impartir sus talleres en toda Colombia y crear una microempresa autosostenible que emplee a personas con discapacidad para desarrollar productos y comercializarlos a precios asequibles. El presidente ejecutivo de ProAntioquia y miembro del jurado de los premios Innovadores menores de 35 años de Colombia 2016, Rafael Aubad, la fundación de Betancur crea oportunidades académicas, profesionales y sociales para las personas con discapacidad. «Al compartir sus conocimientos a través de YouTube, ha logrado la socialización generalizada y desinteresada de sus creaciones y ha transferido capacidades a sus seguidores», concluye.