
Convertir los subproductos de la piña en una fuente de energía renovable comparable a las fuentes geotérmicas
«Las plantaciones de piña deben renovarse cada dos años para que el agricultor pueda seguir cosechando esta fruta, y el rastrojo suele tratarse con herbicidas y pesticidas antes de quemarlo en los campos. Para reducir el impacto medioambiental de esta práctica y aumentar la rentabilidad de la producción de piña, el costarricense Esteban Bermúdez quiere dar nueva vida a estos subproductos. Ha diseñado un sistema de utilización de biomasa residual que abarca toda la cadena de valor, desde el cultivo hasta la comercialización de productos reciclados. Gracias a su idea, Bermúdez ha sido seleccionado como uno de los Innovadores menores de 35 años de América Central 2016 por MIT Technology Review, edición española.
Experto en energías renovables, Bermúdez es cofundador de la empresa de asesoría y consultoría ESCOIA. Desde 2014, este joven innovador ha trabajado con su socio, Bjørn Utgård, para perfeccionar la utilización de los rastrojos de la piña. Juntos, visitaron plantaciones en Costa Rica para conocer sus procesos y analizaron la composición de los rastrojos para explorar diferentes aplicaciones, como biogás, fertilizante o fibras textiles. Más tarde, encontraron la maquinaria más adecuada para el pretratamiento de la biomasa, capaz de reducir la humedad del rastrojo del 86 % al 60 %, según Bermúdez.
Después, la biomasa podría alimentar una planta de ciclo combinado o seguir secándose, pero con una menor demanda energética. Aunque su proyecto aún se encuentra en la fase de prueba de concepto, el objetivo de Bermúdez es lograr un uso circular del recurso, de modo que la energía generada sirva para alimentar el tratamiento de nuevos suministros de biomasa. También espera obtener en el futuro otros productos derivados, además de la energía generada.
Bermúdez planea construir una planta piloto en 2017 para escalar la tecnología y «encontrar la mejor opción para utilizar la biomasa», algo para lo que indica que ya está «negociando». Si sus previsiones se cumplen, tendrá una oferta comercial para 2018. En su opinión, el potencial de la piña es enorme, ya que se cultiva prácticamente todo el año. El joven innovador destaca: «Estamos hablando de una disponibilidad energética comparable a la energía geotérmica».
Pero para lograr este ambicioso objetivo, primero tendrá que convencer a los productores y a las empresas. El innovador señala que su país tiene la costumbre de esperar a que otra empresa actúe primero. «Lo que [nosotros] no hemos interiorizado muy bien es que Costa Rica es uno de los principales productores de piña del mundo», afirma. Por eso propone «predicar con el ejemplo en lugar de buscar soluciones en otras zonas del mundo».
En opinión de la directora de la Unidad de Biocombustibles del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas de España y miembro del jurado de los premios Innovadores menores de 35 años de Centroamérica 2016, Mercedes Ballesteros, «este proyecto es innovador porque, aunque el proceso propuesto se ha utilizado comercialmente para tratar subproductos de la madera, su aplicación a los residuos del cultivo de la piña es novedosa».