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Transformación de toneladas de subproductos del aguacate en un aditivo alimentario que protege los alimentos contra las bacterias

«Dariana Rodríguez es doctora en biotecnología por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Proviene de una familia de ingenieros que le enseñaron la importancia de ofrecer soluciones a problemas reales. Así que cuando un productor de aguacates le preguntó por qué sus semillas tardaban tanto en degradarse, Rodríguez puso en práctica sus habilidades de ingeniería y descubrió que este subproducto industrial podía convertirse en un agente antibacteriano. Los posibles beneficios de esta investigación han llevado a que Rodríguez sea reconocida como una de las Innovadoras menores de 35 años de México 2016 por MIT Technology Review.

México es el principal productor mundial de aguacate, con un volumen de producción anual de más de un millón de toneladas. Una industria de este tamaño genera una cantidad importante de subproductos que necesitan una salida económica viable y sostenible que contribuya positivamente a la sociedad mexicana. La solución de Rodríguez consiste en utilizar derivados de ácidos grasos, llamados acetogeninas, que solo se encuentran en los aguacates, como aditivo alimentario antibacteriano.

Las moléculas de acetogenina son muy eficaces para combatir las bacterias grampositivas, como el Staphylococcus aureus, que causa intoxicación alimentaria y enfermedades graves como la endocarditis. Al tratar estas semillas, la investigación ha generado varias patentes para utilizarlas como inhibidor bacteriano en productos alimentarios, productos de limpieza industrial y en áreas quirúrgicas. Los hospitales pueden utilizarlas para combatir las bacterias presentes en la ropa, las camas y los instrumentos médicos.

Varias empresas alimentarias ya están interesadas en proporcionar sus productos para su uso en el estudio de Rodríguez. La investigadora destaca la dificultad de esta parte del proceso, ya que «los ensayos en una planta piloto son un reto porque los compuestos sufren los efectos del procesamiento e interactúan con otros componentes de los alimentos». Sin embargo, la solución de Rodríguez avanza lentamente hacia la fase comercial, y «las pruebas toxicológicas han confirmado que el aditivo es inocuo», confirma.

La calidad sensorial del aditivo extraído de los subproductos del aguacate es otro aspecto fundamental de la investigación. El aditivo no debe alterar el sabor del producto alimenticio al que se aplica, y no debe perder sus propiedades antibacterianas».