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Metabolismo urbano para disminuir el impacto ambiental de los edificios

Año Honorado
2015
Región
Europa
Procedente de
Bélgica
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«El 45% de las emisiones de gases que crean el efecto de calentamiento global en los Estados Unidos son producidas por la industria de la construcción. Al darse cuenta de la magnitud del impacto, Catherine De Wolf decidió centrar sus estudios de arquitectura e ingeniería civil en la huella de carbono de los edificios. Así fue como esta joven innovadora creó una base de datos que cuantifica las emisiones de CO2 de una serie de edificios únicos. Sus datos consideran las emisiones asociadas con el proceso de construcción en sí, en lugar de solo las emisiones asociadas con el uso de una estructura particular.

“En las últimas décadas ha habido muchas innovaciones que mejoran la eficiencia energética de los edificios: sistemas de aislamiento para hogares y sistemas de ventilación, entre otros,” explica la joven estudiante de doctorado. Sin embargo, critica el hecho de que “no se ha hecho nada para reducir las emisiones asociadas con la extracción de los materiales necesarios ni durante el proceso de construcción en sí”.

El primer paso para remediar esta situación es cuantificarla. Para ello, De Wolf utiliza el término «carbono incorporado» para referirse a las emisiones asociadas con la fase de construcción y demolición del ciclo de vida de un edificio. Gracias a una serie de cálculos de la cantidad de materiales utilizados y su contenido de dióxido de carbono, su base de datos ya contiene esta información para más de 200 edificios a nivel mundial. Entre ellos se encuentran el rascacielos más alto del mundo, el Burj Khalifa en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), el “Gherkin” en Londres (Reino Unido) y el Estadio Olímpico en Pekín (China). Este último ha sido identificado como el estadio con el mayor conteo de carbono según los cálculos de De Wolf.

Respecto al objetivo de su trabajo, De Wolf explica: “Con esta información podemos empezar a implementar políticas bajas en carbono que consideren el impacto ambiental global de un edificio, no solo su uso energético operativo, y de esta manera lograr construcciones con menores emisiones”. Los arquitectos e ingenieros pueden agregar sus proyectos a la base de datos y compararlos con construcciones de características similares para calcular el impacto que su edificio tendrá en el medio ambiente.

Después de graduarse de la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica), De Wolf se unió al programa de posgrado en Tecnologías de la Construcción del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EE.UU.) donde su herramienta comenzó a tomar forma. Fue desde su posición en el MIT que pudo empezar a colaborar con empresas de ingeniería, firmas de arquitectura e investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), la Universidad de Stanford, así como en el propio MIT para crear su base de datos.

Las empresas que colaboraron en la creación de la base de datos de De Wolf proporcionando datos ya están cosechando los beneficios, pero la idea es ampliar su uso, y esto forma parte de los planes futuros de De Wolf. También está trabajando en el desarrollo de un software que permitiría a los arquitectos e ingenieros obtener información sobre el impacto global de sus proyectos automáticamente durante la fase de diseño, sin tener que alterar las prácticas laborales normales. La investigadora afirma que su intención no es beneficiarse económicamente de estas herramientas, sino más bien “ayudar a asegurar que el estudio del carbono incorporado madure y empujar el diseño ambiental más allá”.

El fundador de Stage-co y miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovators Under 35 Edición Bélgica, Patrick Bosteels, dice estar convencido de que el impacto del trabajo de Catherine de Wolf crecerá con el tiempo, a medida que sus herramientas maduren y sean adoptadas por la industria de la construcción.»