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Los teléfonos móviles pueden convertirse en un arma contra las enfermedades.

En su trabajo como epidemióloga, Caroline Buckee piensa mucho en la malaria—pero lo mismo se podría haber dicho cuando tenía seis años. “Hay una historia que cuenta mi padre sobre mis conversaciones a la hora de la cena cuando era pequeña”, dice. “Solía decir cosas como: ‘¿Cuál es tu enfermedad favorita?’ Y resulta que la mía era la malaria.”

La obsesión nunca desapareció del todo, porque la malaria es causada por “un organismo fascinante”, dice Buckee, ahora profesora asistente en la Escuela de Salud Pública de Harvard. “Realmente cambia de forma. Evoluciona muy rápidamente frente a cualquier cosa que le lancemos. Es un parásito inteligente.” Y lo más inquietante, añade, es que aunque es tratable y prevenible, la malaria sigue siendo una de las principales causas de muerte por enfermedades infecciosas entre los niños.

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Muertes estimadas por malaria en todo el mundo en 2010

En 2006, durante un viaje de investigación a Kenia, se le ocurrió que el trabajo que realizaba su marido, Nathan Eagle (también Innovador menor de 35 en 2009), con datos sobre el uso de teléfonos móviles podría emplearse en la prevención de la malaria. ¿Y si, se preguntó Buckee, los datos de localización de los móviles se usaran para deducir el punto de origen de un brote de malaria? Se podría advertir a los habitantes mediante mensajes de texto para que evitaran la zona o usaran mosquiteras. Las autoridades sanitarias podrían saber dónde concentrar sus esfuerzos de fumigación contra los mosquitos.

De hecho, cuando Buckee examinó los datos de 15 millones de teléfonos móviles kenianos, surgieron patrones reveladores. Las personas que habían realizado llamadas o enviado mensajes a través de cierta torre telefónica tenían muchas probabilidades de visitar más tarde una región cercana al lago Victoria donde la malaria acabó estallando con fuerza. El área cercana a esa torre era probablemente el foco original—y por tanto donde las autoridades sanitarias deberían centrarse.

Buckee y sus colegas todavía están determinando la mejor forma de utilizar estos datos (que fueron una de las 10 Tecnologías Emergentes de 2013 según MIT Technology Review). Pero los resultados hasta ahora le dan confianza en que ha encontrado una herramienta crucial para su trabajo en epidemiología. “La ubicuidad de los teléfonos móviles está cambiando realmente la forma en que pensamos sobre las enfermedades”, afirma.