
Ha creado una nariz robótica para detectar y rastrear rápidamente la trayectoria de la fuente de un olor.
«Blanca ha desarrollado un sistema olfativo artificial copiando algunas características del sistema natural, la nariz biológica, que podría utilizarse, por ejemplo, para localizar fugas de gas en zonas de desastre.
En zonas de desastre es muy común que surja una fuga de gas que puede ser tóxica o peligrosa para los seres humanos y los animales. Localizar las fuentes de estos olores suele ser una prioridad importante. Por lo tanto, conocer la dirección desde la que fluye un olor lejano es la función principal de un robot olfativo. Para satisfacer esta necesidad, Blanca ha desarrollado un sistema olfativo artificial que combina componentes electrónicos, software y sensores químicos.
Actualmente en proceso de ser patentada, la tecnología desarrollada por esta joven investigadora tiene un gran potencial para revolucionar no solo las industrias de seguridad y mitigación de desastres, sino también una amplia gama de sectores industriales».