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Una píldora llena de bacterias en lugar de medicamentos

En cualquier batalla, la victoria puede lograrse combatiendo directamente al enemigo o asegurando alianzas previas. Siguiendo este principio, en 2007 Bernat Ollé, un joven emprendedor español, comenzó a trabajar en una serie de iniciativas biomédicas que aplican técnicas de secuenciación de ADN, no al genoma humano, sino al de unos aliados poco conocidos del cuerpo humano en la lucha contra las enfermedades: las colonias microbianas que viven y crecen con nosotros durante toda la vida. De hecho, su presencia es tal que superan en número a las células humanas en una proporción de 10 a 1, y aunque invisibles, nos protegen constantemente de la penetración de microbios patógenos.

Ollé, tras una carrera fulgurante que lo llevó desde la Universitat Rovira i Virgili (España) hasta el prestigioso MIT y la Escuela de Negocios Sloan, es actualmente Principal en PureTech Ventures, una empresa de ciencia y tecnología que desarrolla y comercializa nuevas soluciones sanitarias mediante la creación de empresas dedicadas. En los últimos siete años, Ollé ha cofundado varias compañías, cada una centrada en un área específica. Desde tratamientos contra la calvicie hasta la mejora de la salud a través de la nutrición, todas comparten un enfoque común: modificar el microbioma humano para crear una nueva familia de medicamentos, con el potencial de tratar una amplia variedad de enfermedades.

A través de Vedanta Biosciences, una cuarta empresa donde también es director de operaciones, Ollé aborda el campo de las enfermedades del sistema inmunológico, como las alergias, la diabetes y la colitis ulcerosa. Al descifrar la relación entre estas enfermedades y la disbiosis (es decir, los cambios en el microbioma), descubrió que “no solo existía esa relación, sino que la disbiosis era una causa directa de la enfermedad,” recuerda Ollé. En otras palabras, una alteración en nuestras colonias microbianas “normales” reduce nuestras defensas frente a ciertos agentes patógenos.

Un antibiótico mata bacterias, pero lo hace sin distinguir entre las “buenas” y las “malas”. Los medicamentos de Ollé, en cambio, son extremadamente selectivos. No se trata de compuestos químicos sintetizados, sino de “un conjunto de organismos vivos que modifican el microbioma según lo deseado”, explica el joven innovador. Por ejemplo, los grupos bacterianos Clostridium IV y XIVa se encuentran severamente reducidos en personas con colitis o enfermedad de Crohn. Al administrar estas bacterias —obtenidas simplemente a partir de heces de personas sanas— Ollé y el investigador japonés Kenya Honda demostraron una regresión de la enfermedad en ratas afectadas. Ahora se abre el camino hacia ensayos clínicos en humanos.

Si el trabajo de Ollé ha sido posible gracias a los avances en la secuenciación de ADN derivados del Proyecto Genoma Humano, él está demostrando que observar el ADN de nuestros “inquilinos” puede ser igual de prometedor.