
Un sentido del tacto sintético podría ayudar tanto a las personas como a las máquinas.
Año en que fue reconocido: 2015
Región: Global
“Cuando era niño, siempre fui curioso y tenía la costumbre de romper cosas”, dice Benjamin Tee. “Una de las cosas que rompí fue el despertador de mi bisabuela—era uno de esos relojes de cuerda realmente antiguos, y ella se molestó mucho cuando lo rompí y no pude arreglarlo.”
Esta experiencia solo aumentó su curiosidad por entender cómo funcionan las cosas y, ahora, a través de innovaciones en piel electrónica y dispositivos de detección de presión, está abordando problemas mucho más complejos que reparar un despertador.
Como estudiante de doctorado en Stanford, Tee y sus colegas crearon lo que él llama “un vendaje inteligente”. Se coloca en la muñeca y “puede detectar tu pulso en la arteria radial”, explica. “Lo hicimos con una resolución tan alta que podemos determinar si tus arterias están realmente saludables.”
También desarrolló una piel electrónica altamente sensible a la presión, que algún día podría recubrir prótesis para proporcionarles parte del sentido del tacto que tiene la piel humana. “Tu cerebro necesita mucha retroalimentación para realizar actividades diarias, y la piel te permite hacerlo”, señala Tee. “El hecho de que esté sentado y no me caiga se debe, en gran parte, a la información sensorial que recibo de la silla.”
Estos sensores tienen otras aplicaciones: por ejemplo, un pequeño monitor inalámbrico puede implantarse en el cráneo para medir la presión dentro del cerebro, una tecnología que ha probado en ratones. Medir la presión intracraneal es crucial para personas que han sufrido lesiones cerebrales o están recuperándose de una cirugía cerebral, y los médicos suelen hacerlo implantando un catéter a través de un pequeño orificio en el cráneo.
Hoy en día, Tee dirige una startup en Singapur llamada Privi Medical, dedicada al desarrollo de tecnologías de diagnóstico y tratamiento. Esto le brinda más oportunidades para solucionar problemas, ya que, según él, el sector de la salud está “listo para una disrupción”.