
Algunos problemas no son evidentes hasta que haces la pregunta adecuada
“A veces me molesta la forma en que la gente piensa la tecnología para el mundo en desarrollo”, dice Amos Winter.
“Creen que se puede montar con piezas recicladas, que unos universitarios pueden hacerlo en un semestre, y que luego se puede regalar. Y nada de eso tiene por qué ser cierto.”
800 millones
Campesinos de subsistencia en el mundo
Winter se ha hecho conocido por diseñar una silla de ruedas especialmente adaptada a las necesidades de personas en países en vías de desarrollo: resistente para moverse por terrenos irregulares, pero lo bastante ágil para maniobrar en interiores.
La idea surgió cuando era estudiante de posgrado en el MIT y visitó Tanzania en 2005. En tres años, había desarrollado un prototipo que llevó de vuelta para poner a prueba. Ahí comenzó su verdadero aprendizaje.
Los usuarios se quejaban de que la silla era demasiado pesada. Que era poco práctica en interiores. Que no era lo bastante estable en pendientes.
“No podemos quedarnos en el laboratorio, construir algo en el banco de trabajo, llevarlo a Tanzania y pensar que va a funcionar”, dice.
“Nunca funciona así.”
Tecnología con propósito real
Ahora como profesor de ingeniería mecánica en el MIT, Winter aplica esa lección a otros proyectos.
En una sala trasera repleta de prototipos, levanta una pierna ortopédica y señala una articulación metálica bloqueada, el tipo de rodilla más común en países pobres.
“Cuando caminas con esto, caminas como con una pata de palo”, explica.
“En la mayoría de países en desarrollo hay un estigma asociado a la discapacidad, y caminar con esto es una señal evidente de que tienes una.”
Su objetivo es crear una pierna de bajo coste que reproduzca el movimiento natural de las prótesis avanzadas de 50.000 dólares.
“La cuestión es: hagamos algo que funcione igual de bien que la tecnología del mundo rico, pero por una fracción del coste.”
Eso implica usar materiales más baratos, sí, pero también asegurarse de que estén disponibles localmente, que tengan el peso adecuado y que respondan bien al esfuerzo.
Eso conlleva una gran complejidad de ingeniería, especialmente para ajustar el par de torsión de la rodilla en cada punto del paso.
Diseño centrado en la cultura y el usuario
Aunque aún falta más de un año para tener un prototipo funcional, Winter ya ha preguntado a posibles usuarios en India qué les gustaría hacer si tuvieran una pierna mejor.
“Lo más solicitado fue poder sentarse con las piernas cruzadas”, cuenta.
“Con las prótesis actuales, no se consigue el giro necesario. Y jamás lo habría imaginado. Por eso es tan importante ir al terreno.”
Ingeniería con impacto
El laboratorio de Winter tiene un aire de club de inventores. Sus estudiantes se mueven con entusiasmo, y maquetas y prototipos cubren todas las mesas. Al fondo, un taller mecánico está lleno de virutas de aluminio.
A simple vista, no dirías que estas creaciones puedan tener impacto fuera de esta sala, pero Winter habla de un “potencial monumental”.
Señala un prototipo hecho con cubos de plástico y tubos: un sistema experimental de riego por goteo.
En muchos países con redes eléctricas poco fiables, su sistema usaría solo una décima parte de la presión de los sistemas convencionales y consumiría mucha menos energía.
El secreto está en una técnica que imita los bronquios de los pulmones usando tubos de plástico.
“Si conseguimos resolver esto —y creo que lo haremos—, estamos hablando de un problema que afecta a mil millones de personas”, afirma.
“Incluso las megagranjas de Iowa podrían usar esta tecnología.”