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Acelerar el diagnóstico del cáncer de estómago con su herramienta de detección de microARN

«La diferencia entre detectar un cáncer de estómago en fase temprana y en fase tardía es, literalmente, de vida o muerte», en palabras del empresario chileno Alejandro Tocigl. Esta diferencia es especialmente trágica en los países en desarrollo, donde las tecnologías de diagnóstico más avanzadas están fuera del alcance de muchos pacientes. Por esta razón, Tocigl y su equipo decidieron en 2013 crear una nueva herramienta de diagnóstico, a través de su start-up Miroculus, basada en la detección de microARN. Estas diminutas moléculas genéticas regulan la expresión génica y actúan como biomarcadores para varios tipos de cáncer. Gracias a esta innovación, Tocigl ha sido seleccionado como uno de los Innovadores menores de 35 años de Chile 2016 por MIT Technology Review, edición española.

La plataforma de Tocigl tiene como objetivo detectar varias enfermedades a través de la misma prueba de diagnóstico simple, rápida y asequible. Actualmente, la prueba se puede utilizar para detectar el cáncer gástrico, en el que factores ambientales y nutricionales pueden causar una reacción de la bacteria H. pylori, que se encuentra comúnmente en el estómago humano, y causar gastritis, la primera fase de desarrollo de este cáncer.

Para detectar esta enfermedad en esta fase (antes de que evolucione a gastritis atrófica, metaplasia intestinal, displasia y, finalmente, un tumor maligno), Miroculus está desarrollando una herramienta de diagnóstico que detecta y analiza la presencia de varios microARN asociados al cáncer de estómago. Su presencia en fluidos corporales (plasma, saliva, orina) puede ayudar a diferenciar entre un caso aislado de gastritis y cáncer. Esto permite a los pacientes buscar un tratamiento temprano, con una tasa de supervivencia a cinco años de hasta el 90 %.

El dispositivo de Mirocolus coloca la muestra de ARN del paciente en un portaobjetos con 96 pocillos, donde reacciona con los «componentes bioquímicos patentados» de la empresa emergente. Cada pocillo detecta un microARN específico y emite una luz verde para las coincidencias positivas. La intensidad y la velocidad de esta luz son capturadas por la cámara de un teléfono inteligente, montada en la parte superior del dispositivo. Cuando la reacción se completa, las imágenes se envían a la base de datos de Miroculus, donde se procesan y el dispositivo informa de los microARN específicos identificados en la muestra e indica en qué cantidad se detectó cada uno. A continuación, un algoritmo compara esta huella molecular con enfermedades que se han registrado previamente.

Miroculus ha validado, por un lado, la sensibilidad de su tecnología en la detección de las moléculas de microARN en circulación y, por otro, el grado de correlación con el cáncer gástrico. La primera base de datos empleada para establecer esta correlación es su propia plataforma Loom: a través del procesamiento del lenguaje natural, analizan diariamente las publicaciones científicas disponibles en línea en busca de información sobre microARN asociados a determinadas enfermedades. También utilizan información del Atlas del Genoma del Cáncer y datos de sus propios ensayos con pacientes ya diagnosticados mediante pruebas clínicas más convencionales.

Los primeros ensayos para la detección del cáncer de estómago se llevaron a cabo en el Hospital Clínico de la Universidad Católica de Chile. Estos resultados permitieron al equipo lanzar «el mayor estudio sobre el cáncer de estómago y microARN jamás realizado», declara el joven innovador, con más de 600 pacientes en México (Centro Médico Nacional Siglo XXI), Estados Unidos (Instituto Nacional del Cáncer) y Europa.

Los fundadores de Miroculus se conocieron en la Singularity University (EE. UU.). Después de fundar la empresa en 2014, completaron con éxito dos rondas de financiación y crearon un equipo de nueve personas. Sus oficinas y laboratorios están ubicados en EE. UU., pero sus mercados clave se encuentran en Asia y América Latina. «El 70 % de todos los cánceres de estómago en todo el mundo se producen en países como China, Chile, Corea, México y otras economías emergentes», explica Tocigl.