
Su cubierta exterior resistente a la luz ultravioleta podría utilizarse para construir un invernadero habitable en Marte.
«Durante décadas, inversores públicos y privados han participado en proyectos que estudian las condiciones de vida en Marte y los retos a los que se enfrentarían futuras expediciones. Uno de los mejores enfoques para estudiar el terreno marciano sin salir de casa consiste en analizar ciertas zonas de la Tierra similares al planeta rojo, como el estudio que está llevando a cabo la organización Mars Society.
Luciana Tenorio, licenciada en Arquitectura por la Universidad de Lima (Perú) y la Universidad Politécnica de Madrid (España), es una de las profesionales contratadas por la empresa peruana para llevar a cabo este tipo de estudios desde su base en el desierto de Utah (EE. UU.). Tenorio ha desarrollado una cubierta aislante que puede retener el 99,7 % de los rayos ultravioleta (UV) de la luz, evitando así que lleguen a las plantas situadas dentro de un invernadero.
La exposición directa a la luz ultravioleta es uno de los principales problemas a los que se enfrentaría una colonia ubicada en Marte. Tenorio abordó este problema desde una perspectiva arquitectónica para crear un módulo que, además de albergar plantas, fuera habitable por los astronautas, aunque resultaría menos eficiente que un invernadero convencional. Para ello, mejoró la resistencia del invernadero a la radiación ultravioleta sin modificar su estructura, que sigue siendo de policarbonato. La instalación de su cubierta también es reversible, para permitir que la estructura se mueva en cualquier momento según las necesidades del momento.
Para encontrar el mejor material posible para su cubierta, la joven arquitecta se puso en contacto con una empresa textil que vende un tejido de algodón con un revestimiento especial hecho de algas marinas que proporciona una protección adicional contra la luz ultravioleta. Tenorio comenzó a realizar pruebas utilizando diferentes proporciones de algodón y materiales más elásticos «hasta encontrar un material ajustable», explicó.
Para mantener la consistencia adecuada, este tejido se coloca sobre una estructura simple de aluminio que es independiente de la estructura de policarbonato del invernadero, y se puede plegar y transportar como una mochila.
En el prototipo se utilizó aluminio en lugar de fibra de carbono debido a limitaciones presupuestarias. Según la arquitecta, esta sustitución no afectó al resultado final, aunque la versión de fibra de carbono que se llevaría a Marte «es mejor porque es más resistente y ligera».
Las pruebas demostraron que el nuevo material reduce el paso de la radiación en un 20 % en comparación con la semiesfera original de policarbonato. La retención de la luz ultravioleta alcanza el 99,7 %, aunque Tenorio aspira a «alcanzar el 100 % para minimizar los riesgos en Marte». Esta segunda piel también es permeable, lo que permite que la estructura proporcione un efecto invernadero sin que la luz ultravioleta dañe las plantas situadas en su interior.
Por el momento, el prototipo viable y patentado de Tenorio será almacenado por la organización Mars Society para su uso futuro. Además, esta joven innovadora está colaborando con el Grupo de Astrobiología de Perú en los preparativos para la construcción de una base marciana en Arequipa (Perú). En el futuro le gustaría realizar más experimentos con diferentes estructuras que impliquen el uso de tecnologías emergentes; en particular, un habitáculo que se infle con energía solar y cuyo diseño se base en los neumáticos de helio que emplea la NASA.
Según Vicente Rodríguez, investigador de nuevos materiales en el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (México) y miembro del jurado de los premios Innovadores menores de 35 años de MIT Technology Review, Tenorio ha demostrado que «es una persona muy activa e implicada» con una propuesta «futurista» que «merece este reconocimiento por su juventud y audacia».