La noticia: la intensificación de las medidas represivas de China ha hecho caer los precios de las criptomonedas. Pekín lleva un tiempo aumentando sobre ellas su presión reguladora, pero ahora parece probable que cierre más del 90% de la capacidad nacional de minería de bitcóin, según un informe del Global Times, un medio de comunicación editado por el Estado chino. El viernes pasado, las autoridades de la provincia de Sichuan, en el suroeste del país, ordenaron a los mineros de criptomonedas de la región que dejaran de operar.
Este lunes, el Banco Popular de China (la autoridad monetaria central del país) anunció que ordenaba a los bancos que tomaran medidas enérgicas contra el comercio de criptodivisas.
Los efectos: el mismo día, el precio del bitcóin cayó a 31.333 dólares (26.252 euros) (ha caído un 20% en la última semana), en medio de una creciente incertidumbre sobre su futuro. Otras criptomonedas también cayeron, y todo el mercado ha perdido un 12% de su valor en los últimos dos días, según la plataforma de intercambio de criptomonedas CoinBase. Estos acontecimientos también están repercutiendo en los precios del hardware. Los consumidores chinos que buscan comprar tarjetas gráficas (componentes críticos para la minería de bitcóin), se han encontrado precios muy bajos en el último día; algunos se han desplomado hasta un 66%, de acuerdo con el South China Morning Post.
Por qué ahora: China considera que las criptomonedas, descentralizadas y no reguladas, son una amenaza. El Banco Popular dijo que «han perturbado el orden normal de la economía» y «aumentan los riesgos de transferencias transfronterizas ilegales de activos y actividades ilegales, como el blanqueo de dinero». Está planeando convertirse en el primer país en lanzar su propia moneda digital oficial, el e-yuan.
Otra alternativa: la minería de bitcóin no cesará por la represión de China. En cambio, los operadores se trasladarán a otros lugares. Texas ha sido promocionado como un lugar que podría beneficiarse de las nuevas restricciones en China, gracias a su entorno regulatorio relativamente laxo y su electricidad barata.