Redes de corriente continua adaptadas al tamaño de los pueblos suministran energía para el alumbrado y los teléfonos móviles.
Casi 400 millones de personas en la India, la mayoría en comunidades rurales, carecen de acceso a la red eléctrica. Para muchas de ellas, cargar un teléfono móvil requiere un largo viaje a una ciudad que disponga de un quiosco de recarga, y sus casas están débilmente iluminadas por lámparas de queroseno llenas de hollín.
Para cambiar esta situación Nikhil Jaisinghani y Biran Shaad han cofundado Mera Gao Power. Aprovechando la bajada del coste de los paneles solares y de los LED, la compañía tiene como objetivo construir y gestionar microrredes solares de bajo coste que puedan proporcionar luz limpia y carga para los teléfonos. Las microrredes distribuyen electricidad en un área limitada desde un punto de generación relativamente pequeño. Aunque las soluciones alternativas -como por ejemplo, el uso de linternas solares individuales- también pueden proporcionar luz y carga para los teléfonos, la ventaja de una microrred es que el coste de instalación se puede dividir entre toda la aldea. El sistema también puede utilizar sistemas de almacenamiento y generación más eficientes y de mayor escala lo que reduce los costes operativos.
La primera microrred comercial de Mera Gao se desplegó el pasado verano y desde entonces se han añadido a la iniciativa ocho pueblos más. Hay planes de expansión a otras 40 aldeas este año con la ayuda de una subvención de 300.000 dólares (230.000 euros) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. La compañía ha animado también a otras a entrar en el mercado indio de la energía renovable al margen de la red, un mercado que el World Resources Institute, un think tank con sede en Washington D.C. (EE.UU.), estima en 2.000 millones de dólares al año (1.543 millones de euros) .
Por 2.500 dólares (1.930 euros), un centenar de familias, en grupos de hasta 15, se pueden conectar hasta a dos centros de generación, cada uno formado por un conjunto de paneles solares y una batería. La red utiliza corriente continua de 24 voltios, lo cual permite el uso de cables de aluminio en lugar de los cables de cobre más caros requeridos para los sistemas de distribución de corriente alterna, de voltaje superior. Además, se hace un mapa detallado de la aldea antes de la instalación para garantizar que la distribución de las líneas es la mejor posible (si alguien intenta robar corriente, saltan unos interruptores en el circuito). "Este mapa y el diseño son nuestra mayor innovación", señala Jaisinghani.
Cada familia recibe 0,2 amperios durante siete horas por la noche, suficientes para alimentar dos luces LED y un punto de carga de teléfono móvil, por una tarifa prepago mensual de 100 rupias (2 dólares, o 1,5 euros). El queroseno y la carga del teléfono cuestan por lo general entre 100 y 150 rupias al mes.
Jaisinghani afirma que la microrred de Mera Gao no es un sustituto de la red eléctrica, pero es lo que la gente quiere y puede pagar en estos momentos. En la actualidad la tecnología solo es compatible con la iluminación y la carga de teléfonos, pero la compañía está explorando ideas tales como centros de entretenimiento comunitarios donde los costes de televisión, radio, ventiladores y servicios de información se repartan entre un grupo de casas, en lugar de ser pagados por un único usuario.
Este artículo pertenece a la serie 'TR10: Tecnologías Emergentes 2012', que reúne las 10 tecnologías emergentes más importantes y con mayor potencial.