Young Suk Jo
Amogy | Utiliza amoníaco para propulsar camiones y barcos de bajas emisiones.
La industria del transporte es una de las más contaminantes del mundo: es responsable del 15% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En las próximas décadas, los vehículos eléctricos harán mella en esas emisiones, pero las baterías no pueden almacenar suficiente energía para propulsar los vehículos utilizados en ciertas formas de tránsito mundial, como los camiones de largo recorrido y los buques transoceánicos.
Young Suk Jo (34 años) encontró una posible solución a este problema en un producto químico poco habitual: el amoníaco. Amogy, una start-up que Jo cofundó en 2020, está construyendo sistemas que pueden utilizar amoníaco, un componente habitual en los fertilizantes, como combustible para propulsar camiones y barcos.
Una de las características más atractivas del amoníaco es su densidad energética. Esto significa que puede contener mucha energía en un espacio relativamente pequeño. El amoníaco líquido puede transportar hasta tres veces más energía que el hidrógeno comprimido, uno de los principales combustibles limpios actuales.
Para Amogy, la clave del uso del amoníaco en el transporte está en descomponerlo. Una de las principales tecnologías del sistema de conversión de amoníaco en energía es un reactor químico llamado cracker (rompedor en inglés). Este reactor descompone el amoníaco en nitrógeno, que puede liberarse a la atmósfera de forma segura, e hidrógeno. De esta forma, el hidrógeno puede utilizarse en una pila de combustible para producir electricidad.
La rotura del amoníaco no es un proceso nuevo, pero Jo y sus coinventores han desarrollado un catalizador químico que puede ayudar a que la reacción se dé a temperaturas más bajas, permitiendo que el proceso se realice a bordo de un vehículo. El equipo también ha desarrollado un reactor más eficiente que el actual. Este nuevo modelo convierte, aproximadamente, el 40% de la energía del amoníaco en electricidad.