En un acto político en Moscú (Rusia), según las informaciones, la policía intentó esposar y detener a un activista llamado Promobot. Pero Promobot no es el típico manifestante, es un robot.

Esta trifulca futurista tuvo lugar durante un evento para apoyar a Valery Kalachev, un candidato al Parlamento ruso. Kalachev empleaba la automatización para grabar las opiniones y reacciones del público para su análisis posterior.

Parece que esto no sentó nada bien a los agentes de policía rusos, que "pidieron que el robot fuera retirado... y hasta intentaron esposarlo", según los fabricantes del robot, que añadieron que "el robot no ofreció resistencia alguna".

Crédito: Promobot (YouTube).

Todo este asunto huele, por supuesto, a treta publicitaria. Sobre todo dado el hecho de que Promobot ya tiene un historial de meterse en problemas. Hace unos meses, según los informes, se escapó de su laboratorio en Perm (Rusia) cuando, parece ser, un ingeniero se olvidó de cerrar una puerta. Su batería finalmente se agotó, dejándolo encallado a mitad de una calle.

Estrategia de marketing o no, genera preguntas interesantes sobre cómo tratamos a los robots. Actualmente, las leyes que rigen a los autómatas prácticamente brillan por su ausencia, aunque la gente lleva décadas sugiriendo que algún día necesitarán su propio conjunto de derechos. Recientemente, un proyecto de propuesta del Comité sobre Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo pidió a la Comisión Europea considerar leyes civiles para la robótica. La iniciativa defendía: "Se podría establecer que los robots autónomos más sofisticados tuviesen el estatus de persona electrónica con derechos y obligaciones específicas".

Esos tipos de derechos y obligaciones, sin embargo, implicarían que se esperaría que los humanos tratasen a los robots de forma justa. Desafortunadamente, ya hemos visto que no siempre es el caso. El robot HitchBot sufrió vandalismo hasta el punto de quedar destruido el año pasado cuando intentó cruzar Estados Unidos a dedo, y Starship Technologies también ha dicho que le preocupa que sus robots de entrega sobre ruedas sean maltratados, aunque hasta ahora ninguno de ellos ha sufrido el mismo destino que HitchBot.

Tal vez, algún día, lleguemos a llevarnos todos bien.

(Para saber más: Inverse, BBC, Si pides comida a domicilio, puede que ahora te la traiga este pequeño robot)