Inteligencia Artificial
No tire su carnet de conducir, el primer coche autónomo será una decepción
Ford, Uber y BMW prometen lanzar vehículos 100% autónomos de aquí a cinco años, pero los expertos prevén que sus prestaciones estarán limitadísimas, algo que ningún fabricante explica claramente
BMW, Ford y Uber afirman que lanzarán coches "totalmente autónomos", listos para conducirse solos, para 2021 (ver El coche que se conduce totalmente solo ya tiene fecha: 2021). Ford dice que su flota carecerá de volantes y ofrecerá un servicio de taxi robótico.
Pero espere un poco antes de tirar su carnet de conducir por la ventana. Cinco años no bastan para crear vehículos lo suficientemente capacitados para conducir de forma intensiva sin ayuda humana, según los investigadores que trabajan en coches autónomos. Predicen que las automovilísticas cumplirán sus objetivos mediante la creación de pequeñas flotas de vehículos cuya operación se verá limitada a pequeñas zonas controladas.
Foto: Un todoterreno de Volvo con tecnología de conducción autónoma desarrollada por Uber. Crédito: Volvo.
"Probablemente lo que Ford hará para cumplir con el hito de 2021 sea ofrecer algo que proporcione un servicio de taxi a baja velocidad limitado a determinadas calles, y no esperen que acuda cuando llueva", advierte Steven Shladover de la Universidad de California en Berkeley (EEUU) que lleva más de 20 años trabajando en la conducción autónoma.
Shladover dice que muchos medios y miembros del público están sobreinterpretando las declaraciones de Ford y otras empresas que son menos específicas de lo que parecen. El sueño de hacer que un coche se encargue de llevarnos a donde queramos acudir dentro de la ciudad, el país o el continente sigue siendo una realidad distante, según Shladover. En su opinión, "no serán cinco años. El bombo está totalmente separado de la realidad".
El profesor de la Universidad de Princeton (EEUU) y director del programa de transporte de la Universidad, Alain Kornhauser, también cree que los vehículos de 2021 serán muy limitados. El experto predice: "Para entonces puede que logremos definir una región 'vallada' donde podamos soltar coches sin conductor. El reto consistirá en hacer que esa zona vallada sea lo suficientemente grande para proporcionar un servicio de valor".
El director de tecnología del proyecto de coche autónomo de Alphabet, la empresa matriz de Google, dijo en la conferencia EmTech Digital de MIT Technology Review en mayo que espera que los vehículos lleguen primero a determinadas zonas urbanas. No especificó cuán limitados serán ni lo rápidamente que será posible aumentar su campo de operación.
Uno de los principales motivos por los que Shladover y Kornhauser creen que las flotas robóticas de 2021 serán más limitadas de lo que creen algunos es la dificultad que tiene el software para entender el mundo.
Los ordenadores pueden reaccionar a las cosas mucho más rápido que un humano, y los sensores de los coches autónomos pueden mirar en muchas direcciones a la vez. Pero el software sufre una importante desventaja a la hora de interpretar lo que "ve" para identificar y entender objetos y situaciones, como un agente de tráfico que gesticule en mitad de la calle. Tampoco se le da demasiado bien lidiar con situaciones fuera de lo común.
El profesor adjunto de la Universidad del Sur de California Jeffrey Miller dice que uno de los retos más cruciales para las empresas que trabajan en la conducción autónoma es averiguar cómo los sensores limitan las situaciones que un vehículo puede resolver de forma autónoma y fiable.
El accidente producido este año que cobró la vida de un conductor que empleaba la prestación Autopilot de Tesla subraya el problema, según Miller. Tesla dijo que los sensores del coche no detectaron el lateral del tractor contra el que chocó.
Puesto que el mundo real y sus carreteras son un lugar complicado, harán falta muchas pruebas para asegurarse de que las tecnologías de conducción autónoma son capaces de enfrentarse a todos los escenarios con los que tendrán que lidiar para ser fiables, señala Miller.
El tiempo también presenta un problema para los coches autónomos. La lluvia, la nieve y las lluvias heladas ponen a prueba los sensores de los que dependen muchos prototipos para rastrear sus entornos en 3D, por ejemplo.