Inteligencia Artificial
En 2015 los robots han sido capaces de casi todo pero útiles para casi nada
Los coches se conducen sólos y los autómatas han adquirido toda clase de habilidades, pero aun falta mucho para que nos amenacen
Los robots no han llegado a dominarlo todo en 2015, pero a veces parece que sí va a acabar pasando en el futuro.
Hemos visto señales de que las máquinas podrían hacerse con el trabajo manual dentro de poco. Hoy en día, todavía se requiere la habilidad humana. A principios de año se publicó información sobre un concurso organizado por Amazon para promover que los robots llevaran a cabo una mayor cantidad de trabajo en sus enormes centros de producción y almacenaje.
El reto Amazon Picking (así se llamaba el evento, que en español se traduciría como el reto de recoger de Amazon) tuvo lugar en una importante conferencia de robótica algunos meses después. Los equipos competían por un premio de 25.000 dólares (unos 23.000 euros). Tenían que diseñar un robot que identificara y cogiese artículos de las estanterías de almacenaje de Amazon tan rápido como les fuera posible (el ganador cogió y empaquetó 10 artículos en 20 minutos). Puede que a un trabajador humano esto le parezca una tarea trivial, pero entender cómo hay que agarrar diferentes objetos colocados aleatoriamente sobre los estantes de un almacén real sigue siendo un reto tremendo para un robot.
Más adelante, tuvimos la exclusiva oportunidad de echar un vistazo al interior de los almacenes de Amazon, lo cual nos permitió comprender hasta qué punto están ya automatizados y descubrir su alto nivel de sofisticación. Dentro de los almacenes, los robots transportan los productos entre los diferentes puestos de empleados humanos, y las personas funcionan como parte de un sistema de producción perfectamente orquestrado y meticulosamente diseñado.
Algunos meses después tuvo lugar en Pomona, California (EEUU) un concurso de robots todavía más impresionante, el reto DARPA. Financiado por el ejército de EEUU y creado en respuesta al desastre nuclear de Fukushima en Japón, el acontecimiento fue diseñado con idea de inspirar la creación de humanoides robóticos capaces de ser desplegados en zonas de alto riesgo durante posibles crisis futuras.
El concurso sobrepasó los límites que existían hasta ahora en manipulación, percepción y movimiento robótico a partir de una serie de arduos retos como abrir puertas, subir escaleras y operar herramientas energéticas. Insistimos, puede que a los humanos les parezcan tareas sencillas, pero siguen siendo extremadamente complicadas para un robot. Así quedó demostrado con los resbalones y meteduras de pata de varios de los concursantes robóticos, los cuales cuestan millones de dolares. El primer puesto, premiado con dos millones de dólares (unos 1,8 millones de euros), se lo llevó finalmente un robot que fue capaz de desenvolverse en el juego porque sabía caminar y rodar de rodillas.
Aunque los robots siguen siendo inferiores a nosotros en muchos sentidos, la tecnología en la que se basan mejora muy rápido. Los investigadores están ideando nuevos métodos de aprendizaje para robots y nuevas maneras de permitirles compartir la información que retienen. Estos avances deberían de acelerar el progreso todavía más. No resulta sorprendente, por lo tanto, que los robots estén haciendo su aparición en todo tipo de ámbitos comerciales, desempeñando papeles como el de recepcionista o dependiente de tienda o incluso el de auxiliar de enfermería o conserje de hotel.
También ha sido un gran año para los coches automónomos o "autoconducidos". Varias empresas como Apple, Uber, e incluso Baidu (de China) han decidido imitar a Google y a muchos fabricantes de automóviles y se han puesto a investigar en tecnología de conducción autónoma. Nosotros hemos investigado cómo esta tendencia se ha visto favorecida por unos sensores más baratos y unos programas de control mejorados, así como por una creciente informatización de los automóviles. El escándalo de las emisiones en que se ve inmerso Volkswagen en la actualidad constituye un ejemplo más de la importancia cada vez mayor del código informático en los vehículos de hoy en día.
La empresa más representativa de lo que es la informatización del vehículo, Tesla, también ha sido la primera en introducir tecnología de autoconducción en la carreta, al lanzar una actualización de software con Autopilot (Piloto Automático) para los coches Modelo S que dispongan de los sensores adecuados.
Sin embargo, todo este desarrollo tampoco ha ido por un camino de rosas. Varios propietarios de coches Tesla subieron a internet alarmantes vídeos en los que se veía al sistema comportándose de forma inesperada en la carretera. La empresa se vio obligada a dar marcha atrás, haciendo más limitadas las funciones del sistema, al menos hasta que se pueda incrementar su desarrollo y se realicen pruebas adicionales.
Google también dio a conocer que sus prototipos de coches autónomos se habían visto envueltos en una serie de accidentes, si bien la empresa se excusó asegurando que el problema estaba en que sus coches tenderían a conducir a veces de forma que podría desconcertar al resto de conductores. Pese a todo, estos incidentes indican que a los creadores de coches autónomos tienen delante un inminente dilema moral. Por extraño que parezca, algunos investigadores están planteándose ya las circunstancias bajo las cuales podrían programarse estos sistemas con el fin de matar.
Se han llevado a cabo enormes avances en inteligencia artificial gracias al desarrollo de redes neuronales de "aprendizaje profundo" muy amplias y muy sofisticadas que aprenden alimentándose de una enorme cantidad de información, una tendencia que se ha mantenido en 2015. Las compañías tecnológicas más importantes del mundo han contratado expertos en la materia para aplicar esta técnica a funciones como el reconocimiento de voz. Nosotros identificamos al equipo de Facebook que se encarga de la ambiciosa iniciativa de crear una inteligencia artificial de aprendizaje profundo capaz de analizar sintácticamente el lenguaje y tener conversaciones coherentes. Más recientemente, Facebook introdujo un servicio de asistencia personal llamado M que funciona con empleados humanos pero que se utilizará para entrenar a la inteligencia artificial de conversación de Facebook.
Teniendo en cuenta este ritmo tan veloz en los progresos de la inteligencia artificial y la robótica, tal vez no resulte sorprendente que algunos expertos hayan empezado a preocuparse por sus implicaciones a largo plazo. Un libro escrito por el filósofo de la Universidad de Oxford (Reino Unido) Nick Bostrom avivó esta preocupación, al ofrecer muchas situaciones hipotéticas descorazonadoras que surgirían como consecuencia del desarrollo de una "superinteligencia" artificial. No obstante, nosotros estudiamos el libro y descubrimos que el progreso técnico no justifica del todo nuestras apocalípticas inquietudes, por ahora.
Para obtener una perspectiva algo más amplia, ¿qué mejor que acudir entonces a uno de los padres de la inteligencia artificial, Marvin Minsky? En una inusual entrevista en vídeo, Minsky compartió su perspectiva sobre la historia de la inteligencia artificial y algunas de sus ideas en torno a lo debería ser prioritario para este campo.
Si el año que se acerca consigue estar a la altura de las optimistas previsiones que albergaron un día los pioneros como Minsky, entonces puede que sí que nos encontremos, después de todo, en la senda hacia la revolución robótica.