Las nuevas tecnologías y las grandes iniciativas de investigación del Gobierno están creando un almacén para un futuro más poblado
Foto: Gracias a la edición genética, este trigo en un invernadero de Beijing es resistente al oídio, una grave enfermedad de los cultivos.
¿Cómo va a conseguir China suficiente comida? Más de 1.300 millones de personas viven en el país más poblado del mundo, a las que se unirán otros 100 millones en 2030. China ya es un importador neto de alimentos, y la población está comiendo más carne, lo que crea nuevas exigencias en las tierras dedicadas al cultivo de alimentos. Mientras tanto, el cambio climático podría reducir la producción de cultivos cruciales como el arroz, el trigo y el maíz en un 13% durante los próximos 35 años. Consciente de estas tendencias, el Gobierno de China gasta más que cualquier otro en la investigación de cultivos modificados genéticamente. El país está a la búsqueda de variedades que produzcan mayores cosechas y resistan mejor las plagas, enfermedades, sequías y el calor. Los resultados pueden verse en los cientos de laboratorios de biotecnología vegetal del país.
En una parcela de ensayo de plantas de soja transgénicas a las afueras de Beijing, la directora de las instalaciones, Fanyun Lin (a la izquierda), se reune con Caixia Gao, una destacada investigadora de transgénicos e investigadora principal del Laboratorio Estatal de Células de Plantas e Ingeniería de Cromosomas.
Esta planta de soja ha sido modificada genéticamente para intentar producir más aceite de soja y de mayor calidad.
Izquierda arriba: En un laboratorio del Gobierno en Beijing, un técnico limpia mazorcas de máiz y las prepara para quitarles las semillas y someterlas a tecnologías de modificación genética.
Derecha arriba: En una sala de cultivo de tejidos, la investigadora Bing Wang trabaja en vástagos de Arabidopsis, una mala hierba de crecimiento rápido que los investigadores de biotecnología vegetal usan comúnmente como organismo modelo.
Abajo: Esta placa de Petri está llena de vástagos de Arabidopsis de nueve días cultivados a 28 °C, una temperatura relativamente alta. El objetivo del experimento es ver cómo altera el calor los patrones de comportamiento y hormonales del crecimiento de la planta. Estos experimentos sirven para encontrar más conocimientos básicos que puedan servir de guía para futuros enfoques transgénicos, como por ejemplo variedades que puedan soportar mejor las mayores olas de calor que se esperan en el futuro.
ARTÍCULO DESTACADO: El arsenal 'secreto' de transgénicos de China
Hileras de vástagos de arroz en tubos de ensayo a la espera de que se les eliminen los protoplastos, o el material vivo de las células. Es el primer paso de una serie de experimentos sistemáticos de edición genética con los que encontrar rasgos más deseables, como por ejemplo un alto nivel de producción y resistencia a las enfermedades.
Caixia Gao muestra una cepa de arroz a la que se le han eliminado genes para que crezca a mucha menos altura que el arroz típico, que puede verse a la izquierda y la derecha. Gao está investigando si estas diminutas cepas de arroz dedican más energía hacia la producción de semillas (el alimento) y menos hacia la producción de material de hoja.