Medir la resistencia eléctrica de los tejidos de la muñeca es una forma fiable de identificación, y podría permitir el acceso a vehículos y hogares
Algún día tu pulsera de monitorización de la actividad física o tu reloj inteligente podrían detectar si está en tu muñeca o en la de otra persona, una forma fácil de controlar el acceso a tu casa, tu coche o tu oficina y puede que de disuadir a los potenciales ladrones.
La tecnología, desarrollada en la Universidad de Dartmouth (EEUU), usa cuatro pares de electrodos alrededor de la muñeca. Resulta que la resistencia eléctrica que se genera entre los electrodos es una medida biométrica: es individual para cada uno, dependiendo de la composición corporal, el grosor de la piel y el tamaño de los huesos. Cuando el dispositivo mide tus niveles de resistencia y coinciden con los registrados, transmite un código de identidad por vía inalámbrica para confirmar tu identidad.
El prototipo de dispositivo portable se describe en un artículo presentado esta semana en Mobisys, una conferencia académica sobre las tecnologías móviles. Según el investigador de Intel Labs que desarrolló la tecnología siendo estudiante en Dartmouth College, Cory Cornelius, con él podrías personalizar tu entorno. "Si llevo la pulsera puesta, mi teléfono se desbloquearía sin necesidad de PIN, o podría entrar en mi PC o proporcionar una forma de control de acceso", explica.
Dado el boom que ha habido en el mundo de los aparatos para hacer seguimiento del ejercicio y otros dispositivos portables unidos por vía inalámbrica con los smartphones, la tecnología también podría servir para confirmar que los datos que salen del dispositivo vienen de la persona adecuada, afirma el informático de la Universidad de Illinois (EEUU) Carl Gunter, que no está involucrado en el proyecto.
En una de las pruebas realizadas, el dispositivo funcionó con una precisión del 98%, lo suficiente como para distinguir las señales en un entorno abarrotado. Por otra parte, a largo plazo, el envejecimiento, la pérdida de peso o la enfermedad podría cambiar las propiedades de impedancia de la muñeca del usuario, con lo que habría que recalibrar el dispositivo, explica Cornelius.