Cambio Climático
El reglamento de emisiones de EEUU es menos severo en los estados más contaminantes
El texto de la EPA está influido por las enormes diferencias entre el potencial energético de cada estado
La semana pasada, la EPA (la Agencia de Protección Ambiental de EEUU) dio a conocer un plan para reducir significativamente las emisiones de dióxido de carbono de Estados Unidos en los próximos 15 años (ver "El nuevo reglamento de emisiones de EEUU las reducirá un 24%"). Sin embargo, algunos de los estados a los que se les pide adoptar los mayores cambios para cumplir con el objetivo no son los que más dependen de la mayor fuente de emisiones: la energía procedente del carbón.
Varios estados que ya han planeado grandes reducciones en las emisiones están compensando la emisiones de otros estados que sí dependen mucho del carbón, como Kentucky e Indiana.
Bajo las regulaciones propuestas, la EPA establece requisitos específicos para cada estado, con el objetivo de equilibrar las diferencias prácticas y económicas existentes entre ellos. Por ejemplo, la energía eólica es más cara en algunos lugares, y algunos estados pueden recurrir a plantas de gas natural ya existentes para reducir las emisiones de carbón.
Pero según el director del Laboratorio para el Derecho Internacional y el Reglamento de la Universidad de California en San Diego (EEUU), David Victor, otras diferencias son políticas. Asegura que en algunos estados es difícil aprobar una ley que requiera el uso de energía renovable, y la EPA lo ha tomado en cuenta.
En el plan, la agencia señala que "anticipa y apoya los compromisos de los estados con una amplia gama de preferencias políticas", como las decisiones de algunos estados de "depender significativamente de la generación de energía basada en el carbón".
A pesar de este intento de apaciguar a los estados dependientes del carbón, los políticos de algunos de ellos siguen oponiéndose a las regulaciones propuestas. El senador republicano de Kentucky, Mitch McConnell, se queja de que el reglamento propuesto ayuda a estados como Nueva York, mientras que dañan al suyo, a pesar de que el plan de la EPA exige a Nueva York reducir sus emisiones de dióxido de carbono (por megavatio-hora de electricidad producida) en un 44%, mientras que la tasa de reducción de emisiones para Kentucky es sólo del 18%.
En muchos casos, la EPA basa sus decisiones en planes que otros estados ya han diseñado. Por ejemplo, en base al plan de energía renovable ya existente en Colorado, la EPA cree que podría obtener el 20% de su energía a partir de energía renovable para el año 2030, y requiere que el estado reduzca su tasa de emisiones en un 36%. Por el contrario, la EPA espera que Kentucky obtenga sólo el 2% de su energía a partir de energía renovable.
A Washington se le ha pedido recortar su tasa de emisiones en un 72%, la tasa más alta exigida a cualquier estado. Pero esto se debe a que ya tiene planes para cerrar su única planta de energía de carbón, que representa una gran parte de sus emisiones (el estado obtiene la mayor parte de su electricidad de centrales hidroeléctricas).
Los objetivos de la EPA también se han visto influidos por la practicidad de una tecnología determinada. Por ejemplo, la modificación de plantas de energía para que puedan capturar el dióxido de carbono ha sido considerada demasiado cara y poco práctica en muchos casos. Si la captura de carbono fuera más barata, los estados con grandes cantidades de carbón y poca energía renovable o poca energía procedente del gas natural lo tendrían más fácil para reducir sus emisiones.