Tecnología y Sociedad
¿Por qué un fabricante de software de gama alta persigue a empresas de aplicaciones?
Autodesk posee un software de diseño e ingeniería con gran volumen de ventas, pero está contactando a desarrolladores de aplicaciones para mantenerse al día con las últimas tendencias.
Socialcam fue una start-up de éxito con una aplicación sencilla que permitía a la gente grabar y editar vídeos rápidamente en teléfonos inteligentes, y compartir los clips con los amigos. Eso podría haberla convertido en un objetivo natural para una compañía como Google, Facebook o Apple, que tratan de mantenerse al día en las redes sociales. Sin embargo, Socialcam ha sido comprada recientemente a un precio de 60 millones de dólares (49 millones de euros) por Autodesk, una compañía más conocida por un software caro, utilizado por arquitectos, diseñadores de productos y animadores de Hollywood.
¿Por qué iba a prestar atención Autodesk -una empresa con 2.200 millones de dólares (1.810 millones de euros) en ingresos el año pasado- a una simpática aplicación social que los usuarios pueden conseguir de forma gratuita? Porque vender software caro a empresas, aunque pueda parecer lucrativo, se está convirtiendo en una forma menos fiable de mantenerse al día con las tendencias de computación. A medida que los empleados usan tabletas y teléfonos inteligentes tanto en el hogar como en el trabajo y el software de escritorio se pasa a la web, las líneas divisorias entre los consumidores y los clientes empresariales se están desdibujando.
Autodesk lanzó una división de consumo hace menos de tres años y poco después creó SketchBook, su propia aplicación móvil de dibujo y pintura, que se convirtió en un éxito. Desde entonces, el director general de Autodesk, Carl Bass, ha trabajado para atraer a más consumidores, en particular mediante la compra de la web informativa Instructables y la aplicación de edición de fotos Pixlr. Este año, para completar su oferta, también lanzó una versión para consumidores de su software de simulación 3D, llamado 123D. La suite de aplicaciones permite a los usuarios hacer un modelo en 3D de un sujeto con una cámara inteligente para después editarlo o 'esculpirlo', y después imprimir el archivo mediante una impresora 3D o un sistema de corte por láser. Después vino la adquisición de Socialcam este verano.
Bass ha cerrado este tipo de acuerdos para ampliar la base de usuarios de la empresa a pesar de que estos productos de consumo suponen menos del 2 por ciento de los ingresos de Autodesk, una cifra que es poco probable que cambie. Lo que Autodesk ofrece al consumidor es gratuito y costeado por publicidad, o cuesta uno o dos dólares en las tiendas de aplicaciones, mientras que sus paquetes de software típicos cuestan miles. La razón por la que persiguen estos flujos de ingresos centrados en aplicaciones, señala Bass, es que los productos de consumo de Autodesk ayudan a innovar más rápido y mejor. Históricamente, la innovación dentro de la TI (Tecnología de la Información) se inició en grandes organizaciones, como empresas militares y otras de gran tamaño, y de ahí pasó a estratos más bajos. Sin embargo hoy día, asegura Bass, las tendencias de software están empezando al nivel de los usuarios individuales, sobre todo con la proliferación de tiendas de aplicaciones móviles con miles de ofertas. Las aplicaciones, añade, también requieren de un estilo de desarrollo más rápido y una curva de aprendizaje más simple que el negocio tradicional de software de Autodesk.
Dominar ese sector ayudará a Autodesk a medida que haga que todo su software, incluyendo su producto estrella AutoCAD, tenga un mayor grado de colaboración y movilidad. Bass cree que las amenazas más graves hacia Autodesk en la actualidad no vienen de sus competidores tradicionales sino de empresas más pequeñas que rápidamente podrían sacar partido de una nueva plataforma tecnológica o modelo de negocio y que, como señala Bass, "no tienen nada que perder".
No obstante, uno de los aspectos de la revolución de las aplicaciones aún sorprende a Bass. "Tengo más correos de personas que han comprado Sketchbook y Pixlr por 99 centavos (0,82 céntimos) que algunas de nuestras aplicaciones a 5.000 dólares (4.116 euros), señala. "El correo siempre comienza así: 'Estimado Sr. Bass, he pagado 99 centavos por Sketchbook y esperaba que tuviera este filtro, o hiciera esto otro'. Rara vez me llega algo así relacionado con nuestros productos profesionales de 5.000 dólares. Por 99 centavos de dólar, la gente se siente con muchos derechos".