Al tiempo que se complica la producción de petróleo, la innovación digital se convierte en la clave.
El mundo no se está quedando sin petróleo y gas natural. Se está quedando sin petróleo y gas natural de fácil acceso. Y al mismo tiempo que las empresas energéticas perforan a mayor profundidad y buscan depósitos más difíciles en regiones más remotas, apuestan por la tecnología de la información para aumentar su producción.
En este caso, los datos son realmente el nuevo petróleo. “Es algo importante”, afirma Paul Siegele, presidente de Energy Technology Company en Chevron. “La tecnología de la información nos está permitiendo obtener más barriles de cada producto”.
Las empresas petroleras están usando sensores distribuidos, comunicaciones de alta velocidad y técnicas de explotación de datos para hacer un seguimiento de las operaciones de extracción lejanas y afinarlas. El objetivo es usar datos en tiempo real para tomar decisiones más acertadas y poder predecir problemas técnicos.
Las empresas empezaron a usar este tipo de tecnologías hace más de una década, en parte para ayudar a sus plantillas, que iban envejeciendo, a trabajar a distancia. Pero estas tecnologías han ido cogiendo fuerza al mismo tiempo que otras tendencias subyacentes: una tecnología de computación y comunicación más barata y la proliferación de sensores de datos y software de análisis.
El término que maneja la industria es el de 'campo petrolífero digital', aunque las empresas más grandes han patentado sus propias versiones. En Chevron es el 'i-campo'. BP tiene el 'Campo del Futuro' y a Royal Dutch Shell le gusta 'Campos Inteligentes'.
Se llamen como se llamen, estos programas tendrán un papel muy importante en el futuro de las empresas energéticas. Quienes tengan más éxito operando a distancia y usando los datos de forma inteligente obtendrán grandes recompensas. Chevron cita cálculos hechos a nivel de toda la industria que sugieren que la producción aumentará un 8 por ciento y el retorno será de un 6 por ciento más en un campo petrolífero digital ”completamente optimizado”.
Según Siegele, eso es significativo. A pesar del avance de las tecnologías vinculadas a las energías renovables, la Agencia Internacional de la Energía predice que la demanda mundial de petróleo seguirá en ascenso en 2035, porque cada vez más gente usará coches. Y puesto que la extracción resulta cada vez más difícil, serán necesarios casi 20 billones de dólares (unos 1,6 billones de euros) en inversiones para satisfacer esas necesidades futuras.
En la actualidad Chevron está montando hasta ocho centros de 'control de misión' en todo el mundo como parte de su programa digital. Cada uno de ellos está centrado en un objetivo concreto, por ejemplo usar datos en tiempo real para tomar decisiones colaborativas en operaciones de perforación, o gestionar pozos y generar imágenes de las reservas para conseguir un mayor rendimiento. El objetivo es mejorarlo en más de 40 de sus instalaciones energéticas más importantes. La empresa calcula que estos centros le ayudarán a ahorrar 1.000 millones de dólares al año (unos 800 millones de euros).
En un centro de asistencia de maquinaria -inaugurado en Houston (Estados Unidos) en 2010 y ampliado el año pasado- los ingenieros hacen un seguimiento de las imágenes y estadísticas de operaciones en Kazajistán y Colombia. El personal de este centro diagnosticó problemas en un compresor de inyección de gas que mostraba sutiles señales de sobrecarga en el campo Sanha de Chevron frente a las costas del sur de África. Los operadores presentes allí arreglaron el problema y evitaron la potencial pérdida de millones de dólares que hubiera supuesto tener los equipos apagados. Ahora existe un sistema automatizado de detección temprana basado en los síntomas observados en esa planta.
Chevron puso a prueba el i-campo por primera vez en sus pozos centenarios del valle de San Joaquín en California (EE.UU.), donde está usando tecnología térmica avanzada para exprimir petróleo pesado de lo que anteriormente se hubiera considerado una reserva agotada. En el pasado, los trabajadores iban de pozo en pozo, inspeccionando miles cada día, explica David Dawson, director general de la organización de transformación del flujo de trabajo de Chevron. Ahora usan sensores y seguimiento a distancia y visitan los pozos solo cuando hace falta llevar a cabo reparaciones.
Desde estas primeras pruebas, el análisis de datos en tiempo real, la imaginería y la colaboración a distancia se han convertido en la clave a la hora de montar algunos de los proyectos más recientes y complejos de Chevron. Entre ellos se cuentan algunos situados en las aguas profundas del Golfo de México, frente a las costas de Nigeria o a 130 kilómetros de las costas de Australia. Este último es el caso del controvertido proyecto Gorgon, por valor de 37.000 millones de dólares (unos 29.000 millones de euros), el proyecto de gas natural más grande de la historia de Australia.
Reforzar la seguridad en tiempo real también es crucial según se va complicando la producción, sostiene el analista de mercados de crudo de la firma Morningstar Stephen Ellis. Hoy, por ejemplo, Chevron está siendo duramente criticado en Brasil, donde admitió su responsabilidad en el vertido de 3.000 barriles en el mar que tuvo lugar en noviembre y fue provocado por un aumento de presión imprevisto en un pozo. Siegele afirma que el programa i-campo de Chevron ayudará a prevenir accidentes y mejorar la seguridad.
Gran parte de la innovación en software que es clave para la digitalización de las grandes compañías petroleras está teniendo lugar en las empresas de servicios, como Halliburton and Schlumberger, y en los grandes proveedores informáticos, entre ellos Microsoft e IBM.
Sin embargo, no todos los problemas están resueltos. Aún sigue siendo difícil asegurar comunicaciones fiables desde la plataforma continental del Ártico a través de líneas de fibra óptica o satélite. Otra limitación son las velocidades de transmisión de datos para enviar información sobre presión y temperatura desde cientos de metros de distancia bajo la superficie, aunque en los últimos años unas tuberías 'cableadas' han podido retransmitir estos datos a una velocidad mucho mayor de lo que venía siendo habitual, a un megabit por segundo.
El tráfico informático de Chevron ya supera los 1,5 terabytes por día. “El flujo de datos que nos llega cada minuto y cada hora es increíble”, afirma Jerry Hubbard, presidente de Energistics, un consorcio global sin ánimo de lucro que trabaja por estandarizar los formatos de intercambio de datos en la industria energética.
Incluso las start-ups están explorando el campo petrolífero digital. “Gran parte del código que se usa hoy en las antiguas plataformas de software tiene más de 20 años”, afirma Kirk Coburn, fundador de Surge, un nuevo acelerador de start-ups de software de energía que cuenta con una sección de petróleo digital. “Esta tecnología aún admite muchísima modernización”.