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Computación

La Ley de Moore sigue viva

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La nueva generación de transistores tridimensionales de Intel mantiene la tendencia de los últimos 50 años hacía chips más rápidos y compactos.

  • por Tom Simonite | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 30 Abril, 2012

"[Gordon] Moore es mi jefe, y si tu jefe crea una ley, hay que seguirla", señala Mark Bohr, director de la iniciativa de Intel por hacer que los avances en el diseño de microchips resulten prácticos de fabricar. La Ley de Moore, por supuesto, fue propuesta por primera vez por el jefe de Bohr en 1965, cuando señaló que el número de transistores en un chip se duplica cada año. La forma actual de la ley de Moore se ha establecido desde 1975, cuando alteró el ritmo hasta una duplicación cada dos años. Cabe destacar que la industria de la computación ha mantenido ese ritmo desde entonces, lo que nos ha predispuesto a esperar que los ordenadores sean cada vez más rápidos.

Después del lanzamiento el lunes de la semana pasada de la nueva línea de procesadores de Intel -los llamados Ivy Bridge- la predicción de Moore sigue siendo relevante. Estos chips son los primeros que fabrica cualquier empresa con características de hasta 22 nanómetros (los chips de hoy día llegan hasta los 32 nanómetros), lo que permite transistores más pequeños y una mayor densidad de los mismos. Los chips Ivy Bridge ofrecen una velocidad de procesamiento un 37 por ciento mayor que la generación anterior de chips, y pueden igualar su rendimiento utilizando solo la mitad de energía.

Estos procesadores tienen aproximadamente dos veces más transistores que la línea más reciente de chips de Intel, con 1400 millones en un área de 160 milímetros cuadrados, en lugar de 1160 millones en una de 212 milímetros. Seguir la Ley de Moore de este modo ha requerido un rediseño significativo del transistor, los pequeños interruptores electrónicos que conforman los chips digitales de los ordenadores. Los diseños existentes de transistor, que han cambiado poco durante las últimas décadas, no se podían hacer ya más pequeños (hasta dispones de características de 22 nanómetros). Esto habría provocado fugas ya que el transistor permitiría un flujo de corriente incluso mientras estaba cerrado. Intel solucionó el problema mediante la adición de una dimensión adicional a los transistores, que durante décadas se han fabricado como una pila de capas planas de material situadas unas sobre otras.

Un diseño básico de transistor comprende electrodos separados para la corriente entrante y saliente, conocidos como fuente y drenador, el material que conecta los dos, conocido como canal, y un tercer electrodo conocido como puerta, que controla el flujo de corriente. En lugar de ser una capa plana, el canal de los transistores reinventados de Intel es una larga 'aleta' que sobresale hacia el electrodo puerta situado en la parte superior, lo que da lugar a una conexión eléctrica más íntima entre las capas. Intel se refiere a sus transistores tridimensionales como diseño 'tripuerta'.

Unos diseños similares fueron sugeridos por primera vez en Japón en la década de los 80, y desarrollados durante muchos años en la Universidad de California en Berkeley, a partir de la década de los 90. Intel comenzó a investigar el diseño allá por el año 2000, señala Bohr, y en 2008 se comprometió a utilizarlo. "Una cosa es crear un dispositivo de laboratorio, pero otra muy diferente es asegurarse de que puede producir chips de bajo coste y en un alto volumen", asegura Bohr. Afirma que Intel está reutilizando muchos de los procesos de fabricación ya existentes y, como resultado, crear el patrón en una oblea de silicio de tipo Ivy Bridge cuesta solo alrededor de un 2 por ciento más que la generación anterior de Intel.

El lanzamiento de chips de sobremesa Ivy Bridge esta semana deja a Intel tecnológicamente por delante de su competidor, AMD, que no tiene planes públicos para la adopción de transistores tridimensionales de 22 nanómetros. Las versiones de la nueva tecnología para ordenadores portátiles saldrán en verano, pero para Intel quizá sea más importante el potencial de los chips Ivy Bridge para ayudarle a entrar en el mercado de los procesadores energéticamente eficientes que usan las tabletas y teléfonos inteligentes.

Los transistores tridimensionales de Intel harán su debut en la línea Atom de procesadores móviles en 2013. Intel quiere que se usen en teléfonos inteligentes y tabletas, y ha firmado acuerdos con Lenovo y Motorola para que así sea.

En cuanto a las perspectivas futuras de la Ley de Moore, Bohr señala que su grupo ya está trabajando en los procesos de fabricación de una versión de los transistores tridimensionales con características de 14 nanómetros, prevista para su producción en 2014. "Cada vez se hace más difícil, pero no veo el final [de la Ley de Moore]", concluye Bohr.

Computación

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