La ingeniería de automoción cede sus avances al sector sanitario para crear implantes y piezas ortopédicas personalizadas, que reducen el margen de error en las intervenciones quirúrgicas y podrían reducir costes.
Un grupo de emprendedores españoles con una media de edad que ronda los 30 años trabaja aplicando ingeniería de alto nivel a la salud. Su filosofía pasa por integrar técnicas propias del sector automovilístico en el diseño y fabricación de prótesis y piezas ortopédicas personalizadas. El aminoramiento del margen de error, la disminución del tiempo de la intervención quirúrgica y un postoperatorio más ligero y llevadero para el paciente son algunas de las ventajas de aplicar estas técnicas. Además, su novedosa tecnología podría reducir los costes de fabricación de piezas personalizadas.
El ingeniero industrial José Manuel Baena se especializó en ingeniería de automoción deportiva trabajando en el equipo del bicampeón mundial Fernando Alonso en Oxford (Inglaterra). Fascinado por el potencial de los últimos avances en ingeniería, pensó de qué manera éstos podrían aplicarse a otros sectores. Así surgió la idea de crear Breca Health Care, una empresa donde la ingeniería punta se pone al servicio de la medicina y, en especial, de la traumatología y la ortopedia.
Mientras estudiaba en Oxford, Baena conoció al ingeniero de materiales Pedro Jesús Raya, que pasaría a convertirse en su primer socio y cofundador de la empresa. Juntos, presentaron su idea a la Fundación Genoma España, donde su proyecto fue reconocido con un galardón nacional. Poco después, se unieron a ellos el financiero Sergio Arráez y el especialista en traumatología y cirugía ortopédica Antonio Ríos Luna. Ríos, además de aportarles la visión clínica que necesitaban, “usaba las mismas tecnologías en las que nos centrábamos nosotros y tenía experiencia real de la actividad a la que nos íbamos a dedicar”, explica Baena.
Con el equipo al completo, Breca comenzó en abril de 2011 su andadura trabajando con ingeniería proveniente de sectores que, aparentemente, no guardan ninguna relación con el sanitario. “Incorporamos las tecnologías que utilizan procedimientos como el diseño personalizado por ordenador, el análisis por elementos finitos y la dinámica computacional de fluidos”, comenta Baena. “Técnicas propias de sectores como la automoción o la aeronáutica -continúa- que empleamos para hacer simulaciones de gran calidad, utilizando el escaneado 3D y el tratamiento de imágenes por ordenador, ambos de gran utilidad en el ámbito de la traumatología”.
Según explica Baena, “la dinámica computacional de fluidos permite estudiar las ecuaciones que gobiernan el comportamiento de los fluidos y programarlas en un ordenador”. Con el análisis de elementos finitos se hace algo similar, “solo que en lugar de aplicarse a fluidos, se aplica a sólidos”.
Otra de las técnicas que emplean es la del escaneado en 3D, que les permite elaborar diseños personalizados y fabricar modelos con fines preoperatorios, “una línea con la que estamos trabajando”, indica Baena.
Facilitar el trabajo del profesional sanitario en pos del éxito de las intervenciones quirúrgicas es una de sus mayores preocupaciones. “Si el cirujano tiene la geometría exacta de la pieza ósea que va a intervenir unas semanas antes de la operación -expone Baena- podrá moldear placas, planificar todo lo que va a necesitar y llevarlo a quirófano ya preparado”. Esto se traduce en una manera de reducir notablemente la duración de la operación. “Además, elaboramos guías personalizadas que se adaptan a la geometría con la finalidad de indicar al traumatólogo el lugar e inclinación exactos donde tiene que trabajar”, añade.
El abanico de aplicaciones al que se dedican no se ciñe exclusivamente al ámbito de la traumatología: “Aunque la mayoría de las aplicaciones se dirigen a esta área –reconoce Baena- también trabajamos en implantes para cirugía cardiovascular”.
Los materiales que manejan varían según las líneas de trabajo para las que vayan a utilizarse. “Para los preoperatorios estamos usando peliamidas, aunque también se puede trabajar con otros materiales polímeros”, comenta el ingeniero. “Para los implantes y prótesis -prosigue- usamos acero inoxidable o aleaciones de titanio, dependiendo de la aplicación y de los requerimientos mecánicos”.
Todos los materiales que emplean son estándares y ya han sido testeados y aprobados. Aun así, reconocen que “cada paciente es un caso único y el traumatólogo es quien debe decidir cuál es la técnica quirúrgica más indicada”.
Una de las cuestiones que preocupan en Breca es concretar “en qué campos puede abaratar el impacto final para la sanidad el uso de estas tecnologías”. En su opinión, “se debe tener en cuenta que nuestros modelos preoperatorios permiten que el cirujano llegue a quirófano con todo listo, lo cual rebaja notablemente el margen de error y disminuye el tiempo de trabajo”. Se consigue una cirugía menos invasiva, con menos trauma y menos postoperatorio, aspectos que, bajo su punto de vista, “se deben contemplar como una reducción de gastos para sanidad”.
La fabricación personalizada puede ser muy cara de no tratarse de grandes volúmenes de productos. “Para evitar ese aumento en los costes –explica Baena- usamos las tecnologías de fabricación aditiva por capas”. Esta técnica permite reducir los costes de fabricación del producto y en ocasiones puede hacerlo incluso más barato que un artículo fabricado en serie. Al eliminar la necesidad de emplear un molde, se obtiene una fabricación personalizada mucho más económica, lo cual hace que “ahora más que nunca tenga sentido usar productos personalizados”.
A pesar de lo novedoso de su propuesta, saben que en España no son los únicos en ofrecer un servicio similar. “Sabemos que existen otras empresas y centros tecnológicos que están explorando nuevos usos de estas técnicas”, afirma Baena. Pero, lejos de temer la competencia, opinan que “cuando el mercado es muy pequeño, se hace muy complicado comercializar tus ideas”. Por ello, están “contentos de que haya más empresas como la nuestra”.
Ofrecen sus servicios a todo tipo de empresas, públicas o privadas. “Nos interesa que todo el mundo se beneficie del uso de este tipo de tecnologías, por eso estamos presentes en todas las áreas posibles”. Son conscientes de la dificultad de penetrar en el mercado actual, por ello están dispuestos a ser flexibles y adaptar sus servicios. “Haremos todo lo que esté en nuestra mano por hacer que estos avances lleguen hasta el paciente que los necesita y para ello nos adaptaremos a los distintos tipos de mercado”, asegura Baena.
De momento, han observado un nicho interesante y poco explotado en las aplicaciones móviles. El programa Tu lesión deportiva, lanzado el año pasado, informa al lesionado sobre el tipo de traumatismo que ha sufrido y de cuáles son los tratamientos más adecuados para su recuperación. Este lanzamiento, además, les ha abierto una nueva línea de trabajo. “Varios traumatólogos nos han solicitado estos vídeos como soporte para sus clases o explicaciones en el ámbito laboral”, explica Baena.
Aspirando a contar con un equipo de trabajo “cada vez más especializado”, en Breca centran sus objetivos para 2012 en crecer y aumentar las ventas, para tener un “producto en el mercado que se venda con continuidad”. “Queremos seguir combinando tecnología y biología y expandirnos en el campo de las terapias regenerativas”, concluye Baena.