A123 Systems, el fabricante de baterías que la Administración de Obama considera fundamental para establecer una industria avanzada de baterías en Estados Unidos y para aumentar considerablemente el número de vehículos propulsados por baterías, anunció pérdidas de 258 millones de dólares (196 millones de euros) en 2011, en comparación con los 152 millones (116 millones de euros) que perdió en 2010. A pesar de las pérdidas, la compañía sigue siendo optimista, y predice reducciones en los costes operativos y de capital, además de un aumento del 45 al 89 por ciento de los ingresos en 2012. Sin embargo, alcanzar esos objetivos dependerá de que un mayor número de consumidores compren vehículos eléctricos, y hasta el momento la demanda ha sido inferior a la que A123 tenía prevista.

Las cosas tenían buen aspecto para A123 en 2011. Los ingresos aumentaron desde 18 millones de dólares (14 millones de euros) en el primer trimestre a 64 millones (48 millones de euros) en el tercer trimestre, puesto que la compañía vendió baterías a Fisker Automotive para el sedán eléctrico Karma de autonomía extendida. Sin embargo, a finales de año, el Karma se retrasó y Fisker dejó de comprar baterías a A123, con la intención de usar las que ya había adquirido. Eso dejó inactiva a gran parte de la fábrica de A123.

Además, A123 se topó con problemas de producción que redujeron los rendimientos en el cuarto trimestre de 2011, y tuvo que lidiar con los costes de reparación de sistemas de baterías para el Karma y otro paquete de baterías de alta resistencia creado para BAE Systems.

Los ingresos de A123 cayeron hasta los 40 millones de dólares (30 millones de euros) en el cuarto trimestre del año pasado, y la compañía espera que sus ingresos caigan aún más este trimestre, volviendo a los niveles del primer trimestre del año pasado y eliminando la ganancia temporal que disfrutaba desde el acuerdo con Fisker y otras empresas.

No obstante, A123 ha anunciado buenas noticias en relación a sus ingresos. Señala que gracias a varios nuevos contratos de producción, no va a depender de una sola compañía para más del 15 por ciento de sus ingresos. Según un análisis, Fisker representaba el 30 por ciento de los ingresos de la compañía el año pasado, antes de que dejara de comprar las baterías. A123 también espera vender más baterías de lo previsto para su uso en la red eléctrica, algo que compensa parcialmente las decepcionantes ventas de vehículos eléctricos.

A123 espera que los ingresos sean bajos hasta el otoño de este año, cuando, según afirma la compañía, la producción se elevará para cubrir la demanda de vehículos de varios fabricantes, entre ellos Fisker, el fabricante de automóviles chino SAIC, BMW y los fabricantes de camiones y autobuses Via, Smith, y BAE Systems. A123 también espera vender baterías para el Spark de GM, un nuevo vehículo eléctrico. Ha firmado contratos para producir baterías para varios vehículos más en 2013 e instalará varios sistemas de baterías para la red este año.

Aunque las ventas destinadas a la red van en aumento, el éxito de A123 seguirá dependiendo en gran medida de las ventas de vehículos eléctricos. Hasta ahora, las cosas no pintan demasiado bien. Las ventas de coches eléctricos han sido más lentas de lo que los fabricantes de automóviles habían previsto, y GM anunció recientemente la detención temporal de la producción del Volt debido a la falta de demanda.

A123 también se enfrentará a la competencia de otros fabricantes de baterías que a su vez seguirán mejorando su tecnología. Sin embargo, señala que dará a conocer un nuevo tipo de tecnología este año que le ayudará a competir.

No obstante, un nuevo mercado podría impulsar a A123. La compañía podría beneficiarse de la venta de más baterías para microhíbridos, que utilizan pequeñas baterías para complementar a un motor de gasolina. Estos coches son mucho menos costosos que los vehículos eléctricos y por tanto más propensos a venderse en volúmenes mayores.