Unas grandes tiras de un nuevo adhesivo de gran fortaleza, inspirado en las lagartijas, pueden utilizarse en repetidas ocasiones.
Durante años los científicos han intentado crear adhesivos fuertes y reutilizables mediante la imitación de las microscópicas estructuras parecidas al pelo que poseen las lagartijas en los pies y que les dan la capacidad de escalar. Sin embargo, no es fácil crear ese tipo de estructuras, lo que limita el tamaño de los adhesivos a unos pocos centímetros. En la actualidad, investigadores de la Universidad de Massachusetts, en Amherst (EE.UU.), han creado otra estructura similar a la de las lagartijas que funciona incluso mejor. Han creado una tela adhesiva reutilizable que puede producirse de forma sencilla y barata, con decenas de centímetros de ancho y tres veces más fuerte que los pies del animal.
Unos parches hechos con el material y del tamaño de una mano se aferran al vidrio y logran sostener 300 kilogramos de peso, según informaron los investigadores en la revista Advanced Materials. Esta cantidad es mucho mayor que la que cualquier otro adhesivo reversible haya logrado contener, indican. Las almohadillas se pueden despegar y volver a utilizarse más de 100 veces. Estos materiales podrían ser utilizados para colgar televisores en una pared, crear robots que suban por paredes y ventanas y unir piezas de ordenadores y automóviles.
Un buen pegamento necesita dos rasgos contradictorios, señala Ali Dhinojwala, profesor de ciencias de los polímeros en la Universidad de Akron en Ohio (EE.UU.). Debe ser suave para que pueda ajustarse a una superficie, pero también lo suficientemente fuerte para soportar el peso. Las fibras en los dedos de las lagartijas consiguen ambas cosas: están hechas de una proteína fuerte, pero son lo suficientemente delgadas para doblarse y lograr un contacto cercano con la superficie. Por ese motivo Dhinojwala y otros expertos han tratado de emular esos complejos pelos situados en los dedos del pie mediante el uso de nanotubos de carbono y polímeros.
Los investigadores la Universidad de Massachusetts han adoptado un enfoque más simple. Han depositado una capa delgada de polímero de caucho en un tejido hecho de fibras de carbono rígidas. El polímero se ajusta muy de cerca con las superficies, pegándose a ellas gracias a una fuerza de atracción reversible conocida como la 'fuerza de Van der Waals', que también usan las lagartijas para pegarse a las superficies.
El tejido rígido es la clave de la fuerza del adhesivo, señala Duncan Irschick, biólogo de la Universidad de Massachusetts que estuvo involucrado en el nuevo trabajo. El tejido de 1 milímetro de espesor posee una fuerza de adherencia de alrededor de 30 newtons por centímetro cuadrado, una fuerza tres veces mayor que la de los pies delanteros del reptil. Eso solo supone un tercio de la fuerza de los adhesivos fabricados con nanotubos de carbono, pero el nuevo tejido es mucho más fácil y más barato de fabricar en tamaños más grandes. Los investigadores mostraron que se puede utilizar para colocar un televisor de 42 pulgadas sobre una superficie de vidrio, y que también puede retirarse con un tirón suave y reutilizarse una y otra vez sin dejar ningún residuo.
Dhinojwala señala que el trabajo es un concepto emocionante que une la adhesión de las lagartijas con las cintas adhesivas convencionales. Sin embargo, asegura, los investigadores deben demostrar que su nuevo material es capaz de pegarse a superficies distintas del vidrio y que puede soportar pesos durante largo tiempo.
Alfred Crosby, profesor de ciencias de los polímeros e ingeniería en la Universidad de Massachusetts, y director del nuevo trabajo, señala que el diseño del adhesivo debería funcionar en una variedad de superficies. Los investigadores planean demostrarlo próximamente y comercializar el adhesivo.