.

Cambio Climático

Un gigante de los paneles solares se prepara para hacerse aún más grande

1

Solar Frontier, que inauguró la planta de paneles solares CIGS más grande del mundo, planea abrir más fábricas.

  • por Kevin Bullis | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 22 Febrero, 2012

Uno de los fabricantes de paneles solares de más rápido crecimiento del mundo, Solar Frontier, con sede en Tokio (Japón), pronto podría aumentar su producción aún más con la ayuda de su compañía matriz Showa Shell Sekiyu, financiada por una empresa petrolífera.

En 2007, Solar Frontier construyó su primera fábrica, con capacidad para producir 20 megavatios de paneles solares al año. Desde entonces ha construido una planta cada dos años, culminando el proceso con una planta de 900 megavatios en Kunitomi, Japón, que inició su producción el año pasado. En la actualidad, está evaluando la construcción de una cuarta planta en Japón después de haber sido seleccionada por el Gobierno japonés para recibir fondos de ayuda al desarrollo de fábricas. También planea construir una nueva planta en el Medio Oriente, conectada con Saudi Aramco y Royal Dutch Shell. Saudi Aramco posee el 15 por ciento de Showa Shell, mientras que Shell posee el 35. Solar Frontier ha observado una demanda significativa de sus paneles solares. Por ejemplo, a principios de este año, la compañía anunció que iba a suministrar paneles solares para una gran planta de energía solar (de hasta 150 megavatios) en California (Estados Unidos).

Solar Frontier fabrica paneles CIGS, basados en una película delgada de semiconductor hecha de cobre, indio, galio y selenio. El material semiconductor es mucho mejor a la hora de absorber la luz del sol que el silicio, así que se necesita una menor cantidad, y puede ser procesado mediante un menor número de pasos. Ambos atributos podrían reducir el coste de los paneles solares. Sin embargo, hasta ahora ha sido difícil fabricar paneles CIGS a gran escala y a un coste lo suficientemente bajo como para competir con la tecnología tradicional. Docenas de empresas lo han intentado, pero hasta el momento solo se producen cantidades relativamente pequeñas de paneles. Una de estas empresas, Solyndra, es conocida por no haber logrado reducir los costes del proceso y quedarse sin dinero.

Solar Frontier, con cerca de un gigavatio de capacidad de producción de paneles solares, es la notable excepción. Entre sus competidores directos están otras compañías de CIGS, aunque también fabricantes de paneles solares de silicio, y First Solar, que produce paneles de película delgada usando teluro de cadmio. En conjunto, estas empresas producen la mayoría de los paneles del mundo. Solar Frontier se negó a dar cifras concretas de costes, aunque señala que son competitivos, incluso con los fabricantes de paneles chinos de bajo coste, que utilizan la tecnología de silicio convencional. Puesto que sus paneles funcionan bien en condiciones de poca luz, son capaces de generar más electricidad que los paneles solares de silicio con la misma potencia pico. La compañía asegura que esto permite a sus clientes obtener más ingresos a partir de sus instalaciones solares de los que podrían conseguir con otros paneles.

Desde que comenzó a trabajar en la tecnología hace algunas décadas, la compañía ha desarrollado una serie de innovaciones, afirma Gregory Ashley, director de operaciones norteamericanas en Solar Frontier. Ha desarrollado técnicas para garantizar la composición exacta del material CIGS, y también ha creado una técnica para la adición de azufre a la mezcla y así mejorar la potencia de salida. Ha aprendido a hacer que el espesor del material sea extremadamente uniforme y con ello facilitar los patrones para la fabricación de células solares, y también ha eliminado la necesidad de usar cadmio, un metal tóxico. Las innovaciones han bajado los costes de fabricación y han permitido a la empresa lograr el récord mundial de eficiencia en paneles solares CIGS.

Los paneles solares típicos que salen de la fábrica poseen una eficiencia del 13 por ciento, inferior a la de los paneles solares de silicio, aunque superior a los paneles desarrollados por uno de sus más directos competidores, First Solar, que fabrica paneles de película delgada a partir de cadmio y telurio. Los paneles de First Solar poseen normalmente alrededor de un 12,4 por ciento de eficiencia. Dicha compañía afirma que pronto aumentará la eficiencia del panel hasta alcanzar el 14 por ciento, lo que lo hará competitivo con muchos otros paneles de silicio.

Erten Eser, científico en el Instituto de Conversión de Energía de la Universidad de Delaware (EE.UU.), afirma que la clave para el éxito de la compañía reside en la estabilidad de su financiación. Es normal pasar décadas desarrollando paneles solares. Ese es el tiempo que se tardó en alcanzar la producción a gran escala de los paneles de silicio y de los paneles de película delgada de First Solar, las dos tecnologías que dan cuenta de casi toda la producción de paneles solares en el mundo.

Al igual que First Solar, Solar Frontier no ha tenido que preocuparse por los fondos. "Solar Frontier nunca ha tenido problemas con el dinero. Nunca han tenido que responder ante ningún capitalista de riesgo", explica Eser. "A fin de cuentas, por supuesto, es lógico que tengan éxito cuando el tiempo y el dinero están de su lado", sentencia.

Cambio Climático

  1. Por qué señalar con el dedo a China no solucionará el cambio climático

    China es el país con las mayores emisiones contaminantes a nivel mundial, pero culpar a un solo actor no contribuye a resolver un problema global. Sobre todo, cuando las negociaciones están estancadas, en parte, por el desacuerdo sobre qué región debe contribuir más la lucha contra el cambio climático

    China es el país con las mayores emisiones de contaminantes a nivel mundial, pero culpar a un solo actor no contribuye a resolver un problema global
  2. EE UU está a punto de dar un giro de 180 grados en su política climática

    La elección de Trump significa que los próximos cuatro años serán muy diferentes

  3. La victoria de Trump supone una grave pérdida para las políticas climáticas globales

    Su regreso a la Casa Blanca coloca al segundo país en emisiones de CO2 en una trayectoria de emisiones que el mundo no puede permitirse