Tras saberse que proporcionó herramientas de ciberespionaje a Siria, una empresa de Estados Unidos se enfrenta a acusaciones parecidas relativas a Birmania.
Una empresa de la que se descubrió hace poco que sus servidores, empleados para filtrar contenido de Internet, habían sido usados por el régimen sirio para la censura, vuelve a enfrentarse a una nueva investigación por un informe que afirma que Birmania también emplea su tecnología y que el uso sirio de ésta es mayor de lo que se había reconocido.
Los descubrimientos, publicados el miércoles pasado por Citizen Lab, un centro de investigación sobre Internet de la Universidad de Toronto (Canadá), son la prueba más reciente de que los regímenes represivos suelen usar tecnología comercial de Occidente -en este caso de la empresa Blue Coat de Sunnyvale, California (EE.UU.)- según afirma Ron Deibert, director del laboratorio y quien publicó los descubrimientos en un blog.
“Anteriores investigaciones de nuestro grupo y otras de grupos parecidos han destacado el crecimiento del mercado para los productos y servicios de censura, vigilancia e incluso ataques a redes informáticas”, afirma Deibert. “Resulta inquietante que muchas, aunque no todas, de las empresas que venden este tipo de tecnología tienen su sede en regímenes democráticos progresistas”.
Un portavoz de Blue Coat, Steve Schick, ha explicado que no había visto el informe y remitió a las declaraciones realizadas por la compañía en octubre respecto al asunto sirio. En aquella ocasión la empresa afirmó que su tecnología llegó a Damasco por medio de una “transferencia inapropiada”. El comunicado explicaba que habían enviado 14 de sus aparatos filtradores ProxySG 9000 a Dubai en 2010, creyendo que su destino final era el Ministerio de Información iraquí. “Blue Coat es consciente de la violencia en Siria y lamenta el sufrimiento y la pérdida de vidas humanas que pueden ser resultado de las acciones de un régimen represivo”, afirmaba Blue Coat en aquella declaración. “No queremos que nuestros productos los use ni el gobierno de Siria, ni ningún otro país embargado por Estados Unidos. Si nuestro análisis de los hechos acaecidos en esta desviación presenta soluciones que nos permitan una mejor protección contra un futuro desvío ilegal e indeseado de nuestros productos, pretendemos tomar los pasos necesarios para ponerlas en marcha”.
En cuanto al nuevo informe sobre Birmania, “esta es la primera noticia que tenemos”, según Schick. Añadió que la empresa había iniciado una investigación sobre si sus productos estaban siendo utilizados por el gobierno [birmano]. Blue Coat afirma que sus principales clientes son redes empresariales que buscan filtrar los contenidos de Internet para protegerse.
Tanto Siria como Birmania son conocidos por cometer graves violaciones de los derechos humanos y están sometidos a embargos comerciales por parte de Estados Unidos. En Siria, Naciones Unidas afirma que el gobierno del presidente Bachar El Asad ha asesinado a más de 3.500 personas a lo largo de la revuelta popular que está en marcha desde hace ocho meses. El mes pasado, The Wall Street Journal informó de que la tecnología de Blue Coat se usó para ayudar al gobierno a bloquear o atrasar los intentos de los sirios por conectarse a facebook.com/syrian.revolution y otros sitios web relacionados con las protestas contra el gobierno.
El último informe del grupo de Toronto indica que la tecnología de Blue Coat se usó más ampliamente en Siria de lo que se había pensado en un principio. Deibert afirma que si bien la empresa reconoce que 13 de sus servidores acabaron en Siria, un análisis forense de las redes demuestra que hay al menos 15 de sus aparatos en funcionamiento en el país. Y después de un examen forense del tráfico de Internet en Birmania llevado a cabo por Citizen Lab, “descubrimos pruebas sustanciales de que en la actualidad se utilizan aparatos de Blue Coat en Birmania al más alto nivel para censurar Internet y facilitar la vigilancia”. El informe no ofrece información sobre cómo los aparatos, si es que están siendo usados en Birmania, pueden haber acabado allí.
Deibert explica que anteriores informes de Citizen Lab demostraban que productos de la empresa canadiense Netsweeper están siendo usados en toda una serie de países para bloquear el acceso a contenido web relacionado con los derechos humanos, la oposición política y temática gay y lesbiana. Algunos regímenes represores también han usado tecnología de McAfee, ahora propiedad de Intel y Websense. En una entrada de blog reciente, Websense hizo un llamamiento a la industria para autorregularse más estrictamente.
Deibert instó a Blue Coat a tomar medidas para prevenir el uso de su tecnología por regímenes represores. Pero no está claro que la transferencia rompiera algún embargo estadounidense. “No tenemos claro si constituye una violación de las sanciones atendiendo a una interpretación estricta de las propias sanciones”, afirma Deibert. “Pero desde luego constituyen una violación del espíritu de las leyes y surgen preguntas importantes sobre la falta de diligencia debida por parte de Blue Coat”.
La llamadas efectuadas a la oficina de prensa del Departamento de Estado de Estados Unidos respecto a Blue Coat aún no han sido respondidas.