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Innovadores menores de 35

Visionarios

Estos jóvenes ven el mundo bajo un prisma distinto al del resto de la gente que les permite descubrir nuevos y potentes usos para las tecnologías

Stephanie Valencia (Colombia), 26

Assistive Labs

Sus dispositivos de código abierto, accesibles y de bajo coste permiten a los niños con discapacidades físicas, verbales y cognitivas mejorar sus condiciones de vida

El Kinyarwanda es el idioma más hablado de Ruanda. En esta lengua, el término "ijwi" significa voz, por eso, la joven Stephanie Valencia ha empleado este término para bautizar una de sus iniciativas, cuyo objetivo, precisamente, es dar voz a aquellos que no pueden hablar. El dispositivo Ijwi está dirigido a niños con autismo no verbal (que no desarrollan el habla) y con parálisis cerebral para ofrecerles una vía de comunicación con sus cuidadores, profesores y familiares en Ruanda.

Este proyecto se engloba dentro de otro mucho mayor, Assistive Labs, que la ingeniera y emprendedora colombiana ha fundado en colaboración con sus socios Alexandra Berrio y Tomás Vega, y con el apoyo de Sebastián Uribe, con quien desarrolló los primeros prototipos. La idea consiste en democratizar el acceso a las tecnologías asistidas poniéndolas al servicio de las personas que las necesitan y adaptándolo a sus necesidades y condiciones socioeconómicas. El proyecto surgió cuando identificaron que alrededor de 1.000 millones de personas en el mundo sufren alguna discapacidad, de las cuales el 80% vive en países en vías de desarrollo y que únicamente el 10% puede acceder a las herramientas o tecnologías necesarias para mejorar sus condiciones de vida.  El impacto social de su proyecto sumado al modelo de innovación abierta que utiliza han sido dos de los factores determinantes para que Valencia se haya convertido en una de las ganadoras  de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017 de MIT Technology Review en español.

Ijwi es un dispositivo que se compone de un microcontrolador Arduino, pegatinas RFID, un lector, unos altavoces y una batería de nueve voltios. Las pegatinas RFID muestran distintos pictogramas (como una flor, un reloj, un niño corriendo) que, al colocarlas encima del lector, transmiten la información que contienen y el aparato reproduce lo que el niño quiere decir. El dispositivo, que ya ha sido probado en Ruanda, destaca por su bajo coste cercano a los 40 euros, lo que lo hace más accesible para las familias con menores recursos. Y el hecho de que funcione a pilas evita la necesidad de tener acceso a la corriente eléctrica para cargarlo, uno de los principales retos que encontraron a la hora de llevar el proyecto a la práctica.

El diseño, en código abierto, es otro de los valores fundamentales de Assistive Labs. Los diseñadores desarrollan los dispositivos de tal forma que una persona sin una formación académica especializada en ingeniería, mediante manuales y capacitación, pueda familiarizarse con el dispositivo y sea capaz de entenderlo y adaptarlo las necesidades de los niños en función del grado de discapacidad que tengan.

Las posibilidades que se abren ahora son infinitas. Por eso, tanto el Ministerio de Educación de Ruanda como Unicef Ruanda se han interesado por el proyecto para fomentar la inclusión educativa en el país. Sin embargo, la realidad es que necesitan financiación para asegurar la supervivencia tanto de "Ijwi" como del resto de proyectos que conforman Assistive Labs. Hasta el momento, el equipo se está valiendo de métodos alternativos de financiación mediante plataformas de crowdfunding, subvenciones y premios. En un futuro próximo se plantean trasladarlo a países de Latinoamérica de donde proceden los tres fundadores del proyecto. Para ello, la joven innovadora explica que hará falta "mucha colaboración entre los distintos agentes". En su opinión, el proyecto no se limita a "una cuestión de salud, de educación o de ingeniería, sino que hay que colaborar a todos los niveles".

En palabras de la CEO de Halycon y miembro del jurado de Innovadores menores de 35 de Latinoamérica 2017, Kate Goodall,  "a través de los proyectos que ha desarrollado en el pasado, y que continúa desarrollando en la actualidad, Valencia ha demostrado que tiene una curiosidad, una tenacidad y un talento superlativos y, con los medios adecuados, conseguirá grandes cosas en el futuro".

Por Lucía Bonet (La Grieta)