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Innovadores menores de 35

Emprendedores

Conoce a los jóvenes que intentan transformar las innovaciones en negocios disruptivos

Jakob Johansson (Suecia), 31

Gleechi

Ayuda a crear manos virtuales hiperrealistas que podrían, no sólo masificar la realidad virtual sino también ayudar a pacientes de rehabilitación y la formación de trabajadores manuales

La realidad virtual tuvo un gran año en 2015. El lanzamiento de nuevos cascos, como el Vive VR de HTC y el HoloLens de Microsoft, prometían que 2016 sería la fecha cumbre de este formato. Pero no lo fue, con sólo algo más de tres millones de dispositivos vendidos en todo el mundo, frente a las más de 59 millones de unidades vendidas de Playstation 4. Además de los altos precios de los productos necesarios para disfrutar de la realidad virtual, uno de sus grandes problemas es la falta de contenidos y experiencias para seducir a los usuarios. Facebook, por ejemplo, está concentrada en convertir esta tecnología en un entorno para sociabilizar con personas de todo el mundo. Pero la falta de realidad de escenarios y personajes, y las dificultades que presenta la interacción entre los usuarios restan encanto a estas aplicaciones.

Mientras que en la vida real las manos son el principal instrumento del ser humano para interactuar con el mundo, con el que cogemos cosas, saludamos e interactuamos con pantallas, uno de los grandes retos de la realidad virtual consiste en replicarlas y dotarlas de un movimiento natural y libre. Y eso es justo lo que está consiguiendo el joven Jakob Johansson con su sistema de inteligencia artificial que mejora la animación digital de las manos en cualquier formato de realidad virtual y da a los usuarios la capacidad de interactuar con su entorno moviéndolas libremente, sin las limitaciones que ofrecían hasta ahora los programas de diseño en 3D. Este avance ha convertido a Johansson en uno de los ganadores de Innovadores menores de 35 Europa 2017 de MIT Technology Review en español.

VirtualGrasp es el nombre de esta aplicación, de la empresa Gleechi, que tiene su origen en un proyecto de investigación para mejorar el agarre de brazos robóticos a través de la inteligencia artificial. Su creador recuerda: "Descubrimos que esta tecnología para desarrollar software para robots podía resolver un problema fundamental de la realidad virtual, la cual está mucho más cerca de convertirse en un fenómeno masivo que la robótica".

A través de un sistema predictivo basado en algoritmos, VirtualGrasp automatiza el intrincado proceso de diseñar la animación e interacción de las manos con el entorno. Tanto si las manos ya han sido creadas previamente como si se parte de cero, el software permite ejercer movimientos y agarres en tiempo real y con precisión, más allá de los comandos repetitivos y preprogramados que se utilizan en otros casos.

Pero más allá de los videojuegos de realidad virtual, Johansson destaca tres aplicaciones de su sistema que podrían resultar muy beneficiosas para la sociedad: la rehabilitación terapéutica, la formación de trabajadores en industrias manuales y el diseño de brazos robóticos más ágiles y seguros. En cuanto al primer ámbito, VirtualGrasp ya está siendo utilizado en un hospital sueco para ayudar a la rehabilitación de personas que han sufrido un accidente cerebrovascular. "La tecnología predictiva permite a los pacientes que no pueden mover sus manos con facilidad volver a interactuar a través de una pantalla o de un espacio de realidad virtual", explica Johansson.

VirtualGrasp todavía es un proyecto piloto que está siendo probado en diferentes escenarios, como fábricas de robots, empresas de desarrollo de hardware y centros hospitalarios. Pero para el tecnólogo sénior de Repsol y miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Europa 2017, Juan Jiménez Mateos, considera que no sólo "se convertirá en una herramienta irremplazable para otras invenciones y proyectos" sino que ofrecerá "una nueva vida para mucha gente".

- Por Laura Crespo