Una startup afirma que el proceso del lenguaje natural funciona mejor con la ayuda de la inteligencia humana.
El suministro de respuestas a preguntas difíciles se ha convertido en un gran negocio por internet. Sin embargo los sitios comunitarios de preguntas y respuestas puede acabar atascándose con respuestas que ya no son válidas, y es endemoniadamente difícil crear un tipo de software que pueda entender automáticamente una pregunta y suministrar la mejor respuesta.
Damon Horowiz, director tecnológico y cofundador de Aardvark, con sede en San Francisco, describirá un método distinto durante su intervención de hoy en la Web 2.0 Expo de Nueva York. Horowitz cree que la verdadera potencia del procesado de lenguaje natural sólo se puede desbloquear mediante el reconocimiento de sus limitaciones, y cubriendo los huecos con inteligencia humana. La compañía lanzó su producto al público el mes pasado.
Aardvark ha llevado a cabo investigaciones exhaustivas dentro de las técnicas de inteligencia artificial para contestar preguntas, aunque el enfoque de la compañía se ha alejado del entrenamiento de máquinas que lleven a cabo las respuestas. “Queríamos que fuese otro ser humano el que contestase y que la máquina se encargase del trabajo pesado de indexar a todo el mundo—las decenas de miles de personas que están en tu red extendida y todas las cosas que la gente conoce,” afirma Horowitz.
La dificultad para hacer que las máquinas interpreten los significados a forzado a varias compañías de “web semántica” a enfocarse en áreas de mercado concretas, tales como las respuestas a las preguntas de medicina. “Hay un motivo por el cual todos los sistemas de inteligencia artificial no acaban de realizar del todo bien las tareas de proceso de lenguaje,” afirma Horowitz. “El lenguaje tiene mucho más que ver con la interacción en directo con otra persona—la comprensión del contexto y la formación de una conexión.”
Cuando un nuevo usuario se une a Aardvark, se le pregunta por su información de conexión a Facebook y por una lista de temas de los que tenga conocimientos. Cuando realiza una nueva pregunta—por ejemplo, “¿Cuál es el nombre de algún buen restaurante en Cambridge, Massachusetts?”—el sistema intenta buscar otros usuarios que sean capaz de contestarla.
Aardvark tiene que analizar sintácticamente la pregunta para determinar su tema antes de empezar la búsqueda y captura de usuarios que posean intereses similares. Sin embargo el sistema también busca posibles respuestas entre los usuarios que estén conectados socialmente. Esto se lleva a cabo mediante la recolecta de datos entre las conexiones de Facebook, y buscando entre los mensajes de Twitter y las publicaciones en blogs que tengan relevancia. El resultado, afirma Horowitz, es una inteligencia artificial que facilita la conexión humana, ayudando al usuario a encontrar a alguien que “nos mire a los ojos de forma virtual.”
Aardvark le envía la pregunta al usuario escogido y devuelve las respuestas a quien hizo la pregunta. Los usuarios pueden hacer preguntas a través de la web de Aardvark, a través de una aplicación de iPhone, a través de correo electrónico o por mensajería instantánea.
Horowitz afirma que los usuarios se sienten motivados para responder preguntas debido al deseo de ayudar a otra persona, al orgullo de poseer los conocimientos, y básicamente a la buena intención individual. A través de una serie de encuestas que ha realizado la compañía, a la mayoría de los usuarios les gustaba recibir preguntas al menos una vez cada dos semanas. Las estadísticas del sitio también sugieren que esto es cierto—Horowitz afirma que el 50 por ciento de los usuarios registrados responden las preguntas de Aardvark de forma habitual.
Pedro Domingos, profesor asociado de ciencias informáticas en la Universidad de Washington, afirma que no es siempre necesario que un ser humano responda las preguntas. Cree que es una pérdida esfuerzo obtener una nueva respuesta cada vez que los usuarios hacen una pregunta acerca de, por ejemplo, una ecuación física estándar.
Domingos también afirma que no deberíamos rendirnos en cuanto a la idea de hacer que las máquinas respondan las preguntas. La minería de datos y los sistemas de proceso de lenguaje natural tienen el potencial de unificar datos procedentes de una gran variedad de fuentes poco conocidas y responder preguntas que ningún humano podría responder, afirma.
Sin embargo, N. Sadat Shami, investigador de IBM dedicado al estudio del modo en que las personas buscan información experta por internet, afirma que el método de Aardvark puede que sea bueno para el mercado de consumo. Las preguntas formuladas a través de Aardvark puede que no necesiten a ningún experto capaz de responderlas. “Sólo necesitas una respuesta,” afirma. “Necesitas a alguien dispuesto a dedicar tiempo a responderte.”