Un nuevo estudio de James Hansen, uno de los padres de las investigaciones climáticas, estima que si la sociedad no empieza ya a reducir sus emisiones, a los jóvenes de hoy les costará unos 464 billones de euros limpiar la atmósfera para el año 2100. Aunque reconoce que a las cifras les faltan algo de precisión
Niños del mundo, más os vale empezar a ahorrar. A menos que la sociedad empiece ya a reducir sus emisiones de dióxido de carbono, a los jóvenes de hoy les costará unos 464 billones de euros limpiar la atmósfera para el año 2100, según un estudio publicado la semana pasada. A modo de contexto, esa cifra equivale a unas siete veces la de la economía mundial total.
En cambio, pero si para el año 2021 se lograra reducir las emisiones a un ritmo del 6% anual, la cifra se reduciría a entre unos 6,9 y unos 16 billones de euros, con lo que se conseguiría extraer suficiente dióxido de carbono para evitar los peores peligros del cambio climático, es decir, unos 868.000 millones de euros al año.
No es noticia que la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero asociada a la transición hacia energías renovables sería mucho más barata y menos arriesgada que cualquier medio tecnológico no demostrado de captura de dióxido de carbono. Pero el estudio, liderado por el conocido investigador climático y profesor del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia (EEUU) James Hansen, buscó cifras comprobables para aportar rigor a una demanda altamente mediática que 21 jóvenes han interpuesto contra el Gobierno federal de EEUU por obviar combatir adecuadamente el cambio climático. A principios de este año, un juez federal en Oregón (EEUU) admitió el caso a trámite.
Hansen, que es uno de los demandantes del caso, es considerado por algunos como el padre de las investigaciones climáticas gracias a algunos de sus estudios de modelado climático como científico de la NASA y su testimonio histórico en el Congreso de EEUU. A este discurso se le atribuye el mérito de atraer la atención del público general hacia el problema del calentamiento global.
Pero, en realidad, su nuevo trabajo es más bien un experimento de imaginación que una predicción con resultados reales. De hecho, hay varias razones por las que los costes finales de Hansen podrían estar sobrestimados.
En particular, el primer escenario del estudio supone que las emisiones de dióxido de carbono seguirán aumentando un 2% anual a lo largo del siglo. Pero hay señales alentadoras de que esto no va a ser así. Las emisiones mundiales se han mantenido durante los últimos tres años, según la Agencia Internacional de la Energía. Además, casi 200 naciones firmaron el acuerdo de la pasada Cumbre del Clima de París (Francia), comprometiéndose a reducir significativamente las emisiones durante los próximos años. En el caso de la Unión Europea, el compromiso de reducción llega hasta un 40% frente a los niveles de 1990 para 2030.
Además, la investigación calcula que el primer escenario requeriría extraer más de 1.000 gigatoneladas de dióxido de carbono en 2100, frente a las 150 gigatoneladas si las emisiones empiezan a bajar en 2021. De esta última cifra, aproximadamente dos tercios podrían ser absorbidos de la atmósfera mediante mejores prácticas agrícolas y forestales, calcula el estudio.
La cantidad restante bajo cualquiera de los dos escenarios tendría que ser abordada mediante algún tipo de tecnología de captura y almacenamiento de carbono, ninguna de las cuales puede hacerse a un precio asequible ni a gran escala en estos momentos (ver Las emisiones neutras de la bioenergía con captura de carbono son un engaño). El problema es que resulta extraordinariamente difícil calcular con precisión el precio de una tecnología que no ha sido totalmente desarrollada aún, especialmente con décadas de antelación. El estudio se apoyó en los cálculos de costes anteriores de un estudio de 2016 publicado en la revista Nature Climate Change.
El informe reconoce: "No podemos descartar una posible reducción futura de los costes de extracción de CO2, pero dados los requerimientos energéticos para la extracción y el límite inferior ya optimista de nuestra estimación, no especulamos más acerca de la posible reducción de costes".
En cualquier caso, no hay duda de que capturar dióxido de carbono de la atmósfera será mucho más caro que apoyarse en tecnologías de energía limpia durante el futuro previsible. Y, al menos durante las próximas décadas, desplegar tecnologías de captura de dióxido de carbono atmosférico sólo tendrá sentido si resulta más barato y ecológico que reducir las emisiones directamente, según el científico climático de la Universidad de Harvard (EEUU) David Keith. "Hasta que las emisiones netas sean cero, una tonelada capturada [tiene el] mismo beneficio climático que una tonelada no emitida", afirma por correo electrónico.
Una de las razones de los costes excepcionalmente altos estimados por Hansen y sus colegas es que el estudio no se limita a calcular el coste de evitar que las temperaturas globales se eleven hasta 2 °C por encima de los niveles preindustriales, el umbral estándar que la mayoría de los formuladores de políticas climáticas esperan evitar y el objetivo declarado del acuerdo de París. En su lugar, el estudio calcula la cantidad de extracción de dióxido de carbono que se requeriría para reducir los niveles atmosféricos del gas de efecto invernadero de las actuales 400 partes por millón a 350. Eso ayudaría a estabilizar las temperaturas globales medias, que el año pasado fueron 1,3 °C superiores a los niveles preindustriales, según el documento.
Hansen ha advertido en varias ocasiones de que el umbral de +2 °C no es seguro. Y el coautor del trabajo y profesor de ciencia del sistema terrestre de la Universidad de California en Irvine (EEUU), Michael Prather, señala que los costes estimados son más altos que los anteriores porque el estudio explora cómo mantener el calentamiento por debajo de +1,5 °C. Pero en un correo electrónico, afirmó que la investigación representa "la 'mejor estimación posible' del coste de analizar la descarbonización de nuestra sociedad".