Computación
Su cara será escaneada la próxima vez que salga de EEUU en avión si no pertenece al país
Algunos expertos alertan de que no es legal registrar la cara de los ciudadanos estadounidenses, pero si usted no pertenece al territorio, tal vez no tenga opción de evitar este registro facial. Aunque no se sabe qué pasa con los datos, las autoridades aseguran que los destruyen tras 14 días
Estamos dispuestos a hacer sacrificios para que el proceso de embarque en avión resulte más cómodo, pero los expertos en privacidad advierten de que tal vez deberíamos pensárnoslo bien antes de aceptar que una cámara nos escanee la cara en la puerta de embarque.
Es cierto que los sistemas de reconocimiento facial pueden acelerar el proceso. Eso es lo que prometen las aerolíneas que los están desarrollando y probando. Pero la verdadera razón por la que están apareciendo en los aeropuertos de Estados Unidos es que el Gobierno de EEUU quiere realizar un mejor seguimiento de quién está saliendo del país al escanear las caras de los viajeros y verificar esas imágenes con las fotos de archivo. La idea es que el proceso permita detectar pasaportes falsos y ayude a que la gente no permanezca en el país después de que sus visados hayan expirado.
Algunos expertos empiezan a preocuparse por esta medida. Afirman que podría suponer una violación de las protecciones individuales de privacidad y que el Congreso de EEUU no lo ha autorizado totalmente de momento.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) se ha asociado con aerolíneas como JetBlue y Delta para introducir sistemas de reconocimiento en el Aeropuerto Internacional JFK de Nueva York, el Aeropuerto Dulles International de Washington, y aeropuertos en Atlanta, Boston y Houston (todos en EEUU), entre otros, y planean añadir más este verano. La iniciativa es una respuesta al mandato establecido hace varios meses por el Congreso para que el DHS implemente un sistema biométrico para registrar las entradas y salidas de Estados Unidos de los no residentes en todas las vías de entrada: aire, mar y tierra. A principios de este año, el presidente Trump aceleró el cumplimiento de ese mandato a través de una orden ejecutiva.
La tecnología de reconocimiento facial ha ido mejorado significativamente durante los últimos años, lo que ha generado el interés por parte de las agencias gubernamentales y de seguridad estadounidenses. Esto ha dado paso a debates sobre si ciertos usos de la tecnología violan las protecciones que garantizan la Constitución de EEUU contra las búsquedas no justificadas (ver El FBI investiga y busca sospechosos con un sistema que nadie sabe si funciona). Los defensores de la privacidad también señalan que algunas investigaciones demuestran que la tecnología es menos precisa con fotos más antiguas y con mujeres, afroamericanos y niños (ver La precisión de los sistemas de reconocimiento facial de la policía depende de la raza).
El mes pasado, la Agencia de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) empezó a escanear las caras de las personas que embarcan un vuelo diario con destino a Tokio (Japón) desde el Aeropuerto Intercontinental George Bush en Houston. En mayo, comenzó a hacer lo mismo con un vuelo que sale del Aeropuerto Internacional Dulles en Washington con destino a los Emiratos Árabes Unidos. En Atlanta y Boston, Delta comenzará pronto a probar lo que llama eGates (ePuertas), un sistema que escanea las caras de los pasajeros antes de permitirles subir a bordo del avión. JetBlue afirma estar probando un sistema similar en un vuelo que sale de Boston con destino a Aruba. Los datos de todos esos programas son enviados a la CBP.
En cada caso, las cámaras, propiedad de las aerolíneas y colocadas en las puertas de embarque, sacan fotos de los pasajeros y las comparan con las fotos de pasaporte y visado asociadas a la identidad del pasajero que figuran en un manifiesto de vuelo determinado. No se deje engañar por el término "ensayo", aconseja el investigador legal del Centro de Privacidad y Tecnología de la Universidad de Georgetown (EEUU) Harrison Rudolph. Los sistemas ya funcionan para crear "registros biométricos de salida" para los extranjeros, asegura.
Rudolph y otros expertos están haciendo saltar las alarmas dado que la CBP también está escaneando las caras de ciudadanos estadounidenses (de hecho, ahora mismo sólo los clientes con pasaportes estadounidenses pueden participar en el programa "autoembarque" de JetBlue en Boston). Señalan que el Congreso de EEUU nunca ha autorizado expresamente la recolección de escaneos faciales de ciudadanos estadounidenses en la frontera de manera rutinaria y sin que exista ninguna sospecha específica al individuo. El Gobierno de Trump revisó su orden ejecutiva para aclarar que el programa de salida biométrica no aplicaba a ciudadanos de Estados Unidos.
Como todavía estamos al principio de lo que parece ser un largo camino para implementar el reconocimiento facial en aeropuertos por todo el país, no sabemos si los viajeros podrán esquivarlo fácilmente. Tanto JetBlue como Delta aseguran que la gente puede optar por saltárselo, pero no está claro si eso aplica a los extranjeros. Según el DHS, si un ciudadano estadounidense pide no participar, un oficial disponible de la CBP "puede utilizar el procedimiento manual para verificar la identidad del individuo".
Pero al margen de a quién se le escanee la cara, no sabemos casi nada sobre lo que sucede con la información después de que la CBP la recoja de la puerta de embarque y verifique la identidad de un pasajero. El DHS afirma que todos los datos relativos a las imágenes son eliminados tras 14 días.