Microsoft empieza a pisar los talones a la inteligencia artificial (IA) de Google. El gigante de la computación va a lanzar una iniciativa con la que espera que los seres humanos se complementen mejor y más eficazmente con las máquinas inteligentes.

En un evento celebrado en Londres (Reino Unido), Microsoft anunció que está reuniendo a un nuevo equipo de 100 ingenieros e investigadores bajo el paraguas de Microsoft Research AI en su sede central en Redmond (EEUU). La empresa explica que el objetivo es romper las barreras entre las personas que han estado trabajando en áreas concretas de la inteligencia artificial. El director general de Microsoft Research, Eric Horvitz, confía en que la iniciativa colocará a Microsoft en "el camino hacia la comprensión de los misterios del intelecto humano".

El objetivo principal del proyecto consiste en ayudar a mejorar la colaboración entre humanos y la IA. "Cuando los ordenadores puedan 'hablar humano' [y] lograr un equilibrio entre la inteligencia de cociente intelectual con la empatía de la inteligencia emocional [...] entonces cualquier humano será capaz de colaborar con ordenadores", explicó el vicepresidente ejecutivo del Grupo de IA e Investigaciones IA de Microsoft, Harry Shum. La medida hace eco de un anuncio similar realizado casi a la vez por Google (ver Las 50 Empresas más Inteligentes ), que lanzó su nuevo programa People + AI Research (PAIR) para intentar mejorar la forma en la que los seres humanos y las máquinas trabajan juntos.

Garantizar que los seres humanos y la inteligencia coexistan en armonía tendrá un gran impacto en los negocios. En este momento, los algoritmos se consideran una mera herramienta, pero en el futuro se dice que nos robarán el empleo. Pero hay un abismo entre estos dos escenarios, y la verdad es que los seres humanos y las máquinas trabajarán juntos durante las próximas décadas.

Por su parte, Microsoft (ver Las 50 Empresas más Inteligentes) quiere centrarse en conseguir que la inteligencia artificial cubra las lagunas de la inteligencia humana. Así que su nuevo equipo pretende apoyarse en la psicología cognitiva para identificar vacíos dentro del intelecto humano, como nuestra propensión a olvidar cosas o distraernos fácilmente, y aprovecharlos para desarrollar programas de inteligencia artificial que complementen estos puntos ciegos. Como ejemplo, el equipo señaló un proyecto en desarrollo que utiliza el aprendizaje automático para digerir los historiales médicos y alertar a los profesionales sanitarios sobre los problemas potenciales que pueden haber obviado al realizar un diagnóstico o dar de alta a un paciente. La idea no es que la inteligencia artificial reemplace a los humanos sino que les ayude a trabajar mejor.

La empresa también intentará desarrollar nuevas maneras de probar sus herramientas de aprendizaje automático para que no se desbarajusten cuando lleguen al mundo real, a pesar de haber funcionado correctamente en el laboratorio (ver, por ejemplo, La IA racista y neonazi de Microsoft fue culpa de Microsoft ) y eliminar los sesgos que se cuelen en los sistemas de IA a través de los conjuntos de datos con los que con entrenados.

Por último, espera explorar la espinosa cuestión de conseguir que la inteligencia artificial explique por qué hace lo que hace. Actualmente, resulta increíblemente difícil entender cómo un sistema de aprendizaje profundo ha llegado a una decisión, y eso es una gran preocupación cuando se utiliza para tomar decisiones que afectan a las personas.

En respuesta a una pregunta de MIT Technology Review, Horvitz afirmó: "Creo que hay mucho que se puede hacer y que no consiste en lo que tradicionalmente consideramos como una explicación. Puede parecerse más a la respuesta a la pregunta '¿Y si...?' En un diagnóstico médico, ¿y si no hubiera tenido hepatitis? ¿Y si fuera mujer en lugar de hombre? Estos se llaman análisis de sensibilidad, y visualizar cuán robusto o inestable es una recomendación con diferentes insumos [de esta manera] representa otro tipo de explicación. Nuestros equipos están estudiando diferentes dimensiones de explicaciones".

El experto confía en que los miedos actuales sobre la incomprensión de las decisiones tomadas por la inteligencia artificial sean transitorios. Espera que desaparezcan cuando nos hayamos familiarizado más con la tecnología. Horvitz concluye: "Creo que algún día descubriremos que la mayoría de la gente se contenta con saber que un experto ha certificado los datos, la inferencia, el razonamiento, la maquinaria [que forma la IA] como mejores prácticas. Del mismo modo que se confía en el carburador de un coche: no necesitamos una explicación cada mañana de cómo va a funcionar hoy".

(Para saber más: Su mejor compañero de equipo algún día podría ser un algoritmo, El secreto más oscuro de la inteligencia artificial: ¿por qué hace lo que hace?, El nivel medio de Skype en todos los idiomas aún no amenaza a los )