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Computación

Las armas de Rusia para la Cuarta Guerra Mundial: tecnología y desinformación

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Conscientes o no, el mundo libra una guerra silenciosa en la que la manipulación informativa, la difamación y los ciberataques intentan silenciar acciones como el derribo del vuelo MH17 de Malasya Airlines que acabó con la vida de 298 personas

  • por John Pollock | traducido por Teresa Woods
  • 14 Junio, 2017

Los cuerpos moribundos llovieron 'cómo confetti' durante 90 segundos

Foto: Esta foto del 17 de julio de 2014 muestra los escombros del MH17 cerca de Shajtarsk (Ucrania). El avión transportaba a 298 personas de Ámsterdam a Kuala Lumpur. Separatistas respaldados por Rusia y fuentes rusas hicieron afirmaciones engañosas, incluido que el avión de la aerolínea malasia había sido derribado por un avión ucraniano. Crédito: Bulent Kilic (Getty).

El 17 de julio de 2014, mientras los pasajeros del vuelo MH17 de Malaysia Airlines facturaban en el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam (Holanda), "Necro Mancer" (@666_mancer) tuiteó sobre un inusual convoy a unos 2.400 kilómetros al este en Ucrania. Su red de inteligencia ciudadana había detectado un sistema de misiles de defensa antiaérea encubierto que se desplazaba por Donetsk (Ucrania) a bordo de un vehículo de plataforma baja. Minutos después, a medio mundo de distancia en Brasilia (Brasil), Vladimir Putin daba por finalizada una rueda de prensa rusa de madrugada. Su respuesta a la última pregunta, relacionada con el peor accidente del metro de la historia del país, que había ocurrido dos días antes y que acabó con la vida de 24 personas, pasó desapercibida. Pero 15 meses después del derribo aéreo más mortal de la historia, las palabras que Putin había pronunciado más de un año antes llamaron la atención de unos conspìranoicos rusos.

Tras el accidente de metro, el presidente ruso afirmó: "La responsabilidad siempre debería ser personal. Hay un ejemplo clásico del derecho penal llamado la 'tragedia de tiroteo' cuando dos cazadores disparan a un arbusto porque creen que hay una presa dentro, y matan accidentalmente a un hombre. Ya que las autoridades no pueden determinar quién lo hizo, ambos son puestos en libertad... Los investigadores deberían descubrir a los culpables... los cuales deberían rendir cuentas, pero sólo aquellos que tienen la culpa". Pero las preguntas sobre la culpa y la responsabilidad del derribo del MH17 eran de interés mundial. Los investigadores internacionales incluyeron desde oficiales con abundantes recursos y altamente cualificados hasta un grupo autogestionado llamado Bellingcat. Con poco más que portátiles, materiales de fuente abierta y una dedicación implacable, estos "periodistas ciudadanos de investigación " encontraron el lanzamisiles exacto, identificaron docenas de soldados y, finalmente, descubrieron a un alto mando militar ruso que desempeñó un papel clave en la coordinación del lanzamiento del misil.   

El horror de la atrocidad del MH17 fue especialmente íntimo: había peluches de las maletas de los niños esparcidos entre los escombros. El suceso hizo que, por un momento, la guerra de Ucrania se colara en el primer plano de la actualidad, algo que no habían conseguido ni el mal manejo de la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia ni su turbia lucha en el último rincón de Europa. No obstante, una guerra más profunda y amplia seguía permaneciendo oculta.

Andrei Illarionov fue el principal consejero económico de Putin y su representante personal en el G8 durante cinco años hasta que dimitió en señal de protesta ante la creciente corrupción. Dos meses antes del derribo del MH17, acusó a Ucrania de estar introduciéndose en la "Cuarta Guerra Mundial". (El lúgubre término que empleaba Stalin para la Guerra Fría era "Tercera Guerra Mundial"). Aunque Illarionov no le gusta la frase, afirma que forma parte de "la maquinaria propagandista del Kremlin" para una guerra "que está Rusia mantiene contra el resto del mundo".

"Puede que a usted no le interese la guerra a usted, pero a la guerra sí le interesa usted".

Para que el mundo occidental empezara a ser consciente de la situación hizo falta que la información durante las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 se militarizara. Ahora conocemos el robo de correos electrónicos del Comité Nacional del Partido Demócrata por hackers rusos, sus sofisticados botnets y la ejecución de ataques similares en Europa; pero el alcance completo de las actividades de Rusia sigue saliendo a la luz poco a poco. Darnos cuenta de que estamos en guerra y entender cómo contraatacar se ha convertido en algo urgente. La historia del MH17, y la exposición de Rusia, ofrece un espeluznante pero útil caso de estudio.

La escena del crimen más grande del mundo
Foto: Miembros del Servicio Estatal de Urgencias Ucraniano buscan cadáveres en un campo en el lugar del derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, cerca del pueblo de Hrabove (Grabove) en la región Donetsk el 26 de julio de 2014.

Las "tierras de sangre" se tiñen de rojo de nuevo
Foto: Se eleva el humo desde un edificio dañado durante una batalla entre separatistas respaldados por Rusia y tropas gubernamentales ucranianos el 21 de julio de 2014 en Donetsk, Ucrania.

Dispositivos de desinformación

Al igual que sucedió tras el derribo soviético del vuelo 007 de Korean Air Lines en 1983 en el que fallecieron 269 personas, la reacción de Rusia a la indignación internacional sobre el MH17 consistió en inventarse contraargumentos. Empezaron a aparecer informaciones cambiantes que echaban la culpa a un avión de combate ucraniano, a un grupo de ucranianos que operaba desde el suelo o incluso a la CIA. Se llegó a decir que el avión privado de Putin era el verdadero objetivo del misil.  Las tácticas de Rusia, según el investigador de defensa de la información del Laboratorio de Investigaciones Forenses Digitales de Atlantic Counsil Ben Nimmo, se basan en lo que él denomina "el enfoque 4D: "Desestimar, distorsionar, distraer, disgustar. Nunca confieses, nunca reconozcas, simplemente sigue atacando".

Fuerzas irregulares
Foto: Durante la crisis de Crimea en 2014, los soldados de la base militar ucraniano Perevalne no mostraban insignias ni distintivos de rango, pero sí incluían tropas rusas.

"La principal respuesta rusa consiste en atacar al crítico", señala el experto y añade: "Emplean una técnica de 'vilipendiar y amplificar'". Según esta estrategia, quien ataca a Rusia acaba mancillado, a veces mediante una comunicación oficial, a veces por medio de terceros o por fuentes anónimas citadas por los medios estatales; y después los troles remunerados y redes de bots altamente automatizados añaden potencia a la labor difamatoria. Para contratacar a este entramado ruso, una de las respuestas es una combinación de civiles, empresas privadas y organizaciones sin ánimo de lucro que intenta arrojar una luz brillante y resplandeciente sobre el MH17 y las agresiones rusas sobre Ucrania, Siria y otros consorcios internacionales. Sus métodos son un ejemplo de los valores que describió Italo Calvino en Seis propuestas para el próximo milenio: levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad y congruencia. Y todas ellas contrastan marcadamente con la respuesta de Occidente a una Rusia revanchista.

La debilidad de Occidente queda claramente patente cuando se observa cómo Rusia emplea las tecnologías digitales para reforzar su mayor herramienta de gobernanza: la maskirovka. La traducción literal, un "pequeño baile de máscaras", oculta la densidad e importancia de este elusivo concepto. La maskirovka incluye el camuflaje, la negación y una profunda astucia. O como lo expresó el director de contrainteligencia fundador de la CIA Jesus Angelton: "La miríada de estratagemas, decepciones, artificios y todos los dispositivos de desinformación...confunden y dividen a Occidente [con] un paisaje siempre fluido, en el que se funden los hechos y las ilusiones, una especie de laberitno de espejos".

La desinformación confunde y divide a Occidente con un "paisaje siempre fluido... una especie de laberinto de espejos."

El arma más potente del arsenal de la maskirovka es la desinformación, una palabra procedente de la década de 1950 de la dezinformatsiya rusa.  Una generación después de la Guerra Fría, los reconocidos maestros de la "deza" empiezan a usar tecnologías de desinformación contra el comprometido sistema inmune de la democracia liberal. El analista de seguridad nacido en Rusia del Centro de Estudios Militares y Estratégicos de la Universidad de Calgary (Canadá) Andrew Andersen explica: "A estas alturas Occidente va perdiendo".

"Lo primero que hay que entender es que esto es una especie de guerra. No es ninguna broma ni juego. No se trata de conectar con amigos en redes sociales, es una guerra real. Incluso los que no quieran participar han de comportarse de acuerdo a las leyes de la guerra", afirma Andersen, en referencia al famoso epigrama de Trotsky. De hecho, su texto ha sido citado por varios entrevistados para este artículo y se traduciría como: "Puede que a usted no le interese la guerra a usted, pero a la guerra sí le interesa usted".

Deshechos recuperados

Foto: La Junta Holandesa de Seguridad pudo reconstruir en parte el avión derribado de Malaysian Airlines.

Incluso el nombre de este nuevo estilo de guerra es tema de debate. Guerra "ambigua", "híbrida", "irregular" y "no lineal" son algunas de las propuestas. El investigador del Instituto de Relaciones Internacionales de Praga (República Checa) Mark Galeotti analiza este tema en su nuevo libroHybrid War or Gibridnaya Voina? Getting Russia’s Non-Linear Military Challenge Right. El autor reconoce que aún le preocupa: "Cuánto más pienso en cómo deberíamos denominar la guerra híbrida, más creo que la respuesta es: guerra".

"Los rusos han topado fortuitamente con una de las verdades del siglo".

"Los rusos han descubierto cómo está cambiando la naturaleza de la contestación internacional y cómo se ejecutará durante el siglo XXI. La guerra cinética directa [término militar estadounidense para el arte del uso de la fuerza letal] resulta ridículamente cara en términos políticos pero también económicos", señala Galeotti. "En su lugar, las guerras serán libradas mediante un abanico de otros medios, muchos de los cuales son encubiertos y/o ambiguos. Los rusos simplemente han topado fortuitamente con una de las verdades del siglo".

Malas jugadas

Exactamente una hora antes del despegue del MH17, Necro Mancer tuiteó una posible identificación: "Se parece visualmente mucho a un BUK". (Los BUK son una familia de sistemas misiles móviles tierra-aire de alcance medio hechos en Rusia). Este hombre de Donetsk de alrededor de 50 años de edad dedica "prácticamente todo" su tiempo libre a rastrear populares páginas de redes sociales en ruso como Vkontakte (En Contacto), conocida como el "Facebook ruso", y Odnoklassniki ("Compañeros de Clase"). También escucha canales prorrusos por Zello, una app de walkie-talkie; y comparte informes civiles sobre actividades militares. Como pasatiempo adicional, utiliza fuentes abiertas para elaborar una lista, a la que proporciona un enlace desde su perfil de Twitter, de varios miles de rusos y prorrusos fallecidos, "porque los ocultan".

El Gran Khan
Foto: Vladimir Putin avanza por la Sala de San Jorge del Gran Palacio del Kremlin durante su ceremonia de inauguración el 7 de mayo de 2004.

Este activista independiente afirma: "No puedo combatir como soldado, así que intento aportar todo lo que pueda". Esa es su posición ante un conflicto que ha provocado más de 30.000 muertos y millones de desplazados. Es tan solo uno de los muchos "guerrilleros de teclado" de una guerra que domina al país más grande de Europa. Tras la anexión de Crimea, la invasión posterior de Ucrania y el derribo del MH17, el escrutinio global sobre la actividad rusa empezó a decaer. Pero Ucrania, víctima de la primera incursión militar realizada por un país vecino del continente desde que Stalin subyugó a Europa del Este al telón de hierro representa, como dijo el subsecretario de Defensa de EEUU, Bob Work, en un discurso en 2015, "un laboratorio de pruebas para la futura guerra del siglo XXI".

El BUK "transportador erector lanzador y radar" (TELAR) de 34 toneladas, y su guardaespaldas en forma de tropas irregulares, recorrieron la esquina sudeste de lo que el historiador de la Universidad de Yale (EEUU) Timothy Snyder ha bautizado como "las tierras de sangre". Aquí, durante un tiempo que aún se recuerda, entre 1933 y 1945, una endiablada amalgama de nazis y soviéticos fue responsable de 14 millones de muertes civiles. "Durante los años en los que Hitler y Stalin gobernaron, más gente fue asesinada en Ucrania que en ninguna otra parte de las tierras de sangre, ni de Europa, ni del mundo", escribe Snyder.

Media hora después de que el MH17 despegara, otro moderador web ucraniano, @WowihaY, tuiteó que el convoy había pasado por su aldea, Torez, a unos 72 kilómetros al este de la ciudad de Snizhné (Ucrania). Allí, el BUK fue descargado de un remolque blanco de la marca Volvo antes de dirigirse en solitario hacia el sur. Tras pasar por unos puestos de control establecidos por insurgentes respaldados por Rusia, entró un campo y a las 16:20 horas disparó un misil de casi 700 kilogramos que alcanzó una altura de 10.000 metros. Equipado con cabeza explosiva de fragmentación de 70 kilogramos), estuvo a punto de alcanzar la velocidad mach 3. A bordo del MH17 viajaban 15 tripulantes y 283 pasajeros, incluidos 80 niños que viajaban en grupos familiares, y una delegación liderada por el virólogo y antiguo presidente de la Sociedad Internacional de SIDA, Joep Lange, que se dirigía a la vigésima Conferencia Internacional de SIDA en Melbourne (Australia).

Contraatacando
Foto: El periodista de investigación británico Eliot Higgins fundó Bellingcat para que los periodistas ciudadanos pudiesen investigar acontecimientos actuales como el derribo del MH17 con informaciones de fuente abierta.

La cabeza explotó a aproximadamente cuatro metros de la parte izquierda superior de la parte delantera del avión. Los cadáveres cayeron "como confeti" durante alrededor de 90 segundos. Una mujer víctima atravesó el tejado de una casa y aterrizó en la cocina. Las autopsias encontraron cientos de fragmentos de metal en el cadáver del comandante, otros 120 en el subcomandante y un fragmento con forma de pajarita (característica única de la cabeza 9N314M del BUK-M1) incrustado en un tripulante.

Durante días, los gobiernos se apresuraban a negociar el acceso con fuerzas irregulares y hostiles, probablemente compuestas de lo que Galeotti describe como "una mezcla de unidades rusas regulares, grupos nacionalistas y aventureros y todo lo que queda entre medias". Estas fuerzas auxiliares, en gran parte organizadas por la GRU (la agencia de inteligencia militar extranjera del ejército ruso), ahora controlaba lo que un portavoz de los investigadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE, por sus siglas en inglés) calificó como "el mayor escenario del crimen del mundo". El sol era abrasador. Era verano. Hacía mucho calor.

Penetrando la nube tóxica de la guerra

Tres días antes, Eliot Higgins, un periodista ciudadano altamente respetado, había lanzado su proyecto de financiación colectiva, Bellingcat, en versión beta. Según Higgins, Bellingcat emplearía informaciones de fuente abierta "para investigar, colaborar e informar sobre temas globales que estén siendo ignorados u obviados... Siria, Irak, Turquía, Kurdistán, Nigeria, yihadistas, grupos chiíes armados, el escándalo del hackeo telefónico británico, la corrupción policial y más". Ese "y más" no tardó en incluir el derribo del MH17. Bellingcat parecía haber sido diseñado específicamente para este reto. Menos de seis horas después del derribo, Higgins ya había descubierto, identificado, archivado, subido y compartido un vídeo de 35 segundos. Titulado en ruso como El arma asesina de malayos Schizhné, el corte mostraba al Buk guiado por un único vehículo, mietnras atravesaba Schizhné de manera amenazadora. Dos años después, el Equipo de Investigaciones Conjuntas (EIC) internacional liderado por los holandeses incluiría el vídeo en sus conclusiones.

La investigación oficial por parte de la Junta de Seguridad Holandesa, realizada en paralelo con la investigación del EIC, contenía un siglo de conocimientos sobre los accidentes aéreos duramente recopilados. Durante 15 meses, la investigación de 4,3 millones de euros reconstruyó importantes partes del Boeing 777. La excelente experiencia forma parte de cada página del informe de 279 páginas y sus 26 apéndices, para demostrar exactamente cómo el vuelo MH17 fue destruido. En su intento de averiguar que sucedió, y descubrir al responsable, cientos de investigadores del EIC han procesado 1.148 trozos de restos, escuchado a más de 200 testigos, analizado 150.000 llamadas interceptadas además de medio millón de fotos y vídeos y generado más de 6.000 informes, entre otras cosas. Aunque se esforzaron por guardar la pólvora para futuras acciones penales, el pasado mes de septiembre presentaron unos resultados preliminares. Después de señalar los esfuerzos de "colectivos de investigación como Bellingcat", llegaron a una conclusión inequívoca: un BUK-MI TELAR, armado con misiles 9M38M1 y portando cabezas 9N314M, se desplazó desde la Federación Rusa hasta Ucrania, fue disparado desde un emplazamiento de lanzamiento aproximadamente equidistante de las aldeas de Pervomaiski (Primero de Mayo) y Chervonyi Zhovten (Octubre Rojo), y después volvió a Rusia.

Huella de la faldilla lateral
Foto: Los investigadores del Bellingcat desarrollaron una manera innovadora de "tomar la huella dactilar" de los vehículos como parte de sus exitosos esfuerzos por identificar el BUK 322 que derribó el vuelo MH17.

Con un presupuesto muy reducido y aprovechándose de las redes sociales, fotografías de satélite y de una red de personas obsesivas, el trabajo detectivesco de Bellingcat ha generado impresionantes resultados. En una serie de informes, los participantes identificaron el BUK en cuestión, número de designación 332, y su batallón dentro de la Brigada de Defensa Anti-aérea 53 de Rusia. Al comparar docenas de BUK y analizar fotos compartidas en Vkontakte entre 2009 y 2013, se concentraron en siete marcadores característicos. Estos incluyeron los patrones de depósito de las emisiones de escape, abolladuras, la configuración de las conexiones por cable al lanzador de misiles, la fuente y el espaciado de los dígitos y la mezcla de ruedas de llanta hueca y ruedas de radio en cada lado de los vehículos. Un miembro de Bellingcat con conocimientos de inteligencia desarrolló un innovador tipo de "huella dactilar" con software 3D para "resolver el problema de dos vehículos con fotos con la perspectiva distorsionada". Se fijó en que había patrones únicos de deformación en las faldillas protectoras laterales de goma encima de las ruedas".

Bellingcat también describió públicamente por primera vez la ruta que siguió el BUK desde Rusia a finales de junio, y de vuelta de Ucrania antes, durante y después del 17 de julio. El proyecto desde entonces ha identificado a varias docenas de soldados asociados con la Unidad 324067 (la Brigada 53). Para ello, cruzaron contenidos y listas de amigos de Vkontakte  con actualizaciones publicadas en un foro para las, a menudo, ansiosas madres y mujeres de los soldados. (La asesinada periodista rusa Anna Politkovskaya escribió de forma conmovedora sobre este tema en su ensayo El ejército de mi país y sus madres).

El culpable
Foto: Se determinó que Sergey Dubinsky, un veterano de las guerras rusas en Afganistán y Chechenia,  jugó un papel clave en el lanzamiento del misil.

La penumbra de la incertidumbre

Nada de esto ha calado demasiado en Rusia. La máquina de humo del Kremlin empezó a funcionar a todo gas. Todo el ejército de medios rusos, sus granjas de troles, botnets semiautomatizados y lo que el novelista ruso Nikolai Leskov denominó como "tontos útiles y bobos entusiastas" comenzaron a hacer su trabajo sucio. La respuesta del Gobierno ruso al derribo del MH17 fue una pantomima, envuelta en tragedia, dentro de un miasma: una implacable campaña de abusos y decepciones, de intentos de esconder cada prueba en una red de desinformaciones. Se hicieron numerosos intentos de hackear a la Junta de Seguridad Holandesa. Varios Bellingcats sufrieron ataques de spear-pshishing. Otros objetivos incluyeron canales televisivos franceses y británicos, la OTAN, la OSCE y los gobiernos polaco, holandés, finés y noruego, además de partidos políticos alemanes.

El principal "actor amenazador" fue un grupo de ciberespionaje llamado Fancy Bear (que tiene varios nombres más, incluidos Tsar Team, APT28, Strontium y Iron Twilight) con sede en Rusia, y que con toda probabilidad está controlado por la GRU. (Mientras testificaba ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EEUU, el exdirector del FBI, James Comey, calificó al grupo de "muy ruidoso").

El Innovador menor de 35 global de 2013 de MIT Technology Review Dmitri Alperovitch de CrowdStrike intenta combatir el ciberespionaje. Fue el principal consultor de seguridad informática de los ciberataques al Comité Nacional Demócrata de EEUU y su trabajo ha sido clave para identificar importantes grupos de hackers chinos y rusos. Alperovitch nació y se crió en Rusia hasta que su familia emigró a EEUU en 1995. Al igual que muchas personas de origen ruso, tiene fuertes opiniones sobre la desinformación. Alperovitch señala: "El poder de lo ciber no es el escenario de 'la versión ciber de Pearl Harbor',  del cual ya llevamos hablando 25 años y no ha llegado a producirse. El poder real radica en la información".

Las vidas de otros
Foto: Restos del derribado avión Boeing 777 de Malaysian Airlines en un campo al este de Ucrania.   

El joven cree que Rusia entiende "la naturaleza real del campo de batalla" de una manera que Occidente no. Explica que "llevan mucho tiempo pensando en esto, se remonta al menos hasta la era zarista durante la década de 1860 cuando crearon una de las primeras agencias de inteligencia modernas, la Okhranka". Después de la revolución de 1917, cuando los bolcheviques abrieron los archivos de la Okhranka, "les consternó descubrir lo infiltrados que estaban y cuánta desinformación había debilitado su movimiento. Diseñaron la KGB a partir de los éxitos de Okhranka. Así que no lo inventaron, lo robaron"", explica. ".

A la luz del sol, ahora podemos añadir otro potente desinfectante: las investigaciones por pares de fuente abierta globales.

El desertor del bloque soviético a Occidente de mayor rango, el Teniente General Mihai Pacepa, que fue antiguo jefe del servicio de espionaje de Rumanía, revela que las raíces son aún más profundas. En un reciente libro del que es coautor, titulado Desinformación, Pacepa cita el Marqués de Custine, el Tocqueville de Rusia, que en 1839 escribió: "Todo en Rusia es decepción". Custine cita a un distinguido y muy viajado diplomático ruso que confesó en voz baja: "El despotismo ruso no solo ofrece pocos respetos a las ideas y los sentimientos, también negará los hechos; luchará en contra de las pruebas, y ¡triunfará en esta lucha!" El zar, y después Lenin, prohibieron las obras de Custine.

El diplomático estadounidense George Kennan, cuyo "Largo telegrama" al Departamento de Estado de EEUU dio forma a la Guerra Fría y la OTAN, admiraba tanto a Custine que escribió un libro sobre él en 1971. Kennan creía que gran parte del análisis de Custine aún seguía vigente: "su relación neurótica con Occidente; el miedo frenético a la observación occidental; la obsesión con el espionaje; el secretismo; la mistificación sistemática; el silencio general de la intimidación; la preocupación con las apariencias a expensas de la realidad; el cultivo sistemático de falsedades como un arma política; la tendencia a reescribir el pasado". (Entre los métodos de Putin, destaca el intento de prohibir los libros de historia como parte de la "guerra de recuerdos"). Kennan calificó a los rusos de "uno de los pueblos más grandes del mundo", pero mantuvo una desconfianza clara hacia sus líderes.  

Estado de expectación

"¡Respondan del mismo modo!", ordena el eminente y algo pintoresco estratega militar e historiador Edward Luttwak. Hablando desde Moscú (Rusia), sugiere que contestemos al hackeo global de la verdad. "Existen amplias oportunidades para devolverles el golpe pero nadie las está aprovechando. Hay mil historias aquí, publicadas abiertamente", afirma. (Lutwak cuenta una que escuchó en un bar de caviar de Beluga de dos multimillonarios la noche anterior). El "Putinismo" puede ser comparado a la Horda de Oro "en una versión avanzada", señala, y añade: "No es únicamente el Gran Khan el que ha de tener miles de millones de dólares: ahora, los compañeros de la Corte también han de ser multimillonarios". Sugiere utilizar estas historias para "'desmontar' a Putin".

Y hay otro potente desinfectante que se puede añadir: las investigaciones contrastadas y globales de fuente abierta. El día que Bellingcat entró en servicio en 2014, Rusia lanzó un bombardeo de artillería desde dentro de sus propias fronteras, con sus propios equipos y soldados. Aún miente sobre eso, al igual que hace con la mayoría de sus acciones en Ucrania. El pasado mes de diciembre, Bellingcat respondió con su propio disparo de verdad: un mapa interactivo que muestra cientos de ataques de artillería a Ucrania lanzados desde territorios rusos. Una investigación de fuente abierta también fue utilizada por el líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, en un reciente vídeo viral que expone la escala de la corrupción rusa. Respaldados por imágenes grabadas por drones que documentan los botines que han amasado sus líderes, los hechos sacaron a la calle a decenas de miles de protestantes por toda Rusia.

Este año, Bellingcat identificó al hombre que se definía instrumento de la destrucción del MH17 como "mi BUK-M". En varias llamadas telefónicas interceptadas y publicadas por la SBU (el servicio secreto de Ucrania) y el EIC, se hacía llamar Sergey Petrovsky. Pero Bellingcat descubrió su identidad real: Sergey Dubinsky, un veterano de las guerras rusas en Afganistán y Chechenia. La llamada empieza mientras los pasajeros del MH17  embarcan. Se escucha a Dubinsky coordinando a varias personas aún sin identificar mientras se dirigen al emplazamiento de lanzamiento. Refiriéndose a sí mismo como "Bad" (un apodo basado en su distintivo de llamada "Bad Soldier") Dubinsky reveló su identidad a un usuario escéptico en un foro al confirmar que poseía un Peugeot 3008 negro: Bellingcat encontró un vídeo grabado por una cámara de salpicadero que mostraba un Peugeot 3008 negro guiando al convoy del lanzamisiles al este de Donestsk. Bellingcat también encontró pruebas de que Dubinsky reconoció que la voz de las grabaciones era suya. Dubinsky, un actor clave en reventar vidas ajenas, respondió a los informes de Bellingcat con un correo electrónico abiertamente desdeñoso enviado a la BBC desde su residencia en Rusia describiendo su "risa homérica". 

Hoy, en cualquier momento dado, los hechos mantienen la seguridad del equivalente a una ciudad de varios miles de cientos de personas en el aire. La mayoría de esos pasajeros aéreos llevan smartphones equipados con la tecnología de GPS que Ronald Reagan impulsó hacia el uso civil en respuesta al derribo ruso del vuelo KAL 007. Tal vez podríamos ganar algo similar de la experiencia del MH17: un mejorado sistema de posicionamiento global, esta vez para la información. Si va a funcionar, tiene probabilidades de ser totalmente tecnológico.

*John Pollock ha escrito para 'MIT Technology Review' sobre el papel de las redes sociales en los levantamientos árabes y el de los civiles en la guerra de información libia.

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