'The Guardian' afirma que para algunos miembros de la plantilla es "el cielo de los trabajadores automovilísticos", mientras que otros afirman tener "condiciones laborales del pasado". No hay que olvidar que la empresa intenta corregir sus errores y que es prácticamente una 'start-up'
Para hacer una tortilla, hay que romper algunos huevos. Pero, ¿qué hay que romper para hacer vehículos eléctricos? The Guardian ha publicado una investigación sobre las condiciones laborales dentro de la gigante fábrica automovilística de Tesla en Fremont, California (EEUU), y los resultados son inquietantes.
El artículo, desde luego, se afanó en dar el enfoque más desalentador posible a muchas de las entrevistas con trabajadores de la fábrica. Habla de horarios de trabajo extremos, empleados que se desploman, lesiones por movimientos repetitivos y tasas de lesiones y enfermedad más altas de lo normal.
Estos fenómenos se hacen eco de las declaraciones públicas del empleado de Tesla Jose Moran. El trabajador publicó una actualización de blog en la que detalla que muchos de los empleados de la fábrica tenían intención de sindicalizarse en respuesta al sentimiento colectivo de que "trabajaban para una empresa del futuro bajo condiciones del pasado".
Pero ocultos entre la angustia del artículo del The Guardian también hay comentarios de otros trabajadores que sienten que reciben un trato justo y que están bien recompensados. Y está claro que trabajar en la fábrica puede inspirar mucho orgullo. Un empleado afirmó que trabajar allí es "como morir y ascender al cielo de los trabajadores automovilísticos", mientras que otro siente que la organización "está cambiando el mundo".
Cuando Moran publicó su actualización de blog este año, el CEO de la empresa, Elon Musk, calificó sus afirmaciones de "obviamente... falsas". En ese momento, Musk argumentó que la empresa había respondido a los problemas que tenían sus trabajadores, incluidas nuevas prácticas laborales, como un turno adicional, para reducir las horas extras en un 50%. Y The Guardian confirma que los nuevos datos señalan que sus tasas de enfermedad y lesiones ahora son un 32% mejores que la media de la industria.
Y en cualquier caso, Musk defiende que la plantilla de Tesla recibe acciones. Eso les supone hasta cerca de 100.000 euros más que el trabajador automovilístico medio durante un período de cuatro años.
Resulta difícil leer todos estos mensajes tan contradictorios y no comparar la perspectiva de trabajar en la fábrica de Tesla con la experiencia de trabajar en una start-up. De hecho, aunque la empresa aspira a fabricar 500.000 vehículos el próximo año y emplea a miles de personas, en muchos sentidos sigue siendo una empresa emergente. Aún no genera beneficios y está discutiblemente sobrevalorada, además está claro que está viéndose obligada a realizar una jugada muy apretada.
Por supuesto, esto no justificaría unas condiciones laborales abusivas. Pero el mensaje del artículo de The Guardian también podría no ser tan pesimista al estar escrito bajo el prisma una empresa que aún está aprendiendo a navegar el sector, corrigiendo sus primeros errores y esforzándose por hacer lo mejor para su plantilla y entorno. La verdad probablemente quedará en algún punto intermedio.
(Para saber más: Guardian, Building Tesla, Palabra de Tesla, promesa rota)