Un análisis de Semantic Visions revela interesantes diferencias entre los comentarios occidentales y rusos sobre el derribo del vuelo MH17 de Malasya Airlines que acabó con la vida de 298 personas en 2014
Cuando Vladimir Putin llegó al poder "unos pocos segundos antes del año 2000", la atención del mundo estaba en otra parte. Al presentarse con una breve transmisión en ruso, prometió que "la libertad de expresión, la libertad de consciencia, la libertad de prensa, la libertad de derechos a la propiedad, estos principios básicos de una sociedad civilizada, se encontrarán bajo la protección segura del Estado". Desde entonces, el Kremlin ha apretado cada vez más las cadenas de los medios rusos. En 2000, Putin firmó la Doctina de Seguridad Informática de Rusia. Actualizada el pasado diciembre, la nueva versión es tres veces más corta que su predecesora.
"Los dos tercios que faltan corresponden a todas las tareas que Rusia emprendió para impedir influencias extranjeras", afirma el investigador del Centro de Investigaciones de Estudios de Conflicto de Reino Unido Keir Giles. "Han tenido varias décadas para establecerlo, pero el verdadero empujón se ha hecho en los últimos cuatro años". Un análisis original encargado por MIT Technology Review a Semantic Visions, una start-up checa que genera evaluaciones de riesgo con "inteligencia compleja de fuente abierta", confirma el control del Kremlin.
Con la "base de datos de noticias semánticas más grande del mundo", Semantic Visions analizó el derribo del MH17 en 2014 junto a otras importantes noticias de la guerra de Rusia contra Ucrania (ver Las armas de Rusia para la Cuarta Guerra Mundial: tecnología y desinformación). Compararon 328.614.220 artículos en inglés y 58.207.194 artículos en ruso, de una media de 3.000 caracteres, publicados entre enero de 2014 y abril de 2016. Fueron extraídos de más de 25 millones de fuentes que los analistas de Semantic Visiones descubrieron y clasificaron. Los resultados revelan los intereses nacionales e internacionales de la propaganda del Kremlin, y proyectan una luz poco favorecedora sobre la cobertura mediática occidental.
Foto: El gráfico muestra en rojo la cobertura de los Juegos Olímpicos de Sochi (Rusia) en ruso (rojo) y en inglés (azul). Crédito: Semantic Visions.
El CEO de Semantic Visions, Frantisek Vrabel, explica: "Escogimos los Juegos Olímpicos de Sochi, de carácter neutro, como medida de 'control' para demostrar la proporción normal, de alrededor de uno a 5,6, de artículos escritos en rusos (rojo) frente a los artículos escritos en inglés (azul), de un acontecimiento internacional. El interés ruso en Crimea se mantiene, pero eso no sucede en los medios occidentales. La invasión al este de Ucrania sigue un patrón similar.
Pero los datos del derribo del MH17 se salen de la norma. "La historia rusa inicial era que el MH17 fue derribado por un avión de combate ucraniano, así que cualquiera creería que la emplearían para apoyar su versión", señala Vrabel y añade: "Pero sabían que habían hecho algo malo. Era casi como si intentaran quitarle importancia".
Semantic Visions ejecutó un análisis por horas más detallado, mapeando la cobertura durante las 90 horas posteriores a la tragedia. La cobertura muestra una diferencia clara frente a la del vuelo Metrojet 9268, que explotó el 31 de octubre de 2015 encima de la Península Sinaí (Egipto), provocando la muerte de 219 rusos, cuatro ucranianos y un bielorruso. (Aunque la explosión sigue siendo investigada, tanto Rusia como Egipto sospechan que fue provocada por una bomba cuya autoría ha reclamado públicamente ISIS).
Aquí, los datos de la cobertura en ruso durante las 90 horas posteriores siguen de cerca los resultados en inglés, aunque el interés nacional es mucho mayor que en el "control" de Sochi.
Un mes después del derribo del MH17, Rusia ejecutó una exitosa operación de información dirigida a los medios occidentales. Anunció que operaba un convoy humanitario, lo que acaparó la atención internacional con cientos de camiones que, supuestamente, ofrecían "asistencia humanitaria". (El Instituto de Análisis de Propaganda calificó tal lenguaje de diseñado para "aumentar la sensación de bienestar"). El hecho de que los rusos no permitieran que los periodistas viesen el interior de la mayoría de los camiones y el hecho de que fueron acompañados por helicópteros de ataque resultaron menos importantes que la proximidad de las palabras "ayuda", "rusa" y "humanitaria" en los titulares. Esta farsa "no iba dirigida al público ruso, sino un público global de su guerra informativa", sugiere Vrabel.
El big data también tiene otras aplicaciones. En enero de 2016, una investigación británica señaló a varios responsables del envenenamiento por polonio 210 de Alexander Litvinenko. Los investigadores afirmaron que Putin probablemente había aprobado la acción de lo que los servicios rusos de seguridad denominan "ropa mojada" (mokorye delo). Semantic Visions también rastreó esta historia y analizó quién la cubría o la compartía. Vrabel dice que la base de datos resultante de fuentes les permite identificar "quién está infectado por la propaganda rusa".