Producir prendas exclusivas en cuestión de horas permite minimizar los riesgos de producción y mejorar la calidad del producto, una idea que ya está seduciendo al sector, desde pequeñas 'boutiques' hasta gigantes como Adidas
En la tienda Ministry of Supply en Boston (EEUU) hay una máquina de tejer del tamaño de un piano de cola al lado de la caja. El local tiene un estilo inusual, parece una mezcla entre un centro de fabricación textil y una boutique de lujo.
Y si confiamos en el cofundador de la empresa, Amam Advani, su tienda podría representar el futuro de la industria de la moda. La máquina, producida por la empresa japonesa Shima Seiki, parece imprimir una chaqueta personalizada en una sola pieza, un proceso que denomina como tejido de prendas al completo. Pero las similitudes entre la impresión en 3D son tales que el proceso se ha llegado a conocer como punto en 3D.
En el fondo, la tecnología no es más que una mejora de las máquinas de tejer industriales. Su software es más personalizable y su hardware es más preciso, por lo que sus capacidades resultan obviamente mejores. Pero lo más importante es que la nueva máquina es más fácil de programar. De hecho, en 2013 una start-up de Reino Unido llamada Knyttan desarrolló un software propio que consigue que las máquinas de tejer produzcan prácticamente cualquier diseño que un cliente pueda imaginarse e insiste en que el coste por unidad de tejer un jersey sería el mismo que una remesa de, digamos, 50 o más con el mismo diseño. Knyttan recaudó varios millones de euros en inversiones de capital riesgo para desarrollar la idea y ahora vende jerséis y software como servicio para jerséis bajo el nombre comercial Unmade.
El año pasado, Adidas llevó la idea a su conclusión lógica con el lanzamiento de una tienda en Berlín (Alemania) que permitía a los clientes escanear su cuerpo en 3D, diseñar un jersey y disponer de un ejemplar único fabricado en lana de merino en sólo cuatro horas por unos 200 euros. El experimento "knit for you" cerró sus puertas en marzo, pero Adidas indicó que forma parte del impulso de la empresa hacia procesos de fabricación más rápidos. De hecho, la empresa acaba de lanzar un servicio para imprimir zapatillas personalizables a cada pie.
Hablando con Quartz, Advani defiende que la chaqueta de Ministry of Supply tiene un mejor aspecto y tacto que las prendas fabricadas por métodos convencionales. También asegura que reduce la cantidad de tela que se desaprovecha y permite que la empresa fabrique sus prendas en función de la demanda exacta. En otras palabras, existe un riesgo menor de inventario no vendido. Probablemente sea algo positivo, dado que cada jersey cuesta unos 325 euros.
Pero para Shima Seiki, el potencial de la tecnología del punto en 3D va mucho más allá de producir prendas a demanda. A finales del año pasado, firmó un acuerdo con Fast Retailing, la empresa subyacente de Uniqlo, para construir una fábrica que emplearía las máquinas de tejido de prendas al completo para fabricar prendas en masa. Ahora sólo hay que esperar para ver si su movimiento se traduce en una revolución de la industria textil impulsada por la tecnología.
(Para saber más: Quartz, Reuters, The Guardian)