Los precios del metal se han disparado y a los productores les está costando satisfacer las demandas. Un enorme depósito disuelto en agua en EEUU podría convertirse en la nueva gran fuente de litio, siempre que se haga bien
Olvídese del oro, la plata y el cobre. La nueva fiebre es de algo mucho más precioso: el litio.
La humanidad está cada vez más sedienta de este metal, ya que se ha convertido en un componente irremplazable de las baterías de iones de litio de la mayoría de los dispositivos móviles. Y aunque puede que cada semana lea noticias sobre nuevos diseños basados en otros materiales, en realidad su desarrollo es lento y las células de iones de litio siguen dominando el mercado.
Nuestro apetito insaciable de móviles y ordenadores, y cada vez más, de coches eléctricos y almacenaje energético a escala de red, no para de crecer. Por ello, nuestra dependencia de los elementos necesarios para fabricar las baterías que necesitan aumenta de forma paralela. Según el panorama actual, el futuro de las energías limpias depende del litio.
Ya hemos informado de que la extracción de otros materiales presentes en las baterías de iones de litio, como el grafito y cobalto, conlleva un importante coste humano. Las condiciones de trabajo que soportan estos empleados llegan a ser potencialmente mortales, por lo que incluso el mayor defensor de la tecnología valoraría defender a los trabajadores.
Pero el propio litio se enfrenta a otro problema. Históricamente, el metal ha sido extraído sin problemas en Australia, Chile, Argentina y China. Pero ahora, los proveedores más importantes del mundo tienen problemas para satisfacer la demanda, lo que está disparando los precios. En algunos casos hasta se han duplicado mientras que los costes de los contratos, que aseguran acuerdos a largo plazo del material, están llegando a cuadruplicarse y quintuplicarse.
Así que los prospectores han empezado a fijarse en otros depósitos, concretamente en Nevada (EEUU), según informa Bloomberg. Durante siglos, el conocido como Estado de la Plata ha atraído buscadores de fortunas, pero ahora los mineros tienen la mirada puesta en las aguas del valle Clayton, ricas en litio disuelto. La esperanza es que el acuífero pueda ser perforado para llevar su contenido a grandes estanques donde el agua se evaporará para dejar atrás las preciosas sales de litio que todos ansían tan desesperadamente.
Según la publicación, al menos seis nuevas start-ups ya han adquirido grandes expansiones de terreno en la región, todas ellas ansiosas por subirse a la ola de demanda para generar beneficios. Pero a diferencia de la extracción de litio de rocas, obtenerlo por evaporación es difícil. Como una especie de gigante experimento desarrollado en un enorme estanque plano, el proceso es delicado, y si se lleva a cabo de forma incorrecta puede generar cristales de baja calidad que nadie querrá comprar.
Pero, si las empresas superan los retos, la zona podría convertirse en el nuevo gran productor de los materiales necesarios para evolucionar hacia un futuro basado en la energía eléctrica. Este posible escenario podría hacer que el elemento se vuelva aún más valioso que el propio oro.
(Para saber más: Bloomberg, El santo grial de las baterías está al final de un camino lleno de obstáculos, No mire a otro lado, su móvil y su portátil se alimentan con baterías 'de sangre', The Dark Origins of the Gold in Your Smartphone)