Inteligencia Artificial
Los coches autónomos obligan a predecir el comportamiento de los conductores
Todavía no sabemos cómo reaccionará cada conductor frente a los sistemas de conducción asistida como Autopilot de Tesla
La semana pasada Tesla introdujo la tecnología de conducción autónoma más avanzada disponible en cualquier vehículo comercial. La nueva prestación, llamada Autopilot, se lanzó a través del último parche de software de su Modelo S, y tomará el control del volante (y de los pedales) a velocidades de autopista, cambiando incluso de carril de forma automática cuando se active el intermitente. Se puede ver esta prestación en acción en un vídeo aquí.
Los redactores automovilísticos se han deshecho en elogios acerca de su buen funcionamiento, y desde luego consolida la imagen de Tesla como pionero de la tecnología. Pero merece la pena recordar que este nivel de automatización puede resultar problemático, y puede generar comportamientos preocupantes, tanto de forma deliberada como fortuita (ver Los conductores de Tesla casi se estrellan probando el nuevo sistema Autopilot).
Como informó mi compañero Tom Simonite el año pasado, los experimentos de Google de proporcionar coches autónomos a sus empleados generó unos comportamientos tan irresponsables (incluido un conductor que se giró para coger un portátil del asiento de atrás) que la empresa decidió cambiar su enfoque para la automatización completamente (ver La pereza dirige el diseño el nuevo coche autónomo de Google).
Hace un par de años, durante un viaje sin manos por una carretera alemana, descubrí por mí mismo lo fácil que resulta depositar la fe en un sistema de conducción autónoma, incluso a velocidades de más de 130 kilómetros por hora (ver El coche automático aún necesita conductor)
La falta de concentración podría resultar problemática si el sistema requiere ayuda de forma repentina. De hecho, numerosos estudios han demostrado que un conductor puede necesitar varios segundos para retomar el control. Simulaciones recientes han demostrado que, en función de lo que esté haciendo el conductor y lo que suceda en la carretera, puede llevarle al conductor hasta ocho segundos rehacerse completamente con el control.
Parece que el sistema de Tesla utiliza las demarcaciones de carril para guiar al coche por la carretera, y tales sistemas pueden encontrar problemas a causa del mal tiempo o a la hora de hacer la transición a un nuevo tramo de carretera. El sistema emite una serie de advertencias cuando necesita que el conductor retome el control, y parará automáticamente si el conductor no responde. Pero no está claro con cuánto tiempo de antelación avisa.
"Desde luego, Tesla lidera el campo de la conducción autónoma a nivel de consumidores", dice Bryan Reimer, un científico investigador del Age Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU) que estudia el comportamiento de los conductores. "Pero cómo nos comportaremos como conductores a corto y largo plazo (en otras palabras la adaptación comportacional) con estas tecnologías de automatización simplemente se desconoce".
Tesla está lejos de ser el único fabricante de coches que está desarrollando tales tecnologías de conducción autónoma en carretera. Mercedes y Volvo ya ofrecen sistemas ligeramente más limitados, y General Motors se ha comprometido a lanzar algo similar a la tecnología de Tesla el año que viene. Otros fabricantes están siendo más cautelosos y puede que sus sistemas requieran que el conductor mantenga las manos en el volante. Audi hasta ha sugerido que su sistema podría llamar a la policía si cree que un conductor se está durmiendo.
El CEO de Tesla, Elon Musk, ha dicho que la Autopilot aún se encuentra en fase "beta", y que los conductores serán legalmente responsables de cualquier accidente. Es otro buen motivo para prestar atención a la conducción autónoma, incluso si a veces puede parecer innecesario.