Cambio Climático
La extracción de gas natural genera más gases de efecto invernadero de lo que se creía
Un estudio sugiere que la Agencia de Protección Ambiental subestima las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a esta actividad
Esta semana unos científicos han publicado un nuevo estudio que sugiere que las filtraciones producidas por la extracción de gas natural y otras actividades humanas podrían liberar más metano, el potente gas de efecto invernadero, del que calcula la Agencia de Protección del Medioambiente de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés).
En juego está en decidir si el paso del carbón al gas natural supone un beneficio neto a la hora de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Quemar gas natural libera aproximadamente la mitad de dióxido de carbono que la quema de carbón. Pero ese beneficio podría anularse por las filtraciones de metano, el componente principal del gas natural. El desafío para llevar a cabo estos cálculos hasta la fecha es que no contábamos con mediciones detalladas de las filtraciones de metano. El nuevo estudio es uno entre varios proyectos en marcha para reunir más datos (ver "Medición del impacto climático del gas natural") y mejorar los cálculos. Algunos de estos estudios demuestran que las emisiones provenientes de la producción de gas natural son mucho más elevadas de lo que se esperaba. Otros sugieren que están en línea con los cálculos hechos por la EPA.
El nuevo estudio se basa en datos de más de 12.000 mediciones de niveles de metano en la atmósfera tomadas en 2007 y 2008, justo antes de que se disparara la producción de gas natural mediante fractura hidráulica. (Para 2009, un exceso de producción de gas natural ya había provocado un descenso de los precios). Los investigadores han usado datos atmosféricos y otra información para extrapolar las fuentes probables del metano medido. Planean usar los datos como base para estudiar cómo han cambiado las emisiones en los últimos años.
Los investigadores concluyen que las emisiones de metano de actividades humanas, como la producción de gas natural y la ganadería, son al menos el doble de lo calculado por la EPA. En algunas zonas en las que hay mucha producción de gas natural, las emisiones casi triplican esos cálculos.
Los investigadores afirman que los resultados sugieren que a la EPA se le escapa algo.
Pero este estudio no es la ultima palabra en el campo. Para empezar, no mide las emisiones directamente desde fuentes específicas, así que no indica las causas de las filtraciones. Según se vayan reuniendo más datos, se podrán tomar medidas para reducir las filtraciones de metano. Por ejemplo, se podría exigir a los productores y distribuidores de gas natural que sigan una serie de buenas prácticas.