Corning, famosa por sus vidrios resistentes presentes en muchos 'smartphones', prueba cualquier cosa que se le ocurra para conseguir que el material ofrezca cualidades inimaginables
Crédito: Rachel Jerome.
En la sede central de Corning, tres personas equipadas con máscaras aparatosas y trajes cuasiespaciales trabajan en los hornos de investigación de la empresa. Se desplazan con gracia y en armonía. Mientras se enfrentan cara a cara con un horno de 1.600 °C, deben sujetar un crisol de vidrio fundido y darle forma antes de que se endurezca. Uno de los guantes empieza a echar humo, pero el trabajador no le presta demasiada atención.
"Es como un ballet", afirma el científico de materiales de la empresa Adam Ellison, mientras mira cómo los trabajadores modelan el vidrio en un horno que suelta un calor infernal. "Hace un calor de morirse, el vidrio se vuelve rígido muy rápidamente y sólo se puede trabajar con él durante un par de minutos", explica. Conoce bien los detalles porque ayudó a desarrollar el material que vierten, cuyo nombre de marca es Gorilla Glass y que se encuentra en muchos smartphones gracias a su durabilidad, delgadez y escaso peso.
El equipo de investigadores está ayudando a Corning a ampliar los límites del vidrio. Si la empresa pudiese producir una versión difícil de rayar y romper pero que fuera flexible, podría crear productos totalmente nuevos, como móviles y tabletas que se plieguen o enrollen. Un vidrio delgado y flexible también podría convertir en pantallas táctiles superficies curvas como las del interior de los coches.
Los investigadores de la fundición preparan entre ocho y doce vertidos experimentales al día y envían las muestras a los científicos de la empresa. El objetivo es averiguar qué pasa cuando prueban algo nuevo, como fundir el vidrio a una temperatura distinta. El equipo también prueba distintos métodos de fabricación para comprobar cómo afectan a las propiedades del vidrio.
Los productos en potencia se someten a cualquier abuso que se les ocurra a los ingenieros. Una máquina dobla repetidamente un fino trozo de vidrio para ver cuánto aguanta; otra lo pliega hasta que se rompa con un gran estruendo. Los especialistas en fractografía (la ciencia de cómo y por qué los materiales como el vidrio se fracturan) emplean máquinas personalizadas para medir la presión necesaria para romper el material. Con microscopios, los investigadores estudian los mensajes mecánicos que aparecen en el patrón de la fractura. Un vidrio más resistente se romperá con un gran número de grietas; el vidrio más débil se fractura tan sólo en un par de sitios. Los materiales que superen las pruebas podrían ser empleados para producir maquetas de móvil y que se lanzarán desde una altura equivalente a la de la cadera de una persona sobre cemento, gravilla y otras superficies.
Los productos en potencia se someten a cualquier abuso que se les ocurra a los ingenieros.
La mayor parte de las investigaciones de la empresa se centran en nuevos procesos de fabricación y mejoras incrementales de productos existentes como Gorilla Glass. Pero los científicos también pueden experimentar. Uno de los proyectos recientes de Ellison, por ejemplo, fue intentar recrear el vidrio de la copa romana de Licurgo del siglo IV. La copa muestra un color rojo intenso cuando se ilumina desde atrás, pero se ve de color jade cuando recibe la luz desde delante.
Ellison enseña con entusiasmo una muestra del vidrio inspirado por Licurgo, acercándolo a una ventana para demostrar su efecto. El investigador afirma: "Ahora sé perfectamente por qué hace esto". Puesto que de momento no se le ocurre ningún uso para el producto, la receta será archivada y tal vez en el futuro pueda servir para algo.
Foto: Los trabajadores de los fundidores de Corning llevan "trajes de conejito" plateados cuando abren un horno de 1.600 °C donde se funden vidrios experimentales. Crédito: Rachel Jerome.
Foto: Unos trabajadores vierten el contenido de un crisol de vidrio fundido sobre una mesa de metal. Crédito: Rachel Jerome.
Foto: Un trabajador utiliza tijeras para dar al vidrio forma de disco para ser estudiado por los científicos. Se endurece rápidamente y empieza a cambiar de color mientras se enfría. Crédito: Rachel Jerome.
Foto: Un nuevo vidrio que ha superado las pruebas anteriores es probado en una versión en miniatura de la línea de fabricación de la empresa. El vidrio destinado a pantallas y móviles se fabrica en hojas de varios metros de ancho; este proceso produce vidrio de prueba de tan sólo unos centímetros de ancho. Crédito: Rachel Jerome.
Foto: La copa de Licurgo del siglo IV. Crédito: Rachel Jerome.
Foto: Bajo una lente polarizador, las rayas de colores indican la tensión mecánica de un disco de vidrio experimental. La iridiscencia de esta muestra sugiere que se romperá fácilmente y que los investigadores deberán alterar las condiciones del procesamiento. Crédito: Rachel Jerome.
Foto: Esta máquina dobla un trozo de vidrio flexible para determinar cuánto estrés puede aguantar antes de romperse. Los investigadores entonces podrán estudiar el patrón de la fractura para aprender cómo lograr que el vidrio sea más resistente. Crédito: Rachel Jerome.
Foto: Corning también desarrolla nuevos procesos para manipular el vidrio, algo que puede ayudar a los fabricantes de dispositivos a fabricar piezas personalizadas para nuevos modelos de electrónica. Crédito: Rachel Jerome.
Foto: Esta espiral de vidrio ultrafino fue cortada con un nuevo proceso de mecanizado láser. Crédito: Rachel Jerome.