El objetivo es que los animales desarrollen órganos humanos aptos para trasplantes, pero los embriones que ha producido casi no tienen células humanas y no aportan mucho al feto
Unos científicos de California (EEUU) acaban de publicar los detalles sobre sus primeros intentos de producir cerdos con órganos humanos. Una controvertida hazaña que ha puesto nerviosa a mucha gente, desde los políticos de Washington (EEUU) hasta miembros del Vaticano.
Los experimentos fusionaron células madre humanas en embriones animales para intentar que estas "quimeras" biológicas se convirtiesen en animales con partes de tejido humano.
Unos científicos del Instituto Salk en La Jolla (California) inyectaron células madre humanas en más de 2.000 embriones de cerdo, y después los dejaron gestar un máximo de cuatro semanas en hembras de cerdo distintas. Su trabajo acaba de ser publicado en la revista Cell.
El esfuerzo no fue especialmente exitoso: solo unas pocas células humanas sobrevivieron, y su aportación al cuerpo del animal no fue demasiado significativa. Aun así, los científicos califican el trabajo de un primer paso hacia la "generación de órganos humanos" en animales de granja. Decenas de miles de personas mueren cada año a la espera de un trasplante de órgano.
MIT Technology Review informó por primera vez de la existencia de tales quimeras humanas-animales el año pasado en un artículo que describía cómo varios equipos científicos habían logrado embarazos de embriones de cerdo y de oveja que contenían células humanas.
Al igual que en la nueva investigación, los experimentos anteriores tampoco permitieron que los embriones se desarrollaran durante más de unas pocas semanas, y ninguno llegó a nacer. Y la escasa presencia de células humanas en ellos puede minimizar los temores de crear embriones monstruosos.
Aun así, la nueva línea de investigación está siendo analizada por los reguladores. Bajo la preocupación de que los experimentos puedan dar paso a resultados inesperados, como un cerdo con un cerebro demasiado humano, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) establecieron una moratoria para la financiación de estos trabajos en 2015.
La agencia después propuso levantar la prohibición, que quedaría sujeta a restricciones y supervisión por parte de un comité especial.
La nueva política se abrió a la opinión pública y los NIH afirmaron haber recibido 22.000 comentarios, casi todos en contra. La mayoría de los comentarios fueron generados por una campaña de cartas organizada por la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos y varias organizaciones antiabortistas. Las cartas criticaban el uso del dinero de los contribuyentes para financiar investigaciones que utilizan "seres cuya propia existencia difumina la línea entre humano y animales no humanos".
La directora de la oficina de Políticas Científicas de los NIH, Carrie Wolinetz, dijo que la agencia no ha decidido cuándo acabaría la flexibilidad de la moratoria, y algunos observadores creen que esto podría provocar la oposición de la nueva administración de Donald J. Trump. Pero Wolinetz afirma: "No hemos mantenido conversaciones con la nueva administración sobre esto. No lo han mencionado y nosotros seguimos nuestro camino".
El trabajo recién publicado fue realizado en el laboratorio del científico español Juan Carlos Izpisua Belmonte del Instituto Salk, especializado en el estudio de embriones y células derivadas de ellos.
Belmonte explicó a Scientific American en enero de 2016 que el Papa Francisco en persona le había dado permiso para realizar la investigación. Pero el Vaticano luego negó esa afirmación, calificándola de "absolutamente no cierta". El Instituto Salk dijo que Belmonte no estaba disponible para proporcionar sus comentarios.
La tecnología implica combinar células madre versátiles de una especie con el embrión de otra. En el momento de la fusión, el embrión solo sería una bola de unas 150 células. El objetivo consiste en crear un animal que combine ambas especies, una quimera.
Foto: Las células de una rata muestran un brillo rojo donde han contribuido al corazón en desarrollo en un intento de desarrollar nuevas fuertes de órganos. Crédito: Cell Press.
Ya se han conseguido algunos éxitos a la hora de fusionar especies muy parecidas. Los científicos ya han logrado éxitos en la fusión de especies estrechamente relacionadas. En enero, el biólogo de la Universidad de Stanford (EEUU) Hiromitsu Nakauchi informó en la revista Nature del desarrollo de un páncreas de ratón en una rata que fue trasplantado a ratones diabéticos, lo que logró curarles de la enfermedad.
En su informe, Belmonte también demostró que podía mezclar roedores. Generó ratones con partes de tejido de rata, incluido el pelo.
Y para que las células donadas tuvieran más probabilidades de sobrevivir y desarrollaran mejor su actividad, Belmonte y el científico líder del proyecto, Jun Wu, modificaron los embriones de ratón con la técnica de edición génica CRISPR. Así desactivaron los genes específicos que los ratones necesitan para desarrollar un páncreas, un corazón o un ojo. Los animales que carecen de esos genes normalmente morirán o nacerán con deformidades.
Pero las células embrionarias de rata que se añadieron a los ratones sustituyen a las suyas originales lo que permite producir órganos normales. Esta misma estrategia es la que se cree que podría servir para que las células humanas desarrollen órganos específicos, como un riñón, dentro de animales como cerdos u ovejas.
Pero los resultados de Belmonte demuestran que fue muy difícil que las células humanas sobrevivieran dentro del embrión de cerdo para contribuir al feto en desarrollo. Su mejor intento sólo consiguió mantener un mínimo número de células humanas. Es probable que la culpa la tenga la distancia genética entre ambas especies.
Nakauchi calificó los resultados como, "en esencia, negativos" y acordes con los experimentos que también ha realizado en híbridos humano-animal. El investigador señala: "Encontramos células humanas supervivientes, pero no están integradas ni participan en el desarrollo".
El veterinario de la Universidad de California en Davis Pablo Ross, que es coautor del nuevo trabajo, dijo que continuarán con las investigaciones para transferir embriones humanos en cerdos u otros animales. Pero lo harán a un ritmo más lento, ya que el equipo está analizando distintos trucos para que las células humanas prosperen, incluido CRISPR para editar los embriones de cerdo.