La FDA propone que cada nueva edición se regule como un nuevo fármaco, lo que dará ventaja a las grandes empresas capaces de seguir el proceso y a los investigadores sujetos a normas distintas
Foto: Los animales podrían conservar sus genomas no editados durante más tiempo si las nuevas reglas de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos son promulgadas. Crédito: Mauricio Fanfa (Unsplash).
Si las nuevas reglas propuestas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) entrasen en vigor, los laboratorios de investigaciones de EEUU tendrán más problemas para llevar a cabo sus trabajos de edición genética en animales.
La edición genética en animales, una de nuestras 10 tecnologías emergentes de 2014, ya se investiga en muchos laboratorios de todo el mundo. Los investigadores han utilizado la técnica CRISPR-Cas9 para curar la distrofia muscular en ratones, por ejemplo, crear sabuesos extra musculados y generar vacas sin cuernos (más seguras de criar).
Pero las nuevas regulaciones recién propuestas por la FDA se lo pueden poner más difícil. Las nuevas reglas sugieren que en el futuro "cada alteración genómica específica [realizada en un animal] sería considerada como un nuevo fármaco animal sujeto a nuevos requisitos de aprobación de fármaco animal". La FDA, entonces, tendría que examinar la seguridad de cada animal modificado genéticamente en un proceso similar al que sigue para regular los fármacos.
Como revela un informe de la revista Nature, algunos investigadores se oponen a la propuesta porque resultaría demasiado engorrosa para los académicos. Sostienen que sólo las organizaciones con mayores recursos, como empresas privadas, serían capaces de continuar sus investigaciones comerciales, mientras que investigadores de otros países con distintos marcos regulatorios no se verían afectados. Un científico le contó a la revista que las nuevas regulaciones supondrían un "perjuicio para la innovación" en Estados Unidos.
La otra cara de la moneda, por supuesto, es que el público a menudo se inquieta a causa de las cosechas modificadas genéticamente, y sería comprensible que trabajos similares en animales evocaran una respuesta más pronunciada. La FDA podría estar intentando prevenir la controversia al asegurarse de comprobar cada animal editado genéticamente por laboratorios estadounidenses.
De momento, las directrices son solo una propuesta. La recién llegada administración Trump podría buscar hacer algo completamente distinto con la propuesta, desde tirarla a la basura hasta volverla aún más estricta.
(Para saber más: Nature, TR10: Edición genómica, Todo lo necesario sobre el año de infarto de CRISPR y la edición genética, Estos son los dos primeros perros del mundo modificados genéticamente)