Tecnología y Sociedad
El sabor a "cartón mojado" y los vómitos no son el único problema de la comida 2.0
Los alimentos tecnológicos que Silicon Valley intenta vendernos pueden satisfacer alguna necesidad pero van en contra de la tendencia hacia alimentarse de forma nutritiva y pausada
Soylent, la start-up que lanzó una bebida que sustituye los alimentos para gente que siente que no tiene tiempo para comer comida de verdad, ha estado revolviendo algunos estómagos últimamente. Y no sólo los de sus inversores, que han cedido unos 18 millones de euros en capital semilla a una empresa que ofrece un producto cuyo sabor ha sido descrito como "cartón mojado"
Recientemente Solyent retiró su barrita después de recibir docenas de quejas de que el producto provocaba nauseas, diarrea, vómitos y otros síntomas. Y su bebida en polvo, el producto estrella de la empresa diseñado para proporcionar un equilibrio de todos los nutrientes que necesita el cuerpo humano, ahora está provocando problemas similares.
Foto: El CEO de Soylent, Rob Rhinehart, en su almacén en Oakland en 2013. Crédito: Josh Edelson (Getty Images) / AFP.
La empresa que fabrica las barritas para Soylent insiste en que no se trata de una enfermedad transmitida por alimentos. En lugar de eso, cree que simplemente hay gente "intolerante" a alguno de los muchos ingredientes procesados que contienen las barritas. Puede ser, pero como señala un reciente artículo del The New Yorker, el sabor poco apetecible de Soylent y un par de casos de molestias gastrointestinales no pueden compararse con la naturaleza desencaminada del nuevo movimiento de alimentos tecnológicos en general:
El problema con todo esto de los alimentos 2.0 no es que sepan fatal sino que plantean mal la evolución de nuestros hábitos alimenticios. El sector tecnológico propone los alimentos desde la perspectiva de la ingeniería: un problema definido para ser resuelto con las ecuaciones, fórmulas, compuestos y potencia cerebral adecuados. Soylent fue desarrollada por su creador, Rob Rhinehart, para comprimir toda la nutrición que necesita el cuerpo humano para sobrevivir en una única fórmula de fácil digestión, como la versión del maná del siglo XXI. Pero eso es fundamentalmente opuesto a cómo queremos comer en Estados Unidos y en gran parte del mundo desarrollado.
Cuando examinamos la reciente curva de la cultura gastronómica, el movimiento alimentario más importante es el rechazo deliberado del sistema alimentario posguerra, que representaba el futurismo alimentario de su momento.
Hace varios años, el autor alimentario y defensor de la "comida lenta" Michael Pollan nos aconsejó que deberíamos "comer comida". Esa sencilla recomendación simplemente intenta ayudarnos a pescar una dieta sana y nutritiva en el mar de "sustancias a modo de alimento" que puebla las estanterías de los supermercados modernos. No era una reprimenda al nuevo sabor de tecnologías alimentarias financiadas por Silicon Valley (EEUU), pero bien podría haberlo sido, y esto no puede estar más lejos de lo que una persona conseguiría al ingerir un producto de Soylent (cuyos partidarios se han autodenominados como personas "poscomida").
Resulta que también podría ser un sabio consejo si uno busca evitar dolores de tripa.
(Para saber más: Los Angeles Times, Ars Technica, New Yorker, La tecnología está devorando a los restaurantes y a los camareros)