A pesar de lo prometedora que parece la tecnología y de que existen cientos de ensayos clínicos en fase I, solo hay un puñado en fases avanzadas o completos. Los medicamentos aún tardarán en llegar
La mayoría de los expertos del campo médico le dirán que las terapias génicas por fin han alcanzado la mayoría de edad, pero las cifras cuentan una historia distinta. A pesar de 30 años de investigaciones y una cartera de proyectos más grande que nunca, hasta ahora el número de ensayos completos o en fase avanzada con terapias génicas ha sido muy pequeño.
El concepto de la terapia génica consiste en reemplazar o añadir un gen para corregir otro defectuoso que provoca una enfermedad. El primer ensayo clínico de este estilo fue en 1990 y provocó un período de enorme bombo, con titulares que proclamaban un enfoque capaz de salvar vidas. Entonces, en 1999, se produjo la primera muerte a causa de una terapia génica experimental. Eso tuvo un efecto escalofriante y sofocó gran parte del entusiasmo inicial.
Los escalofríos han remitido, y en la actualidad se están realizando cientos de ensayos o están reclutando voluntarios. Los primeros datos han resultado increíblemente prometedores para determinadas enfermedades. Parece que algunos pacientes ya se han curado de la hemofilia y de raros tipos de ceguera hereditaria.
Pero la mayoría de las terapias génicas están en ensayos en fase I y probablemente no estarán ampliamente disponibles para los pacientes hasta dentro de muchos años. Según clinicaltrials.gov, sólo seis ensayos de terapias génicas de fase avanzada (de fase III o IV) están activamente abiertos o reclutando a pacientes, y otros cinco ensayos de fase avanzada han sido completados. Los investigadores que algún día podrían buscar la aprobación de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para los tratamientos que están probando están obligados a registrar sus ensayos clínicos en esta página web.
Los primeros ensayos clínicos sirven para establecer la seguridad, pero se necesitan más datos de ensayos de fase avanzada para convencer a los reguladores de que los fármacos son eficaces para la población objetiva. Con sólo un pequeño número de terapias génicas en fase avanzada para unas pocas enfermedades raras, aún se desconoce el nivel de aplicación de las terapias génicas para otras enfermedades.
Los datos de clinicaltrials.gov también revelan que los cinco ensayos de fase avanzada con terapias génicas completados aún no han subido sus resultados a la base de datos, algo que exige la ley para todos los ensayos salvo los de fase I. Ninguna terapia génica ha sido aprobada por la FDA, pero en Europa sí se han aprobado dos, Glybera y Strimvelis, y China ha aprobado al menos una.
El director de medicina genética de la Facultad de Medicina Weill de la Universidad de Cornell (EEUU), Ronald Crystal, dice que estas tímidas cifras pueden deberse a que hasta hace poco la mayoría de los desarrollos de terapias génicas han sido realizados por investigadores académicos que a menudo no disponen ni de los recursos ni de la financiación necesarios para realizar grandes ensayos más avanzados, incluso cuando los primeros datos sugieren que los tratamientos son seguros y eficaces.
Para aportar algo más de contexto, Crystal compara la terapia génica con los anticuerpos monoclonales, una células inmunes modificados mediante ingeniería genética que se dirigen a determinados objetivos. Ambas tecnologías arrancaron con gran bombo durante las décadas de 1980 y 1990, pero hicieron falta años para lograr avances significativos en ambas. Las terapias con anticuerpos monoclonales, sin embargo, registran unos 134 ensayos completos en fase avanzada, según clinicaltrials.gov. Y más de dos docenas de anticuerpos monoclonales han sido aprobados por la FDA para tratar el cáncer y otras enfermedades como trastornos autoinmunes.
La cofundadora, presidenta y directora científica del líder de terapias génicas Spark Therapeutics, Katherine High, lo atribuye a la complejidad de la tecnología. Spark Therapeutics (la novena de nuestras 50 empresas más brillantes de 2016) fue la primera empresa en realizar un ensayo aleatorio controlado de fase III. High afirma que la empresa planea solicitar la aprobación de la FDA para su candidato más avanzado, RPE65, que trata una rara enfermedad genética de retina que provoca ceguera, a principios del próximo año.
Las empresas que están logrando los mayores éxitos se están centrando en enfermedades hereditarias monogénicas, que son causadas por una mutación en un único gen, según el presidente y CEO de Abeona Therapeutics, Tim Miller. Su compañía trabaja en una terapia génica para un raro trastorno de la piel, la epidermólisis bullosa distrófica recesiva, también conocida como "piel de mariposa", que es causada por la mutación de un único gen. La terapia acaba de pasar a ensayos en fase II.
A medida que madure el campo se irán aprobando nuevos fármacos. Se especula mucho con que la terapia de Spark Therapeutics para la ceguera será la primera terapia génica aprobada en Estados Unidos. Mientras tanto, probablemente observaremos a otros grupos de investigación que intentan replicar las exitosas terapias génicas para otros trastornos.
Pero primero es necesario que más investigaciones lleguen a ensayos de fase avanzado. Y ahora mismo hay mucho margen para ello.