Está trabajando para que la realidad aumentada se convierta en el único canal de comunicación supermóvil
A Meron Gribetz le cuesta mucho estarse quito mientras habla de su start-up de realidad aumentada, Meta. Con una sonrisa de oreja a oreja, se pone de pie o da vueltas mientras explica que siempre había querido transmitir información digital al mundo real para facilitar su asimilación. Entonces, en 2011, la luz del Sol que entraba por la ventana de un avión se reflejó en la lente de sus gafas de sol, y se dio cuenta de cómo lo lograría.
Desde entonces, ha recaudado casi 65 millones de euros en financiación para competir con rivales como Microsoft y su dispositivo HoloLens. ¿Por qué tanto entusiasmo?
Este año, Gribetz presentó el último casco de la empresa, el Meta 2, que se vende por menos de un tercio del precio del HoloLens. Permite al usuario hacer cosas como agarrar y manipular imágenes en 3D con las manos, y realizar una videollamada a otro usuario de Meta, quien entonces podrá pasarle al usuario un objeto virtual que podrá inspeccionar después desde cualquier ángulo.
836 euros: El precio de Meta 2
Tanto Meta como el HoloLens están dirigidos a los desarrolladores de software, que tendrán que elaborar aplicaciones para ellos. Pero Gribetz, que fue criado en Israel por padres estadounidenses, es agresivamente optimista acerca de la tecnología porque cree que permitirá prescindir de dispositivos como portátiles, smartphones y tabletas a cambio de un único paquete supermóvil. Se imagina que dentro de cinco años los cascos de realidad aumentada se verán reducidos a un trozo de vidrio que cubrirá los ojos del usuario y resultará "prácticamente invisible".
Meta está desarrollando un software más intuitivo a la hora de navegar que las ventanas y los iconos. Gribetz cree tan profundamente en la promesa de la realidad aumentada que está animando a sus propios empleados a que dejen de utilizar monitores de ordenador y ratones para la próxima primavera. En su lugar, la empresa empleará el Meta 2 y sus capacidades de rastreo de manos para ayudar a los empleados a ejecutar su trabajo.
—Rachel Metz