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El 'big data' confirma los factores clave de las ciudades dinámicas 50 años después

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En 1961, la socióloga Jane Jacobs planteó los elementos que favorecen ciudades activas pero recibió críticas por su falta de pruebas. Un equipo las ha encontrado gracias al 'big data' y las redes sociales

  • por Emerging Technology From The Arxiv | traducido por Teresa Woods
  • 04 Abril, 2016

Allá por 1961, el declive gradual de muchos centros de las ciudades de Estados Unidos empezó a dejar perplejos por igual a planificadores urbanísticos y activistas. Una de ellos, la socióloga urbana Jane Jacobs, inició una amplia y detallada investigación sobre las causas y publicó sus conclusiones en La muerte y vida de las grandes ciudades estadounidenses, un libro controvertido que propuso cuatro condiciones esenciales para una vida urbana dinámica.

Las conclusiones de Jacobs se han vuelto altamente influyentes. Sus ideas han tenido un gran impacto en el desarrollo de muchas ciudades modernas como Toronto (Canadá)  y el barrio de Greenwich Village de la ciudad de Nueva York (EEUU). Sin embargo, también han atraído críticas por la falta de pruebas empíricas que las respalden, un problema común de la planificación urbanística.

Hoy, eso parece que cambiará gracias al trabajo de Marco De Nadai de la Universidad de Trento (Italia) y unos compañeros. El equipo ha desarrollado una manera de recopilar datos urbanos y usarlos para poner a prueba las condiciones de Jacobs y su relación con la vitalidad de la vida urbana. El nuevo enfoque anuncia una nueva era de planificación urbanística en la que los planificadores dispondrán de un modo objetivo de evaluar la vida urbana y averiguar cómo podría ser mejorada.

En su libro, Jacobs sostiene que la actividad dinámica sólo puede florecer en ciudades cuando el entorno físico sea diverso. Esta diversidad, afirma, requiere cuatro condiciones. La primera es que los distritos de la ciudad han de cumplir con más de dos funciones para que atraigan a personas con diferentes propósitos en distintos momentos del día y de la noche. Segundo, las manzanas han de ser pequeñas con densas intersecciones que proporcionen a los peatones muchas oportunidades de interacción.

La tercera condición es que los edificios han de ser diversos en cuanto a su edad y forma para alojar una mezcla de inquilinos de rentas altas y bajas. En contraste, un área que contenga exclusivamente edificios nuevos sólo podrá atraer a negocios e inquilinos lo suficientemente ricos para soportar el coste de las construcciones nuevas. Finalmente, un distrito ha de tener suficiente densidad de personas y edificios.

Mientras que los argumentos de Jacobs resultan persuasivos, sus críticos afirman que existen pocas pruebas que demuestren que estos factores estén relacionados con una vida urbana viva. Eso cambió el año pasado cuando unos científicos urbanos en Seúl (Corea del Sur) publicaron los resultados de un estudio de 10 años de duración sobre la actividad peatonal de la ciudad con una resolución sin precedentes. Este trabajo probó con éxito las ideas de Jacobs por primera vez.

Sin embargo, esos datos fueron recopilados sobre todo mediante encuestas realizadas a los peatones, un proceso complicado, caro y en general poco práctico para su uso en la mayoría de las ciudades modernas.

El equipo de De Nadai ha elaborado una alternativa mucho más barata y rápida con el uso de una nueva generación de bases de datos urbanas y de la manera en la que la gente utiliza las redes sociales y los móviles. Las nuevas bases de datos incluyen OpenStreetMap, la herramienta de mapeo colaborativa; datos de censo, que registran las poblaciones y el uso de los edificios; datos sobre el uso del terreno, que emplean imágenes de satélite para clasificar el uso del terreno en varias categorías; datos de Foursquare, que graba datos geográficos sobre las actividades personales; y registros de teléfonos móviles que muestran el número y la frecuencia de llamadas dentro de una zona.

El equipo de De Nadai recopiló estos datos para sies ciudades italianas: Roma, Nápoles, Florencia, Bolonia, Milán y Palermo.

Su análisis es sencillo. El equipo empleó la actividad móvil como una medida del dinamismo urbano y los datos del uso del terreno, de censos y de la actividad en Foursquare como medida de la diversidad. Su objetivo era comprobar la correlación entre dinamismo y diversidad en las ciudades estudiadas.

Los resultados son interesantes. El equipo de De Nadai asegura que el uso del terreno guarda una relación directa con el dinamismo. En ciudades como Roma, es muy común que una misma zona tenga distintos usos. En cambio, Milán está dividida en dos áreas por función: industrial, residencial y así sucesivamente. "Por tanto, en Milán, el dinamismo sólo se experimenta en los distritos mixtos", afirma el estudio.

La estructura de los distritos urbanos también es importante. Las ciudades europeas no suelen presentar las sobredimensionadas manzanas típicas de las ciudades estadounidenses. Pero la densidad de las intersecciones varía enormemente. "Las áreas urbanas dinámicas son las que tienen una gran densidad de calles, lo cual, de hecho, ralentiza la marcha de los coches y facilita que crucen los peatones", escribe el equipo.

Jacobs también señala la importancia de disponer de una mezcla de edificios antiguos y nuevos para promocionar vitalidad. Sin embargo, el equipo de De Nadai dice que esto importa menos en ciudades italianas, donde los edificios antiguos son comunes y han sido activamente conservados durante siglos. Así, el objetivo de crear zonas mixtas resulta más difícil de conseguir. "En el contexto italiano, mezclar edificios de distintas épocas no resulta tan importante como (o, más bien, tan posible como) lo es en el contexto estadounidense", escriben.

No obstante, el equipo encontró que un factor crucial para el dinamismo es la presencia de "terceros lugares". Con este término se refiere a emplazamientos que no representan ni el domicilio (primer lugar) ni el trabajo (segundo lugar). Los terceros lugares son bares, restaurantes, lugares de culto, centros comerciales, parques, y así sucesivamente, lugares a los que la gente acude para reunirse y hacer vida social.

La densidad de la población también resulta importante, tal y como predijo Jacobs. De Nadai afirma: "Nuestros resultados sugieren que las cuatro condiciones de Jacobs para mantener una vida urbana viva se mantienen en el caso de las ciudades italianas".

El experto resume así su observación: "Los activos distritos italianos tienen densas concentraciones de trabajadores de oficina, terceros lugares a poca distancia, calles pequeñas y edificios históricos".

Es un estudio interesante que tiene el potencial de tener un importante impacto en la planificación urbanística. La falta de un enfoque para la planificación urbanística basada en las pruebas ha resultado en numerosos desastres urbanos, incluido el declive de los centros de ciudad en Estados Unidos durante las décadas de 1950, 1960 y más tarde.

Esta nueva era de ciencia urbana podría cambiar eso y ayudar a crear unos espacios vitales dinámicos y vivos para millones de personas de todo el mundo.

Ref: arxiv.org/abs/1603.04012: The Death and Life of Great Italian Cities: A Mobile Phone Data Perspective

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